Por
  • Luis Alfonso Bes

Fuerte poderío expresivo

La Orquesta de cámara Franz Liszt
La Orquesta de cámara Franz Liszt
HA

Fluyó rotundo desde la primera nota. Sonaba el cello Stradivarius ‘Ex du Pré-Harrell’, el mismo con el que triunfó la mítica Jacqueline du Pré. Con esta joya de la lutería cremonense en sus manos, István Várdai atacó con dominio el ‘Concierto nº 1 para violonchelo’ de J. Haydn. Y no fue necesario esperar hasta la primera ‘cadenza’, en solitario, para constatar la maestría de Várdai como solista: decisión y cohesión expresiva sin fisuras. El adagio sonó elocuente con frases bien articuladas, enormemente explícitas en las que se recreó con un vibrato amplio y resuelto. Fue una oportunidad de lucimiento que el cellista húngaro aprovechó explayándose con poderío, desde la punta al talón de su arco, transmitiendo abundante calor interpretativo.

En el allegro, donde eligió un tempo especialmente vivo, aumentando la dificultad, esa muñeca derecha fue un lujo desgranando notas rapidísimas con plasticidad y soltura, sin detrimento de una digitación firme y precisa de su mano izquierda. La orquesta, dirigida por el propio István Várdai, realizó una exhibición de ajuste en su veloz acompañamiento.

ORQUESTA DE CÁMARA FRANZ LISZT ****
Programa:‘Danzas populares rumanas’, de Béla Bartók; ‘Concierto para violonchelo y orquesta nº 1’, de Joseph Haydn; y ‘Sinfonía nº 4 en la mayor, opus 90, Italiana’, de Félix Mendelssohn.
Director y cello solista:István Várdai.

El breve programa, de algo más de una hora de duración, había comenzado con las ‘Danzas populares rumanas’, de B. Bartók, donde la cuerda de la Orquesta de Cámara Franz Liszt interpretó eficazmente su viva estructura rítmica, y su rico lenguaje armónico. El conjunto húngaro recreó con impulso los aires gitanos sugerentes de golpes de bastón, derivando luego a imitaciones de flautas campesinas y a melodías bulliciosas de fuerte carácter balcánico.

El conjunto, ampliado ad hoc en el viento y la percusión hasta una cuarentena de miembros, ofreció finalmente la ‘Sinfonía nº 4, Italiana’, de F. Mendelssohn, que sonó agradable y bien dotada de planos sonoros bajo la dirección carismática de István Várdai.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión