Por
  • Francisco José Serón Arbeloa

Jardines

Plantas acuáticas en el parque Suan Malai, en las afueras de Bangkok, Tailandia.
Plantas acuáticas en el parque Suan Malai, en las afueras de Bangkok, Tailandia.
Diego Azubel / Efe

Se estima que la biomasa del planeta asciende a unas 550 Gt (550.000 millones de toneladas) de las cuales el 80% (450 Gt) está en el reino vegetal. Quizá por ello el año 2020 ha sido proclamado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Año Internacional de la Salud Vegetal. Me imagino que intentado despertar en los seres humanos una sensibilidad renovada hacia la naturaleza y el cuidado de sus plantas.

El término cultura, que proviene del latín ‘cultus’, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las facultades intelectuales del hombre. Las artes forman parte de la cultura, y como actos creativos son un medio de comunicación, una necesidad del ser humano de expresarse y comunicarse mediante formas, colores, sonidos, palabras y movimientos. Frente al hipertrofiado discurso ‘culturista’, pienso que los jardines son los grandes olvidados. Búsquenlos en los listados de las bellas artes y de las artes menores, deberán hacer un esfuerzo considerable para poderlos encontrar, si los encuentran. ¿Cuál es la razón de este desinterés por las plantas y los jardines? Quizá la cultura del dinero, la aceleración tecnológica, la tiranía de la productividad y la eficiencia, la búsqueda del éxito, el ensalzamiento del valor y que se hayan primado los saberes teóricos por encima de los saberes instrumentales nos están impidiendo reflexionar sobre este olvido.

Para mí es evidente que desde los jardines colgantes de Babilonia hasta los huertos ecológicos urbanos, ellos han sido un reflejo de la sociedad, atesoran un conocimiento basado en la experiencia de siglos, expresan un elevado grado de refinamiento cultural a la par que ofrecen al observador tranquilidad, contemplación y belleza, aunque se requiere tiempo libre para su disfrute. Por otro lado, la evolución anual de un jardín promueve la paciencia, ya que su apariencia no es siempre la misma, mostrando fases de esplendor y de reposo. Sir Francis Bacon escribió que la jardinería es uno de los placeres más genuinamente humanos y, como dice Santiago Beruete en su libro ‘Jardinsofía. Una historia filosófica de los jardines’, el jardín es, en tanto que obra de arte viva dotada de una compleja simbología, un artefacto cultural y una sofisticada creación intelectual. 

Si tienen paciencia, les recomiendo visitar, aunque sea a través de Internet y la pantalla de un computador, las imágenes de algunos de los jardines más impresionantes del mundo. Mi lista desordenada es, Keukenhof (Países Bajos), Especulación Cósmica (Escocia), Suan Nong Nooch (Tailandia), Versalles (Francia), Botánico de Curitiba (Brasil), Butchart (Canadá), Yuyuan (China), Shalimar (Pakistán), Ryoan-ji (Japón), Claude Monet (Francia), Generalife (España), Miracle Garden de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), Rikugien (Japón), Villa d’Este en Tívoli (Italia), Pozas de Xilitla (Méjico), Suzhou (China), Château de Villandry (Francia), Real Alcázar de Sevilla (España), Tirata Gangga Royal Water de Bali (Indonesia), Bahía (Singapur)…

Hasta ahora no he hablado de los jardineros, los verdaderos artífices de los jardines que nos rodean, tan solo y a modo de homenaje les recordaré un antiguo proverbio persa: "Quien construye un jardín se convierte en un aliado de la luz, ningún jardín ha surgido jamás de las tinieblas".

No todos tenemos la posibilidad de cultivar un gran jardín, ni el tiempo y el dinero que cuesta mantener un gran espacio. Pero si les gustan la jardinería y las plantas, las macetas son el lugar ideal para comenzar y adiestrar el buen gusto de jardinero. Les aseguro que ninguna planta les defraudará si la observan con atención. Y si ustedes son de esas personas que pueden tomar decisiones, hágannos más jardines, la ciudadanía se lo agradecerá. 

Les deseo a todos ustedes, que durante el 2020 y los años venideros redescubran la belleza de la naturaleza y de las plantas, mirando un jardín o un grupo de macetas a través de los ojos del arte.

Francisco José Serón Arbeloa es catedrático de la Universidad de Zaragoza

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