Un plan de choque global
La noticia positiva es que la expansión del coronavirus parece haberse contenido en China. La mala es que la propagación se acelera en el resto del mundo, incluida España, donde ayer ya se superó el millar de casos confirmados. El desasosiego se ha cebado con los mercados financieros, donde los inversores han entrado en pánico. Más que nunca se impone que las autoridades, como el conjunto de la sociedad, reaccionen con prudencia, pero también con la determinación necesaria para evitar que la situación quede fuera de control. Pedro Sánchez ha anunciado un plan de choque económico, pero debe formar parte de una ofensiva internacional.
El hundimiento del precio del petróleo y las medidas urgentes decretadas en las grandes economías europeas y, sobre todo, en Italia para combatir la propagación del Covid-19 han provocado un nuevo terremoto en las bolsas europeas. Lo mismo ha ocurrido en los más relevantes parqués del resto de los continentes. Es un hecho que toda la economía mundial está pendiente del alcance que tendrá la epidemia. También está muy atenta al progresivo parón de la actividad productiva, del comercio internacional y del frenazo del ritmo de crecimiento de EE. UU. y China. Es hora ya de que los gobiernos, los bancos centrales y los organismos internacionales coordinen un plan de medidas para paliar las consecuencias económicas.
En este imprescindible plan de choque no será suficiente con bajar los tipos de interés, que en Europa están ya por debajo de cero. Urgen medidas encaminadas a dar apoyo a los bancos y las empresas para que puedan financiar el impacto de la caída de la demanda o el eventual parón de la producción, para evitar el cierre o la necesidad de despidos. Además, es necesario que estas ayudas lleguen a las pequeñas y medianas empresas. El coronavirus es ya una amenaza global y exige una urgente respuesta global.
