Luz Casal: "Soy cero nostálgica, no suelo mirar al pasado y ayer me queda lejos"

"Sé que hay muchas razones para ser pesimista, pero me niego a tener el ceño fruncido siempre", asegura quien publica este viernes su decimosexto álbum de estudio, 'Las ventanas de mi alma'.

La cantante Luz Casal.
La cantante Luz Casal.
EFE/Sergio Pérez

Con una espléndida y luminosa portada llega hoy a las tiendas y las plataformas 'Las ventanas de mi alma', el decimosexto álbum de estudio de Luz Casal (Boimorto, 64 años). Cinco años ha tardado la artista gallega en confeccionar las doce canciones que forman parte del disco, una obra íntima y personal que supone el pistoletazo de salida a una intensa gira que comienza este sábado en Roquetas de Mar y que comprende, de momento, más de una treintena de fechas. "Siempre me entran los nervios te planteas a ver si van a encajar bien todas las piezas, pero lo sabremos llevar", se sincera.

Cinco años sin canciones nuevas, ¿por qué tanto tiempo?
Pues porque las cosas cuestan trabajo (ríe). Si quieres hacer algo de lo que te sientas satisfecha, no ahora sino pasado el tiempo, si quieres no repetirte e intentar buscar sonoridades que tengan que ver con este presente y con este momento. Todo eso lleva tiempo. A veces tienes que probar diferentes vías, por mucho que des con una idea fácil que resulte interesante, no vaya a ser que alguna sea mejor que la primigenia.

Dice un paisano suyo, Iván Ferreiro, que a él con el tiempo le cuesta más escribir canciones. ¿A usted le pasa igual?
Pues parece que en mi caso es al revés, porque en este disco he escrito muchísimas más canciones que en todos los anteriores. De hecho, he escrito en todas las canciones y en algunas la música y la letra. Será por llevar la contraria a todo el mundo (ríe).

Es, también, uno de sus discos más personales. ¿Con la edad se va perdiendo el pudor?
Sí, porque hace tiempo que no hago canciones que sean estrictamente comunes. Me salgo de la relación mujer-hombre o mujer-pareja o mujer que desea al otro. Llevo tiempo hablando de cosas diferentes, de sensaciones y sentimientos distintos. He escrito mucho sobre la amistad, la confianza y en este he escrito sobre la inocencia. Hablo también de pulir aspectos de mi personalidad.

"He escrito mucho sobre la amistad, la confianza y en este he escrito sobre la inocencia. Hablo también de pulir aspectos de mi personalidad"

El arranque del álbum es muy especial. 'Las ventanas de mi alma' no solo da nombre al disco sino que además es una canción muy desnuda: una guitarra, una voz y lo que parece un sintetizador.Es un armónium. Curiosamente había uno en el estudio de grabación. El día antes llegar a grabar había estado en la Catedral de Toledo escuchando tocar hasta ocho órganos de iglesia. Fue apabullante. Y hubo un momento en el que sentí que tenía que ver con esta canción, que en cualquier caso ya iba a ser una canción muy despojada de elementos y muy sencilla. Es más, llegué a grabar fragmentos, pensando que manipulándolos y poniéndolos en la tonalidad de la canción, a lo mejor podían servir. Al final el armónium, algo que parece un mueble para poner la lámpara y la taza del café, se convirtió en un elemento importantísimo para la canción.

Después llega ese rock más tradicional que es 'La inocencia', donde habla de recuperar la inocencia. Si tuviera la oportunidad, ¿qué consejo le daría a la joven que empezaba hace ya cuatro décadas?
Que estudiara más (ríe), como las madres a sus hijas. Algo así. O que aprovechara más el tiempo, aunque yo creo que lo he aprovechado bastante bien. Pero bueno, siempre hay esa idea de que cuando alguien con más experiencia te dice "ay, deberías hacer esto, porque si no te arrepentirás", siempre pensamos que ya está el pesado de turno dando lecciones, pero luego con respecto al tiempo te das cuenta de que desperdiciarlo está fatal porque es algo que luego no puedes recuperar. Recuperar el tiempo perdido como imagen puede estar bien, pero sabemos que no podemos volver al día de ayer salvo con el pensamiento. Lo que está hecho, está.

¿Es muy nostálgica?
No, cero nostálgica. Sí tengo esa especie congoja por no tener a personas a las que echo de menos, pero no más. No suelo mirar al pasado y ayer me queda lejos.

Canciones como 'Hola, qué tal' surgen de aquella experiencia que tuvo durante el confinamiento, en la que realizó llamadas a aquellas personas que más aisladas estaban. ¿Cuándo supo que se convertiría en canción?
Que se iba a convertir en canción lo supe cuando dejé de hacer las llamadas y puse el título 'Hola, qué tal', que era mi frase cuando las hacía. Piensa que la gente no esperaba mi llamada y que había sido un novio, el hermano, el padre o el hijo los que me habían dado los teléfonos de contacto a través de las redes sociales. Estaba claro que toda esa experiencia tenía que conducirla y sacarla, como casi todas mis experiencias vitales, que acaban de una forma o de otra en canción. Con la distancia, lo más sorprendente de la canción es que toda esa experiencia se ha convertido en una especie de reflejo de una comunicación en la que tú, por un lado, le dices que estás aquí para escucharlo y, por el otro, también le muestras que tienes tus flaquezas y te producen un sentimiento de estar encarcelado y de ser rehén de las mismas.

"Esa experiencia se ha convertido en una especie de reflejo de una comunicación en la que tú, por un lado, le dices que estás aquí para escucharlo y, por el otro, también le muestras que tienes tus flaquezas"

Se atreve también con un bolero, 'Suave es la noche'...
¡Cómo no!

Y luego con un rock juguetón que ha escrito junto a Los Zigarros, 'Antes que tú'. Ese deambular por los distintos géneros de la canción, ¿es algo buscado de forma consciente o surge espontáneamente?
Ha sido el común denominador de todos mis discos desde el 82. Puedo pasar de un rock a un medio tiempo y después a una balada. Yo transito por géneros según mis necesidades expresivas y según la aventura en que me quiera meter. Yo nunca había compuesto íntegramente un bolero y lo hice aquí.

¿Por qué?
Hay muchas razones. En este caso en concreto, la hice también durante el confinamiento y me acordaba de un amigo que es muy enamoradizo y al que le gusta mucho Cuba, así que hice un mix, situándome yo como una de las personas enamoradas e imaginándome haciendo esta canción en Cuba, con un trombón como si estuviera sonando en el Tropicana. Es una canción que creo que cantaré durante muchos años.

Con el paso de los años, ¿siente más responsabilidad a la hora de publicar un álbum por aquello de tener que estar a la altura de su obra anterior?Yo esa responsabilidad no la asumo (ríe). Mi responsabilidad es conmigo misma. Cuando trabajo no puedo pensar en si esta canción está a la altura de las expectativas de la gente más seguidora y más fiel. Si tuviera ese planteamiento, creo que me frenaría y no sería tan espontánea.

"Cuando trabajo no puedo pensar en si esta canción está a la altura de las expectativas de la gente más seguidora y más fiel. Si tuviera ese planteamiento, creo que me frenaría y no sería tan espontánea"

Cierra el álbum recuperando 'Un poco más de amor', una canción escrita por Carmen Santonja grabada hace treinta años y cuya letra parece hablar del espanto de la guerra ucraniana.
Sí, eso es lo más sorprendente, y es la razón principal de que esté porque es un reflejo de ese presente tan dramático, que nos afecta a todos aunque no sea de manera directa. Creo tengo la obligación de reflejar que yo sé que en el mundo hay más cosas y circunstancias muy diferentes a las que yo pueda vivir e imaginar. Me parecía que cerrar el álbum con una canción seria, que pide que ocurra pronto un milagro porque estamos hasta arriba de que se sigan haciendo este tipo de cosas, era importante. En el caso de una guerra, la mayor parte de los afectados son gente inocente que no se pelean por una tierra, sino que sienten que con el trocillo que tienen es suficiente para vivir.

¿Tiene arreglo el mundo ? ¿Es optimista?
Yo soy optimista. De no serlo, no estaría en este mundo, porque las dificultades hubieran podido conmigo (ríe). Creo que siempre se puede mejorar, que siempre puedes revertir una experiencia mala en algo positivo. Para mí la vida consiste en sortear esas dificultades, tener fortaleza para sortearlas y cambiarlas. Sé que hay muchas razones para ser pesimista, pero me niego a tener el ceño fruncido todo el tiempo.

Dos gallegos están ahora en lo más alto de la política nacional, Alberto Núñez Feijóo y Yolanda Díaz. ¿Los conoce? ¿Qué le parecen?
Me lo has puesto muy fácil porque hay tres cosas sobre las que no me pronuncio por convicción, salud y por respeto a los demás: son la política, el fútbol y religión (ríe). Ya sé que es muy importante para mucha gente, pero yo hablo de lo poco que sé que es mi mundo en la música.

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