Por
  • Pilar Cernuda

El almuerzo de Pablo Casado con Mariano Rajoy

El presidente del PP, Pablo Casado
El presidente del PP, Pablo Casado
Mariscal / Efe

A Pablo Casado le interesaba que se conociera el almuerzo que compartió el pasado miércoles con Mariano Rajoy, por eso los dos charlaron animadamente ante la puerta de la sede de la calle Génova. Casado, como todos los líderes políticos actuales, se encuentra ya en plena campaña electoral y era importante su foto junto a un Rajoy muy querido para la mayoría de los votantes del Partido Popular y que además fue el hombre que lo elevó a las alturas: la carrera de Casado no habría sido tan rápida si Rajoy no le hubiera nombrado vicesecretario general y portavoz del PP.

Rajoy, en estos meses en los que no siempre ha sido bien tratado por todos los nuevos dirigentes del PP, que lo preferían condenado al ostracismo e hicieron lo indecible para prescindir de sus más fieles, no ha dudado sin embargo en demostrar su lealtad al partido. Ha acudido cuando le han llamado, ha participado en las campañas últimas donde se lo han pedido y, en privado, que es cuando se ven las caras auténticas, nunca ha pronunciado una palabra contra Casado o su gente. Y si algunos de los actuales dirigentes populares han marcado distancias con el expresidente del gobierno porque consideraban que así hacían méritos en la apuesta por la famosa renovación, Pablo Casado sin embargo ha mantenido la relación con Rajoy, le ha llamado de vez en cuando y hasta es probable que se hayan visto en algún encuentro a dos sin que haya trascendido, más allá del almuerzo que mantuvieron esta semana.

Un encuentro que le interesaba más a Casado que a un Rajoy que ya está de vuelto de todo y que ha dado por definitivamente terminada su carrera política. Le interesaba a Casado porque, si pretende incrementar sus escaños en noviembre, le será imprescindible contar con el apoyo de quienes formaron parte de la mejor historia del PP, que no solo fue la de la etapa de Aznar, sino también la de Rajoy. Quien contó con un gran equipo para hacer frente a la crisis económica más grave de la historia de las últimas décadas; equipo prácticamente eliminado ahora y sustituido en algunos casos por personajes de clara mediocridad pero promocionados por su cercanía personal a los nuevos dirigentes del PP. O por formar parte del círculo de Aznar, miembros la mayoría de ellos del activismo contra Rajoy.

Hay que elaborar las nuevas listas electorales al Congreso y el Senado y hay miembros destacados del actual PP que confiesan abiertamente que es el momento de tomar decisiones sobre esas listas, porque en abril se cometieron errores que se pagaron en las urnas. Lo que importa es saber si Casado es de esa opinión o si prefiere mantener las cosas como están, cubriendo solos los huecos. ¿Hablaron de eso Rajoy y Casado en el almuerzo? Conociendo la discreción de los dos, parece difícil pensarlo, pero en cualquier caso, aunque no lo hicieran, seguro que los dos pensaron en la posibilidad de recuperar a algunas personas que han sido referencia en el PP y dan mil vueltas a la mayoría de los actuales diputados.

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