Por
  • Luis Alfonso Bes

Royal Film Concert Orchestra: límpida música de cine

La Royal Film Concert Orchestra ofreció un concierto en el Auditorio de Zaragoza.
La Royal Film Concert Orchestra ofreció un concierto en el Auditorio de Zaragoza.
Heraldo.es

Atacó regiamente las hechuras épicas de ‘Il Triello’. El trompeta de la Royal Film Concert Orchestra articuló con decisión esta partitura cinematográfica de Ennio Morricone. Compositor italiano, cuyas bandas sonoras originales dominaron mayoritariamente el programa que traía la orquesta de la Fundación Excelentia. Entidad cuyas formaciones visitan con frecuencia el Auditorio de Zaragoza, generalmente, con un logrado nivel de calidad. En esta ocasión, el programa comenzó con temas bien interpretados de ‘Los intocables’ y de ‘La conquista del oeste’, y también incluyó diferentes pasajes de ‘El bueno, el feo y el malo’, cargados de resonancias ‘western’, con los músicos silbando y luego silabeando con carácter. En ellos escuchamos una límpida intervención del corno inglés y buenas dosis de arrebato contrapuntístico regido por las trompas.

La oboe asumió eficazmente su protagonismo en la partitura de ‘La misión’, dirigida por un Fernando Furones de gestualidad desenvuelta quien, literalmente, bailaba animando el compás de la impulsiva y popular ‘Los siete magníficos’. Así mismo, Furones lideró a su orquesta en una sentida interpretación de ‘Lawrence of Arabia’ con logrados pasajes a cargo del flautín, luego obtuvo destacable lirismo en ‘Novecento’, y se congratuló gestualmente con sus músicos tras interpretar con éxito las melodías untuosas de ‘Érase una vez en América’.

Royal Film Concert Orchestra ***
Programa: selección de bandas sonoras cinematográficas de E. Morricone, J. Horner, J. Powell y B. Conti.
Director: Fernando Furones.
Ciclo:Fundación Excelentia. Auditorio de Zaragoza. 30 de septiembre de 2023.

La agrupación madrileña siguió concatenando temas que, no siguiendo el orden publicado online y careciendo de programa de mano, provocaron cierta desorientación del público. A las obras de Morricone se añadieron la hermosa partitura de ‘Willow’, de J. Horner; una sentida ‘Cómo entrenar a tu dragón’, de J. Powell; o el tema central de ‘Rocky’, de B. Conti, animado por las palmas de un público que disfrutó ampliamente.

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