Jordi Puig: "Queremos que el Vive Latino se expanda todavía más"
El creador del festival en México visitó Zaragoza para seguir los preparativos de la cita musical que celebrará su segunda edición en la ciudad el 8 y 9 de septiembre.
Sacar adelante el primer Vive Latino en España, tras el aplazamiento por la pandemia, fue complejo. ¿Nunca pensó en tirar la toalla?
Todos tuvimos pensamientos oscuros durante la pandemia. No solo yo. Hubo momentos muy difíciles y la verdad es que el nacimiento del festival, por causas externas, estuvo complicado, pero al final todo se liberó, afortunadamente, y pudo celebrarse.
¿Salió todo como habían imaginado usted y su equipo?
Quedamos satisfechos, hubo buena onda y reaccionamos rápido a ciertas cosas que había que cambiar de un día para otro. Lo bonito es que, nada más terminar, nadie dudó que íbamos a hacer una segunda edición. Y ya empezamos a trabajar.
¿Qué aspectos cree que podrían mejorarse?
En líneas generales, estamos contentos con el resultado y seguimos trabajando en valorar qué debe mejorarse o no en cuanto a servicios, logística, movilidad... en qué apartados nos quedamos quizás un poco más cortos o hubo alguna dificultad. Por ejemplo, el tercer escenario nos daba un poco de preocupación el primer año. Pero funcionó muy bien, con varias propuestas de calidad. Vamos a apostar por hacer más grande esa área y que el festival se expanda todavía más dentro de las instalaciones que tenemos, que se viva más.
¿Cómo afrontan en 2023 el reto de consolidar el Vive Latino en la capital aragonesa?
El segundo año de un festival no es fácil. Es indudable que tiene que crecer, pero la cuestión es hacía dónde. Pero esto es algo que teníamos bien claro. Ahora, la verdad es que nos damos cuenta de que estamos en el sitio adecuado, en la ciudad adecuada.
Con la programación de 2022 se pusieron el listón alto. ¿Ha sido complejo armar el cartel de este año?
En 2022 tuvimos a artistas de primera línea. Y este año también. Ahí están, por ejemplo, Los Fabulosos Cadillacs, una banda emblemática de Sudamérica, o una de las grupos más importantes de la Ciudad de México y de México, que es Panteón Rococó. El año pasado actuaron grandes nombres, pero en esta edición habrá otros como Andrés Calamaro, Loquillo, Jorge Drexler... todavía hay mucho por mostrar.
También han abierto un hueco para artistas de la escena local como Tachenko, Calavera, Los Bengala, GranBob y Erin Memento...
Está muy bien que haya bandas locales. Pienso que eso no debe parar y que todavía podemos hacer mucho. Queremos que el festival sea lo más aragonés y lo más zaragozano posible, y que funcione como una plataforma que muestre desde Zaragoza y desde Aragón la cultura musical de América Latina y de España.
¿Habrá novedades en otras facetas más allá de lo musical?
Queremos invertir un poco más en el arte, en las actividades. Al festival le gustan esas cosas no musicales, como la lucha libre que tuvimos el año pasado. Además, tenemos apoyo de patrocinadores que también están pensando pensando cómo activar iniciativas que llamen la atención.
¿Cree que el público responderá igual que en 2022?
Por ahora el ritmo de venta de entradas es estable. Me parece que podemos ir quizás mejor que el año pasado, que concluyó con más de 33.000 entradas.
¿Se empieza a conocer en México que el Vive Latino también tiene una edición en Europa?
Este año, en Ciudad de México reunimos a 160.000 personas. Siempre ha habido bandas españolas en el Vive Latino, pero ahora tiene aún más sentido porque se ha tendido un puente de talento entre artistas que van a Ciudad de México y/o a Zaragoza. Está empezando esa retroalimentación, allá también anunciamos el Vive Latino España y damos información continua.
Bunbury no pudo estar en el Vive Latino España 2022. ¿Hay posibilidades de que figure en el cartel en alguna de las próximas citas a este o al otro lado del charco?
Ojalá en algún momento se plantee la posibilidad de hacer festivales además de los conciertos que ha anunciado. Estaría buenísimo.
¿Qué le parece su regreso a los escenarios?
Enrique ha pasado un momento confuso y complicado. Afortunadamente, estuve con él hace poco y ya le vi bastante bien, mucho más claro y con la ilusión del disco que acaba de sacar y de los próximos conciertos. La verdad es que me alegro mucho por él.
Cuando organizó por primera vez este festival, en 1998, ¿se imaginaba que iba a llegar tan lejos?
La verdad es que no. Cuando eres más joven piensas las cosas de manera distinta y vas día a día. En el 98 no había muchas opciones así en América Latina. Tuvimos esa suerte de hacerlo sin reflexionar mucho lo que pasaría y sin saber que los festivales se iban a consolidar de esta forma en la industria.
