LITERATURA. OCIO Y CULTURA
"Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama". Muere la mujer que vivió y viajó con Borges
Escritora, traductora y profesora, se casó con el autor de 'El Aleph' dos meses antes de su muerte en Ginebra y veló por su legado desde 1986
ZARAGOZA. Ha muerto en Buenos Aires, su ciudad y la de su amado Jorge Luis Borges, María Kodama (1937-2023) a los 86 años. Era escritora, traductora, viuda del autor de ‘El Aleph’ y la mujer entusiasta y no siempre comprendida que veló por su obra. Jorge Luis Borges (1899-1986) colaboró con bastantes mujeres, entre ellas María Esther Vázquez, se enamoró perdidamente de Estela Canto, se casó con Elsa Astete en 1967 (más bien por despecho: amaba ya a María pero le hicieron creer que se iba a casar con otro), tuvo un vínculo de misteriosa dependencia con su madre, pero la fémina de su vida parece haber sido María Kodama.
Hija de japonés y de una mujer en la que se cruzaban antepasados de distintos países, oyó hablar ya de niña de Borges cuando le leyeron unos poemas y un cuento; asistió a una charla suya con 12 años y cuando tenía 16, al salir de una librería, chocó con el gran escritor en la calle Florida. Él tenía 54 años. Y pronto iniciarían una relación muy especial: él la invitó a estudiar inglés antiguo y se verían casa a menudo, ante las reticencias de su madre, que ya se había separado de su padre.
Borges fue decisivo en su formación (María se inclinó por la literatura sajona e islandesa), pero parecieron alejarse y él se casó con Elsa Astete, con la que vivió año y medio. En ese período, María los visitaba y hablaba con el maestro como si nada. Más tarde, tras la separación, intensificarían la complicidad y el cariño, y juntos firmarían dos libros: la compilación de ‘Breve antología anglosajona’ y el libro ‘Atlas’, que es una crónica de sus viajes.
A finales de los años 80, invitada por Lola Albiac y el Gobierno de Aragón, María Kodama estuvo en Zaragoza. Conversamos durante tres horas en un salón del actual restaurante La Ontina y allí confirmó su historia de amor, un amor del que Borges «fue dejando trazas a lo largo de su libros sin decírmelo, hasta que me lo reveló», como escribió en su libro ‘Homenaje a Borges’.
Aquel día, aun reciente la muerte del autor de ‘Ficciones’ y de su boda (se habían casado dos meses antes de que ‘partiese’ el escritor argentino, como le gustaba decir), recordaba sus citas, su convivencia, sus pasiones literarias y sus viajes. Hasta habían subido en globo juntos. «Borges, ciego ya, me decía siempre: ‘María me gusta ver el mundo con tus ojos. Cuéntame cómo está el cielo’. Decía que yo era como un samurái. Aprendí mucho con él y de él». De uno de sus viajes más emocionantes, a Nápoles y Sicilia, dejó constancia el fotógrafo italiano Ferdinando Scianna.
María Kodama ha tenido disputas y juicios tras la muerte del maestro. Uno de ellos le afectó al escritor español Agustín Fernández Mallo; le obligó a retirar su libro ‘El hacedor’. Con todo, también ha tenido defensores.
Bioy Casares en su diario, en octubre de 1982, refiere esta conversación con Borges: «Después de decir que si tuviera coraje rompería, reconoce que María es lo mejor, lo único que le ha pasado en la vida, y que a su lado fue muy feliz». Jorge Luis Borges escribió para ella en ‘La cifra. Inscripción’ en 1981: «Yo pronuncio ahora su nombre, María Kodama. Cuántas mañanas, cuántos mares, cuántos jardines del Oriente y del Occidente, cuánto Virgilio». No fue la única vez que lo hizo.