Por
  • Eva Cosculluela

Comprensión lectora

piropo
'Comprensión lectora'.
Pexels

Cada vez que en este país se debate una ley que implica un avance en los derechos civiles, un sector de la sociedad se levanta indignado como si la ley estableciera una obligación y no un derecho. Ocurrió con la Ley del Divorcio, con la del aborto (cuando se promulgó y cada vez que se estudia reformarla) o con la del matrimonio homosexual. Aunque muchos de los que se manifiestan en contra, en la calle y en el Parlamento, no dudan en hacer uso de ellas (sólo hay que ver cuántos diputados que votaron en contra de la Ley del Divorcio han puesto fin a sus matrimonios), su discurso hace creer que en España, en algún momento de tu vida, estás obligado a divorciarte, abortar y casarte con alguien de tu mismo sexo. Nos falta comprensión lectora. Nos falta comprensión. El Ministerio de Igualdad ha celebrado el 8-M con el lema ‘Sola y borracha, quiero llegar a casa’ y rápidamente han surgido voces de protesta por el tono del mensaje, que ‘incita’ a beber. Voces sensibles que se preocupan por el alcohol, pero no por el significado de la frase: que no se preguntan por qué es necesario reivindicar que una mujer tiene derecho a caminar por la calle sola, de día y de noche, no importa si está sobria o no, ni cómo va vestida. Y que tampoco se preguntan por qué no hace falta reivindicar lo mismo para los hombres. Más allá de lo acertado o no del eslogan como campaña institucional, creo que la reflexión debería ser otra, más profunda y más seria, que atienda al fondo por encima de la forma.

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