Teresa Viejo: "Uno de los grandes problemas de los seres humanos es que no escuchamos"

La periodista y escritora participará en la gala Mujeres, organizada por HERALDO y el portal especializado Mujer.es, que tendrá lugar el miércoles, 19 de octubre, en la sala Mozart del Auditorio de Zaragoza.

Teresa Viejo.
Teresa Viejo.
Enrique Cidoncha

A Teresa Viejo (Madrid, 1963) no le gustan las etiquetas, pero asegura ser la mujer que es "gracias a la niña que vivió su curiosidad como un impulso vital". Es precisamente de ese deseo por saber o averiguar algo, además de su carrera profesional y de sus metas y proyectos de lo que dará cuenta este miércoles en la gala Mujeres organizada por HERALDO y la web mujer.es.

¿Somos curiosos los españoles o deberíamos serlo más?

Decir que no lo somos, dado que es una fortaleza y la llevamos dentro, sería erróneo e injusto. Ahora bien, en general, no tenemos un alto comportamiento curioso enfocado a lo que de verdad debe hacer la curiosidad en nuestro comportamiento.

Precisamente, ese deseo por averiguarlo todo es el protagonista de su última obra 'La niña que todo lo quería saber', que presentará mañana, a las 19.00, en Gran Casa, en Zaragoza. ¿Qué papel juega en su vida la curiosidad?

Todo. Es mi impulso vital desde que era una niña. Me ha abierto todas las puertas que yo he decidido abrir.  Me ha invitado a conocer senderos y personas que me han hecho aprender y vivir experiencias que me llegado a poner al límite de mis competencias y de mis habilidades e incluso a descubrir todo lo que me apetecía. Tengo la gran fortuna de que una niña que nació en una familia humilde ha podido hacer cosas inimaginables gracias a la curiosidad.

Curiosa y observadora, como el nombre del programa que conduce en RNE...

Realmente ese deseo por saber se manifiesta de dos maneras: una a través de nuestra comunicación y otra, con la observación. Si ser muy consciente cuando puse el nombre al programa hace diez años en el fondo lo que estaba haciendo era un alegato a favor de la curiosidad en el comportamiento humano. 

Usted es periodista. Conoce muy bien la radio, la televisión y también la prensa escrita, ¿en qué medio ha aprendido más?

Lo que más me ha enseñado es la vida y escuchar la vida. Se escucha más en la radio que en la televisión, eso es cierto, aunque yo he tenido la suerte de escuchar mucho en la tele. No hay que estar en un mundo relacionado con las altas esferas para aprender. Con todo y de todo se aprende. 

El miércoles participará en la gala Mujeres que organiza HERALDO, ¿qué espera aprender en este encuentro?

Una de las cosas que más me gustó cuando me invitaron es que no vamos a estar dando vueltas a un concepto que es muy necesario, pero en el que quizá caemos con excesiva frecuencia las mujeres que hemos tenido determinadas competencias profesionales, que es liderazgo y visibilidad. Creo que a veces hablamos mucho de nosotras mismas y menos de lo que les ocurre a otras mujeres y el hecho de juntarnos en el mismo evento a seis personas de distintos ámbitos es algo muy enriquecedor porque podemos ser muy empáticas con las demás, lanzando además unas reflexiones que pueden llegar a quienes nos estén escuchando. Uno de los grandes problemas que tenemos los seres humanos es que no escuchamos a quien piensa, siente y hace cosas diferentes a las nuestras. Si lo hiciéramos, el grado de crispación en el que vivimos se vería reducido.

Compartirá experiencias con otras mujeres que, como usted, han alcanzado el éxito en otros sectores, ¿cuál es la próxima meta que se plantea alcanzar?

Una súper meta, diría yo. Voy a hacer un doctorado en Psicología en la Universidad de Zaragoza. Validar desde la universidad la investigación que estoy haciendo de la curiosidad es la aspiración máxima que puede tener alguien que además tiene un enorme respeto por el mundo universitario y por la propia formación. Cuando Javier García Campayo, que va a ser mi director de tesis, me llamó para proponérmelo le dije: Mira, esto es como si estando felizmente casada te llama Brad Pitt para cenar. ¿Cómo iba a decir que no? Es como si, de repente, hubieran encajado muchas piezas de mi vida de golpe.

Vuelve a Zaragoza de la mano de HERALDO, pero usted ha declarado en varias ocasiones que está enamorada de la capital aragonesa. ¿Qué lazos le unen a la ciudad?

La curiosidad nos enseña que no hay casualidades sino causalidades. También a tratar de traducir lo que nos rodean. Bien, pues desde hace un tiempo solo recibo señales desde Zaragoza. De hecho llevo colgada en el cuello, que es un legado familiar, una medalla de la Virgen del Pilar, a quien siempre visito cuando voy a la capital aragonesa. Cuando mi padre enfermó justo estaba en la ciudad. Me dijeron que su estado era grave. Me acerqué al Pilar, recé todo lo que supe y él estuvo un año más con nosotros. Es como que aquello que más que a mí me gusta y me interesa está en esta ciudad y ahora también la tesis doctoral... Todo pasa en Zaragoza. 

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