Los autores que a lo largo de su trayectoria se mantienen fieles a un estilo y lo siguen cultivando activan el respeto cinéfilo, en especial cuando sus trabajos van contracorriente en cuanto a que resultan ajenos al tiempo y a las tendencias y remiten a lo que ya no se hace. Terence Davies, director de ‘Voces distantes’, ‘La casa de la alegría’, ‘The Deep blue sea’, ‘Sunset song’ e ‘Historia de una pasión’, evoca estas sensaciones con ‘Benediction’, película sobre la vida y el estado interior del poeta británico Siegfried Sassoon. Un filme biográfico que, en consonancia con el perfil descrito, luce despojado de cualquier rastro de fórmula recurrente. De esencia y formas clásicas, lentitud expositiva (no confundir aquí con aburrido) y sustrato dramático, muestra el impacto que la Primera Guerra Mundial provocó en el personaje (horror contra el que se posicionó), la expresión de su homosexualidad y sus amistades y relaciones en su elevado círculo sociocultural, la salida que tomó al casarse con una mujer y su tristeza en la madurez otoñal. Es una de esas obras que se degustan por sus diálogos, estupendos por su sofisticación y por todo lo que desprenden, y sus exquisitas interpretaciones, con la de Jack Lowden al frente.

En la primera etapa narrativa resuenan los pasajes, cargados de fuerza, con imágenes documentales del conflicto bélico mientras Sassoon recita fragmentos de sus piezas, además de sus conversaciones con el doctor que le trata. En la segunda Davies envuelve en el ambiente en el que se movía el protagonista, entorno burgués lleno de narcisismo, despreocupación, promiscuidad y celos. Y en la tercera fase del relato, en la que llama la atención la contribución de Peter Capaldi, la mirada no se despega de la decisión que toma. Algunas hermosas plasmaciones enlazan con el intenso recorrido emocional del magnífico cierre, sostenido sobre el rostro de Lowden y de los que quedan grabados.