María López Insausti: "Las compañías de teatro aragonesas somos flores del desierto, capaces de resitirlo todo"

La gerente del Teatro de las Esquinas de Zaragoza confía en recuperar el total del público que acudía a este escenario antes de la pandemia, y aboga por dar un paso adelante para que la cultura sea independiente de la política.

María López Insausti
María López Insausti
Oliver Duch

Este 2022 ha sido un año muy importante para el Teatro de las Esquinas y para las compañías que lo gestionan…

Ha sido un año un poco de vuelta a la normalidad después de todo el tema de la pandemia y la sensación es buena, aunque todavía no hemos recuperado en el teatro el total del público. Hay un margen de un 10% que espero que vayamos ganando en los próximos meses. Y por parte de las compañías ha sido ya plena normalidad, volver a las giras y a la actividad normal. Es verdad que Teatro del Temple y Teatro Che y Moche somos dos compañías muy activas que estamos en un buen momento también porque trabajamos mucho en ello. Se ha generado una confianza hacia lo que hacemos, aunque cada espectáculo sea un nuevo examen. Eso nos da trabajo y capacidad de desarrollo como compañías.

¿A qué retos se enfrenta este espacio en el futuro?

A recuperar ese 10%, que se ha quedado en el camino en la pandemia, a seguir interesando tanto al público que está habituado a ir al teatro, que suele ser un perfil de una franja de edad a partir de los 40 años, como a otro más joven, y mantener el nivel. También tenemos un reto, que nos planteamos como gentes de teatro, que es conseguir que ese público se interese por obras que no tienen un atractivo comercial, digamos, porque ni los actores son muy reconocidos ni las historias son de un humor desternillante, sino que son de un perfil más cultural. Nos encantaría que en obras que no tienen ni título divertido ni actor reconocible el teatro se llenara solamente por la propia calidad de la propuesta. Ese es uno de nuestros objetivos. El otro es seguir manteniendo el nivel que tenemos ahora de aceptación entre los ciudadanos de Zaragoza, que creo que es muy bueno.

En Aragón, ¿el público responde?

Creo que sí. Normalmente, lo que detectamos es que en los tiempos de crisis se vuelven más conservadores. En ese sentido, seleccionan más lo que conocen, les da un poco más de pudor o de miedo ir a ver montajes de los que no han oído hablar, que no apenas conocían o que les suenan demasiado serias. Pero pienso que el público siente la necesidad de seguir encontrándose y de seguir yendo al teatro. En estos tiempos tienen muchas ganas de comedia, de pasárselo bien y de divertirse.

El teatro aragonés, ¿goza de buena de salud? ¿Se apoyan lo suficiente las artes escénicas en Aragón?

Las compañías aragonesas nos caracterizamos por ser resilientes. Somos flores del desierto, capaces de resistirlo todo. Digo esto porque tenemos una comunidad que por estructura y población no da muchas posibilidades de partir de ella. Las compañías de otras regiones tienen un circuito que aquí es inviable. Aquí, una compañía con un espectáculo un poco grande y de teatro de sala puede hacer al año entre 7 y 10 localidades, si la cosa va muy bien. No tenemos poblaciones demasiado grandes y todo se concentra en Zaragoza. Y a nivel institucional es complicado. Creo que todavía falta esa confianza de la política local en su propia cultura. Tengo una visión, supongo que muy desde mi punto de vista, de que otras comunidades autónomas que tienen muchos teatros, y que los tienen en activo, valoran más su patrimonio cultural. Pienso en Galicia, País Vasco o Andalucía. Todavía nos falta ese reconocimiento de nuestro hacer cultural.

En el ámbito profesional, ¿qué le pide a 2023?

La gente de teatro tememos los años electorales. Tenemos un factor, no solo a nivel local, sino en todo el país, y es que hay demasiada influencia de la política en la cultura, como un territorio que pueden hacer y deshacer según sus intereses. Lo que pediría es que demos un paso en ese sentido, que la cultura sea independiente de la política para que tenga su propio desarrollo, e intentar que sea un año lo más normal posible a pesar de las elecciones.

Un gestora a escena

María López Insausti (Zaragoza, 1964) es gerente del Teatro de las Esquinas de Zaragoza. Vinculada desde sus primeros estudios al arte escénico –se formó en la Escuela Municipal de Teatro de Zaragoza–, es desde 2004 gerente y socia de la compañía Teatro del Temple. Preside, además, la Asociación ARES, Aragón Escena y es vocal en la junta directiva de la Federación Nacional de Empresas de Teatro y Danza.

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