La pianista Hiromi Uehara actúa el próximo 10 de noviembre en la sala Multiusos del Auditorio de Zaragoza. Los aficionados al jazz en todo el planeta saben de su virtuosismo y talento, un verdadero rosario de ‘antics’ que enamoran a las audiencias y ganan adeptos a la causa por la vía del espectáculo. Además de su abrumador talento musical, Hiromi también es un referente de estilo para audiencias que trascienden el ámbito tradicional de su género predilecto.

Formada en Berklee, la universidad musical más famosa del globo, Hiromi inaugura el XL Festival de Jazz de Zaragoza con su formato Sonicwonder (en cuarteto), que completan habitualmente el bajista Hadrien Feraud, el batería Gene Coye y el trompetista Adam O’Farrill. Días más tarde, el festival propone a Niño Josele o Paquito D’Rivera. Casi nada.

La nipona es una compositora e instrumentista superdotada, todo un cóctel sonoro capaz de agitarse hasta la mezcla perfecta o, por el contrario, permanecer fiel a un camino concreto. Lo hace sin aparente esfuerzo, aunque tal esfuerzo exista. No hay que olvidar que Hiromi responde al patrón de niña prodigio: comenzó a estudiar piano en profundidad con apenas 6 años, y a los 17 tocó con Chick Corea en un concierto en Tokyo, algo que se repetiría en 2006.

Veinte años de grabaciones

La artista debutó discográficamente en 2003 con ‘Another mind’, una vez asimiladas las enseñanzas recibidas en el mentado ‘college’ bostoniano. Desde entonces no ha dejado de arriesgar, mezclando con estilo la clásicas con el funk y el pop. Su último disco hasta el momento es ‘Sonicwonderland’, grabado en tres días y con mínima preparación en el Skywalker Sound Stage de Nicasio (California).

Este álbum, que presentará parcialmente en Zaragoza, se aireó el pasado 6 de octubre, con reminiscencias eletrónicas y la colaboración del cantante Oli Rockberger, compañero de aula de Hiromi en Berklee. Dos días más tarde protagonizó un sublime concierto corto en el formato Tiny Desk de la radio pública americana (NPR), confirmando una vez más su gancho con todo tipo de audiencias.

El germen de sus dos últimos discos es una serie llamada ‘One minute portrait’, volcada en Instagram durante la pandemia y que incluyó piezas como ‘Utopia’ (con Feraud) o la genial ‘Go go’, que en su día trabajó junto al bajista de Metallica Robert Trujillo.