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La artista Yoko Ono cumple 90 años

La artista y compositora, viuda de John Lennon, es hoy un popular icono de la cultura contemporánea

Yoko Ono expuso en el palacio de Sástago en el año 2000.
Yoko Ono expuso en el palacio de Sástago en el año 2000.
Carlos Moncín / Heraldo.

Ono Yoko nació en Tokio el 18 de febrero de 1933 en el seno de una de las familias más aristocráticas y ricas de Japón. Hasta muy recientemente Yoko era conocida sobre todo por ser «la viuda de John Lennon» y la «oportunista» que provocó la ruptura de los Beatles. Resulta sorprendente cómo este pobre y sesgado relato ha sobrevivido tantos años. Afortunadamente, el tiempo y la verdad, inexorables, han puesto las cosas en su sitio. Yoko Ono es hoy un popular icono de la cultura contemporánea que brilla por fin con luz propia.

Es imposible trazar en este artículo siquiera un guión de su larga trayectoria artística. Me resigno pues a apuntar únicamente algunos hitos principales en los inicios de su biografía: entre otros, su pertenencia al grupo de artistas vanguardistas alrededor de John Cage desde finales de los 50, su protagonismo junto al compositor La Monte Young en una serie de ‘happenings’ memorables en su estudio en 1960, su influencia en el origen del movimiento ‘Fluxus’, luego formalizado por George Maciunas, su primera exposición en la AG Gallery (1961) precursora del arte conceptual norteamericano, su radical performance feminista Cut Piece en Kioto y Tokio en 1964, etc.

La portentosa actividad experimental de la artista aquellos años fue reconocida finalmente por el MoMA de New York al organizar en 2015 la exposición ‘Yoko Ono: One Woman Show, 1960–1971’, acontecimiento extraordinario a cuya inauguración fui invitado por Yoko tras haber dirigido catorce de sus exposiciones desde 1995, entre ellas, la magnífica retrospectiva ‘Yoko Ono Ebro’ en el Palacio de Sástago de Zaragoza en 2000.

Cuando Yoko y John se conocieron en Londres en 1966, la artista japonesa era considerada ya una «terrible» artista vanguardista; precisamente, se hallaba en la capital inglesa participando en el simposio ‘Destruction in Art’. Su encuentro se produjo en su exposición en la Indica Books and Gallery. Hasta entonces Yoko apenas conocía la música de los Beatles ni le interesaba. Desde 1968 fueron prácticamente inseparables, casándose en Gibraltar en marzo de 1969 tras obtener los divorcios de sus respectivos cónyuges: John, de Cynthia, y Yoko de Tony Cox, su segundo marido. 

Su primera ‘intervención’ artística en común la realizaron en su luna de miel en Ámsterdam: un auténtico happening contra la guerra de Vietnam, ‘Bed-ins for Peace’ (‘Encamados por la paz’), acción consistente en permanecer durante días en la cama del hotel rodeados de propaganda pacifista y periodistas. Musicalmente, sus principales colaboraciones se dieron a través de la Plastic Ono Band, grabaciones que fueron «masacradas» por los críticos poperos de la época. También Yoko colaboró con John en algunas de sus canciones, por ejemplo, compuso la letra de ‘Imagine’, coautoría que le fue reconocida en 2017.

Su historia es una leyenda de valentía y resistencia, tomando decisiones nada fáciles de entender en su momento, como la ruptura con su familia para casarse en 1956 con el joven compositor Toshi Ichiyanagi

Su particular andadura artística no fue un camino de rosas. Solo fue posible gracias a su sustancial carácter inconformista e independencia, y su voluntad de renunciar a lo que el destino parecía haberle determinado aun antes de su nacimiento. Su historia es una leyenda de valentía y resistencia, tomando decisiones nada fáciles de entender en su momento, como la ruptura con su familia para casarse en 1956 con el joven compositor Toshi Ichiyanagi, su precaria vida en los años sesenta, la separación de su hija Kyoko durante más de veinte años hasta su reencuentro en 1997… O soportando estoicamente las injustas críticas tras su enlace con Lennon.

El padre de Yoko, Ono Eisuke, concertista de piano antes de dedicarse a los negocios bancarios, pertenecía a una estirpe de famosos guerreros samuráis, familia que contó también con un buen número de intelectuales, músicos y pintores. Su madre, Isoko, era nieta de Yasuda Zenjiro, creador del poderoso conglomerado Yasuda de negocios industriales, comerciales y financieros, y fundador del Banco Yasuda. El multimillonario patriarca fue asesinado por un fanático ultra nacionalista en 1921…

La pareja pasaba largas temporadas separada por las ocupaciones profesionales del marido. De hecho, cuando Yoko nació, Eisuke estaba destinado en San Francisco y no conoció a su hija hasta tres años después. La familia Ono se salvó de milagro del masivo bombardeo de Tokio en 1945, en el que perecieron más de 100.000 personas. Por suerte, es un decir, pudieron escapar a una provincia rural donde experimentaron en carne propia los desastres de la guerra, sufriendo hambre de verdad, según recuerda Yoko.

Sus estudios primarios los realizó en la prestigiosa escuela cristiana Keimei-Gukuen, pues su padre era cristiano, quizá heredero de una tradición familiar que se remonta al siglo XVI, cuando misioneros jesuitas evangelizaron el suroeste de Japón y la región de Nagasaki, creencias que supuestamente mantuvieron en secreto durante siglos por las persecuciones que padecieron los cristianos japoneses como atestigua la película Silence de Martin Scorsese. Al respecto, Yoko reveló misteriosamente en una entrevista que a lo mejor en su sangre había huellas de un jesuita que habría apostatado para salvar su vida. En todo caso, Yoko Ono guarda, además de su religiosidad cristiana, un gran respeto por el budismo y la filosofía zen, la más cercana a su pensamiento estético.

Fue una alumna tan brillante que logró ser aceptada en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Gukushuin, siendo la primera mujer en Japón en conseguirlo.

Tras el fin de la guerra, Yoko cursó estudios secundarios en la exclusiva escuela Gukushuin, donde era compañera del príncipe Akihito, futuro emperador de Japón, hoy emérito tras su abdicación en 2019. Fue una alumna tan brillante que logró ser aceptada en el Departamento de Filosofía de la Universidad de Gukushuin, siendo la primera mujer en Japón en conseguirlo.

No obstante, apenas cursó dos semestres, trasladándose a New York en 1953 ya que su padre había sido nombrado Presidente del Banco de Tokio en Estados Unidos. Allí se matriculó en el Sarah Lawrence College, el más prestigioso centro de artes liberales del país, cursando estudios de literatura, música y composición, aunque no obtuvo su graduación por seguir sus propias inquietudes artísticas y comenzar una nueva vida plenamente creativa junto a su joven marido. Yoko Ono tenía entonces 23 años y un incierto futuro por delante…

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