Iglesias acelera, pero Sánchez no tiene prisa
Pablo Iglesias está intentado acelerar las negociaciones para que Sánchez abra la vía a un gobierno de coalición con una presencia relevante de la formación morada y con unas condiciones ante el desafío independentista y la crisis de Cataluña que hacen inviable el entendimiento a corto plazo.
El documento que Iglesias remitió el martes y que fue rechazado por Sánchez y por el PSOE deja claro que las distancias siguen siendo insalvables. El contenido es casi idéntico al que provocó la ruptura de las conversaciones en julio pasado.
El líder socialista no tiene prisa. El PSOE tiene asumido que ahora mismo está más cerca la repetición de las generales que un acuerdo de gobierno con los podemistas y que una abstención de Ciudadanos o del PP para que Sánchez sea investido presidente en septiembre. De hecho, los socialistas, al igual que los populares, ya están preparados para afrontar nuevos comicios en noviembre.
La estrategia es derivar la presión, si es posible, hacia Podemos y de rebote hacia Cs, los menos interesados, junto a Vox, en una repetición electoral, en la que el PSOE y el PP creen que mejorarán sus resultados de abril.
Es una táctica de dudosa eficacia para despejar el bloqueo. Otra cuestión es cómo quede el escenario político y quién ceda primero.
