El comentario de un fan de 'Stranger Things' preguntando por el cometido de esa «habitación roja donde hacen cosas con las fotos» se viralizó en cuestión de segundos dividiendo al mundo entre ‘millennials’ y menores y el resto. Siempre me han hecho gracia los artículos del estilo «gestionando millennials», como si fueran extraterrestres, cuando existen referencias de la brecha generacional hasta en las pirámides de Egipto. Sin embargo, si nos ceñimos a esa idea de extraterrestre como ser con acceso a una tecnología futurista, hay que reconocer que algo de eso hay.

Los primeros televisores comerciales son de los años 30, así que si comparo los aparatos de mis abuelos con los míos, durante años, las diferencias en la experiencia de usuario estaban en su asequibilidad, calidad de imagen o número de canales. Sin embargo, mis hijas ya no conciben ni las interrupciones por anuncios ni ser usuarias pasivas. La tele ha pasado de ser LA fuente de los programas ‘que echaban’ a UN reproductor más de los contenidos que tú eliges ver en cada momento y lugar. Ese salto exponencial en solo una generación es lo que conocemos como disrupción y en los últimos años lo hemos visto en la fotografía, teléfonos, medios de transporte, comunicación e incluso hasta en nuestra forma de comprar, pero llegará a todos los rincones del mundo tal y como lo conocemos hoy.

Las empresas cada vez tienen menos tiempo de reacción, así que más que gestionar ‘millennials’ se trata de liderarlos para entender a los consumidores del mañana. Y si no, que se lo pregunten a Kodak. A los que queden, claro.