Descubierta una inscripción de hace 2.000 años en el empedrado de una acera en Daroca

El fragmento de lápida celtibérica fue extraído hace unas semanas y se ha depositado en el Museo de Zaragoza

El fragmento de la inscripción, tal cual estaba en la avenida de Madrid darocense. Los caracteres celtibéricos pueden verse en la parte superior de la piedra central.
El fragmento de la inscripción, tal cual estaba en la avenida de Madrid darocense. Los caracteres celtibéricos pueden verse en la parte superior de la piedra central.
José Ignacio Royo

A veces algunos tesoros arqueológicos están a la vista de todo el mundo pero nadie repara en ellos. Es lo que ha ocurrido hace unas semanas en Daroca, donde se ha descubierto el fragmento de una inscripción celtibérica en el empedrado de una acera de la avenida de Madrid. La inscripción ya ha sido extraída y se ha depositado hace unos días en el Museo de Zaragoza.

"Me llamó un amigo este verano para comentarme que había visto en mitad de la calle en Daroca una losa con signos inscritos que parecían letras, que podía ser el fragmento de una estela celtibérica -señala el arqueólogo José Ignacio Royo, que se ha ocupado del hallazgo-. En principio no me lo creía, pero me desplacé allí a comprobarlo. Tuve que recorrer más de una vez la avenida de Madrid para localizarla y, sí, es un fragmento de una inscripción celtibérica". 

El idioma celtíbero sigue siendo un misterio para los historiadores, aunque en los últimos años se han producido avances significativos en su interpretación. Era la lengua que hablaban las tribus y pueblos de origen celta que habitaban el noreste del área central de la península y que, al no tener alfabeto propio, adoptaron el de los iberos. No se ha encontrado una 'piedra Rosetta' que ayude a descifrarlo y se conocen apenas 200 inscripciones, principalmente textos breves. Esto hace que cada hallazgo sea de gran importancia.

"No soy especialista en lenguas prerromanas -añade Royo- y por eso he acudido a Ignacio Simón Cornago, de la Universidad de Granada, con el que ya había colaborado anteriormente. Él me confirmó que, efectivamente, se trata de una inscripción celtibérica. La pena es que es muy corta y está incompleta, son apenas cinco caracteres en una piedra de tan solo 20 por 30 centímetros. Por fortuna, eso sí, estaba a las afueras de Daroca, en un lugar no muy transitado, y por eso no ha sufrido mucho desgaste". 

La piedra con la inscripción, una vez extraída.
La piedra con la inscripción, una vez extraída.
José Ignacio Royo

Los especialistas dudan que se le pueda extraer mucha información, pero no rechazan la posibilidad de que aparezcan más fragmentos de la inscripción, que llegó a la avenida de Madrid de Daroca entre los cargamentos de miles de piedras que se usaron para la acera. Averiguar su procedencia es imposible.  

"Es una inscripción parecida a otras que se han descubierto anteriormente en la comarca -concluye el arqueólogo-. Parece pertenecer a un texto bastante más largo. Esos cinco caracteres parecen pertenecer a un antropónimo, a un nombre propio, pero poco más se puede decir de momento. La hemos puesto en conexión con otras inscripciones, como la de Peñalba de Villastar". 

El hallazgo de la inscripción se ha presentado en el último Congreso de Arqueología y Patrimonio Aragonés, en un artículo firmado por José Ignacio Royo, Ignacio Simón y Fabiola Gómez. La piedra ha sido extraída y se depositó hace unos días en el Museo de Zaragoza. 

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