Director de HERALDO DE ARAGÓN

Teruel Existe y el bloqueo

Teruel Existe ha decidido concurrir a las elecciones.
Teruel Existe ha decidido concurrir a las elecciones.
ISM

Nos adentramos en el bloqueo como modelo político y como sempiterno resultado de la contienda electoral. La nueva cita con las urnas, la cuarta en los últimos cuatro años, tampoco concederá -salvo sorpresa de última hora- mayorías absolutas ni grandes cambios a izquierda y derecha. La fragmentación política, responsable del fin del bipartidismo, que no de la política de bloques, lleva emitiendo desde hace meses señales desesperadas que nos advierten de la necesidad de una reforma del sistema electoral. Señales ignoradas por los partidos y cuyo desprecio solo concede alimento al distanciamiento y a la pérdida de confianza. Un severo fracaso que sitúa a la clase política frente a sí misma y que quiere explicar su incapacidad para el acuerdo y el diálogo

Bajo este particular caldo de cultivo es como debe analizarse la idea de la plataforma ciudadana Teruel Existe de presentarse a las elecciones. La iniciativa explica a la perfección la falta de identificación con los partidos tradicionales mientras busca convertir en argumento único la reivindicación y, por qué no decirlo, el agravio. No cabe duda de que la candidatura de Teruel Existe, que al estrenar condición política pone en riesgo su naturaleza como plataforma, resultará atractiva para un buen número de turolenses, aunque cuestión distinta será descubrir cómo se adapta a su nueva condición y a qué partido o partidos perjudica su presencia. A partir de ahora, Teruel Existe tendrá que convivir con una atribución ideológica que se irá descubriendo progresivamente, y que hasta ahora ha querido evitar, situándose en el mismo lugar en el que conviven los partidos. Habrá que ver qué espacio sociológico se siente más atraído por su irrupción, aunque el PSOE siempre ha temido la entrada en política de la plataforma. En todo caso, la primera consecuencia de su anuncio es una segura alteración en el mapa político de la provincia que obliga a las formaciones a un cambio de estrategia de cara al 10-N.

A nivel nacional, no se esperan novedades ni cambios en las listas ni mucho menos en los cabezas de cartel -nadie se siente interpelado por el fracaso negociador-, por lo que costará convencer nuevamente al votante para que se acerque a las urnas. La movilización será el principal reto de una campaña que entre sus pocos alicientes presenta la posibilidad de que el partido de Íñigo Errejón termine por saltar al ruedo nacional. Pese a que Manuela Carmena ya ha dejado claro que no encabezará ninguna candidatura, la irrupción de Errejón agitaría a toda la izquierda. La fórmula Errejón, en cualquier caso, podría beneficiar, paradójicamente, a los partidos del centroderecha. Que Errejón se presente a las generales supone diezmar las posibilidades de Unidas Podemos y del PSOE.

Aunque aún es pronto para descubrir con precisión cómo se distribuirá el voto, todo indica que el tablero no sufrirá grandes cambios. Sin tiempo para que el votante haya digerido -más allá del cabreo- el fracaso que implica una repetición electoral, tres podrían ser los factores que condicionen la selección de la papeleta: la atribución directa de la culpa por la nueva convocatoria, cómo son percibidas las primeras señales de la desaceleración económica y la interpretación que se realice de la inminente sentencia del ‘procés’.

Las elecciones de noviembre nos dejan como principal novedad una campaña electoral recortada en el tiempo y una sacudida, de mayor o menor intensidad, a todas y cada una de las instituciones autonómicas y municipales que se sostienen sobre grandes pactos. La campaña, que en Aragón quedará influenciada en las tres provincias por la decisión de Teruel Existe, exacerbará temporalmente las diferencias entre los socios de Gobierno y pondrá a prueba su estabilidad.

En la Comunidad PAR y CHA, aún sin haber decidido al cien por cien qué postura adoptarán ante los comicios, parece que tomarán caminos distintos. Mientras los aragonesistas dudan de la oportunidad de la cita -en especial al contar ya con un senador autonómico y más aún si a las primeras de cambio se desdicen de su naturaleza política y se olvidan de su pelea contra el impuesto de sucesiones-, Chunta es consciente de que ignorar estas elecciones nacionales solo puede acelerar la falta de visibilidad que ya les ha ocasionado la pérdida de presencia institucional en el Ayuntamiento de Zaragoza. La atrevida apuesta de Teruel Existe, toda una bofetada en el rostro de los partidos tradicionales, se presenta arriesgada -si no logra presencia en el Congreso pondrá en peligro buena parte de lo obtenido estos años-, aunque hay que reconocer que el paso estrena una nueva etapa política en la Comunidad.

miturbe@heraldo.es

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