LITERATURA. OCIO Y CULTURA
Quince poetas aragoneses hablan del Día de la Poesía y ofrecen un poema inédito
Son autores de varias generaciones y poéticas, desde el nonagenario Rosendo Tello hasta las jóvenes y premiadas Aitana Monzón y Celia Carrasco Gil
El 21 de marzo es el Día Mundial de la Poesía. Heraldo.es ha convocado a quince poetas aragoneses para que expliquen qué significa este día para ellos, cómo lo viven, y también cuál es el lugar de la lírica en su vida y en su inspiración. Los seleccionados son Olga Bernad, Adolfo Burriel, Celia Carrasco Gil, Ricardo Díez, Marta Domínguez, Ángel Gracia, Francisco López Serrano, Eugenio Mateo, Aitana Monzón, Ángel Petisme, Estela Puyuelo, Carmen Ruiz Fleta, Jesús Soria, Rosendo Tello y Almudena Vidorreta. Todos ellos, además de sus reflexiones, ofrecen un poema inédito.
OLGA BERNAD
Necesito la poesía para que no me explote el corazón en mil palabras. En la vida normal aprendes que muchas veces te dirán “dime lo que piensas” pero tú deberás tener cuidado con lo que dices. La incertidumbre es incómoda, y la intemperie produce carreras desesperadas hacia el techo más cercano. Por eso me gusta la poesía, porque nunca ha dejado de hablar a quien mira de otra forma. Se aburre a cubierto, se muere bajo palio. Es un maldito amor de los de para siempre, no como esos que van y vienen y desaparecen de tu cabeza y de tu corazón. Yo sólo quiero que aún quiera estar conmigo. Yo quiero estar con ella. Un día más, un rato, un segundo de humo en mis pulmones. Eso celebro.
Sin corazón
Sé quién merece amor y eso me salva.
Sé caer de rodillas
e hincarme en mis dos pies sobre la tierra.
Hace falta la misma luz suicida,
la misma exacta oscuridad. Los días
huyeron al infierno cuando fuimos cobardes
o tibios o mediocres. Desde allí nos acusan,
son esa vaga niebla en la conciencia
que no quiero tener. Son esas ruinas
sobre las que no voy a caminar. Escucha:
uno está solo siempre cuando ama,
está limpio de orgullo.
De una extraña manera, no tiene corazón.
ADOLFO BURRIEL
EL DÍA DE LA POESÍA
A la Poesía, esa forma de hallar lo que la primera mirada no ve, pero que sí está vivo y presente en lo que miramos, le han dado un día de gloria al año. Estaría bien, aunque no fuesen todos, que a la Poesía le dieran algunos días más.
¿Qué haré este día? Suelo leer a diario algunos poemas, de poetas diferentes, últimamente muchos de poetas cercanos y amigos. No será el día este de la Poesía una excepción, pero tampoco un día de lectura excepcional
Y ya que hablamos de poesía, diré que la vivo a chispazos, con días de agobio y días de paz, días con ella y días en los que me olvida... No deja de ser una rara, feliz e infeliz, compañera. Tampoco la única, que, por gracia y por desgracia, hay muchas más cosas qué pensar, y no faltan las qué hacer.
Poema
Sobreviven los días sin amor,
y los silencios,
y hay una mancha roja y noche,
sin refugio.
¡Hurra por los muertos impuros,
por los degollados de pena,
por los hacedores de sombras,
por la esperanza inútil de los presos,
por los búhos al borde del asombro,
por el caballo negro de Santiago,
por los rastreadores de derrotas
que buscan
constelaciones en la noche!,
¡hurra por el tropel de los incrédulos,
por las palabras cavernosas,
por los acantilados de gaviotas,
por la senda de los cuadrúpedos,
por la gran polvareda,
los lutos milenarios!,
valor en las mañanas que resbalan del cielo,
valor,
valor a los vencidos.
CELIA CARRASCO
Para mí este día celebra la herida del lenguaje, esa abertura entre los nombres y las cosas, esa gruta pictórica en la que reverbera el mundo del poema. Concibo la poesía como un lugar de dudas, como un espacio en el que renombrar la incertidumbre de la vida. Trato de materializarla en la plasticidad de las imágenes y en la exploración de ambigüedades léxicas que puedan aportar dobles sentidos y airear la realidad para abrir las posibilidades germinativas de los textos. Me gusta pensar en este día con un término huidobriano de 'Altazor': la llegada de “la golonrima”, esto es, el florecer del verso, la primavera de la poesía.
Ajoblanco
Sobrepasar la celda del metal.
Tocar crótalos de almirez en la rutina.
Y majar el silencio en su blancura de mandorla.
Toc toc.
Pacto de cabritillo con la infancia.
Polvo de la paz blanda
trocada en armadura.
RICARDO DÍEZ PELLEJERO
Notas para el Día Mundial de la Poesía
El día mundial de la poesía tiene, para mí, dos caras. La amarga es que sea preciso defenderla —como a otras causas que requieren de apoyo y piden visibilidad para prosperar— lo que dice bastante del lugar marginal que este género ocupa en nuestros días. Y el amable es, sin duda, el de la celebración de esta disciplina milenaria que, para mí, es una forma de conocer, de cuestionar, de enunciar el mundo y que representa un desafío constante al lenguaje con el que construimos nuestras ideas. Es, ante todo, un acto de creación absolutamente libre, que requiere únicamente lápiz, papel, atención y tiempo.
El niño que soy
Que el amor sería una locura,
me dijeron,
que la vida es otra cosa.
Que el futuro es sólo pasajero
y el presente no quiere a la aventura.
Que lo mío es todo,
me dijeron,
que esperar más: una tortura.
Que los ojos te miran con recelo
si no buscas denodado tu fortuna.
Que los vinos te hacen ligero,
me dijeron,
que los bosques son sólo su espesura.
Que el color no es arte
y los libros no son sino lectura.
Que querer es empezar a olvidarte,
me dijeron,
que el hablar: una impostura.
Que los dioses mueren por desgaste
y la suerte es siempre inoportuna.
Que la vida vendría a macerarme,
que el tiempo sería mi atadura…
No recuerdo quién
pero dijeron,
¿te imaginas?
Que el amor sería una locura.
MARTA DOMÍNGUEZ ALONSO
Excepto este año, en el que estaré en un acto muy querido en la Biblioteca de Aragón, no suelo celebrar de una manera especial el día de la Poesía porque la poesía puede celebrarse en cualquier momento y puede hallarse en cualquier lugar. Está en todo pero a la vez es muy difícil hacer poesía de todo, porque es un acto íntimo en el que rendir cuentas con una misma, es una mala amante que no viene cuando se le llama y viene cuando menos se le espera. Cuando llega, es sujeción, dolor, y unción. El día de la Poesía podría ser concebido para reflexionar acerca del significado de la palabra poeta, que nunca debería caer en la banalización. Pienso en la poesía como uno de los actos de abstracción más complejos y escurridizos.
De entre la niebla
Vi colgar al tiempo sus sayos de fantasma,
vi rodar las vidas que no volverán
y a las fotos viejas, carcomer el polvo,
recordé a mis muertos en la soledad.
Subí a la azotea de la mansión desierta
vi encalar los años y la juventud,
tender las manos y agostar los panes,
- de entre la niebla-
a la muerte vi, sentada en el zaguán.
Escuché el vagido de las plañideras
en cortejo fúnebre enlutando el mar,
y volví al pasado
y en un mismo grito
las parteras grises mi vida alumbrar.
La saga extinguida, en la noche aciaga,
fui rumiando penas y esbozando el cierzo
de la eternidad.
Hoy en vaso roto el vino se apresta,
curaré mis venas tejiendo el lamento,
cubriendo mi cuerpo con vuestros harapos
secando el sudario a la luz del día
que una de estas tardes habré de habitar.
ÁNGEL GRACIA
Cuando era joven me tomé demasiado en serio la condición poética. Imitaba a Celan: “Quien se arranca el corazón del pecho en la / noche quiere alcanzar la rosa”. Qué osado, qué ingenuo fui. Con el tiempo, he aprendido a vivir el descorazonamiento de una manera más humilde: “arrancarme de cuajo el corazón / y ponerlo debajo de un zapato”, me canta a todas horas Miguel Hernández en la voz del Niño de Elche. Mis seres queridos (los vivos y los muertos) han colocado a la poesía en su lugar: entre las cosas importantes, es la menos importante. Hoy pasaré la tarde con mis hijos, jugando a ras del suelo.
Dinosaur Jr.
El sol nace siempre sobre tus ojos.
Le bufas y lo apartas con la mano.
Todas las mañanas te despiertas destapado,
en lo alto del Aneto.
Te lavas el rostro en las nubes
y desciendes por las avalanchas,
como nieve que se une a otra nieve.
Con la bici vadeas ríos y hondonadas.
En la escuela juegas
a hablar en lenguas que nadie ha oído.
Eres un niño aullido y un niño cántico.
Te bañas en ardientes ibones.
Respiras de los árboles alados.
Sobrevuelas los rayos.
Sabes leer el jeroglífico de las estrellas.
El día es infinito
y tus pasos nunca se repiten sobre la tierra.
Todas las noches desapareces
bajo una biblioteca sumergida.
Tus libros soñarán con las maravillas
que les has contado. Y cuando despiertes,
yo seré el dinosaurio que siempre te acompaña.
FRANCISCO LÓPEZ SERRANO
Palabra a contratiempo
No soy muy partidario ni de los “días D”, con sus implicaciones bélicas, ni de los “días de...”, con su pan para hoy y su hambre para mañana. Un día de... parece implicar 364 días no de... Y, sin embargo, todos los días del año deberían ser días de la paz, de la mujer, del libro, de los derechos humanos o de la poesía. Todos los días deberían ser una celebración del ser, y la poesía es precisamente eso, una celebración del ser con sus noches claras y sus días oscuros. Palabra en el tiempo, sí, pero también palabra a contratiempo y contra el tiempo. Para mí todos los días son días de poesía porque la poesía es parte de mi vida y todos ellos la celebró leyéndola y muchos escribiéndola. Celebrémosla hoy y celebrémonos en ella sin olvidarla mañana, y que la poesía ilumine el mundo.
Peter Pan in Worseland
[Que la vida iba en serio…
Gil de Biedma.]
Cumplo sesenta y uno y qué hago ahora,
me visto más formal, miro a las mozas
castamente, intento ser discreto
en mis juicios, ponderado y pragmático
en mis aspiraciones, simular
una sabiduría que da el tiempo y no tengo.
Cumplo sesenta y uno y qué hago yo, si nadie
me enseñó a ser mayor, si nadie
me dijo que la edad era incapaz
de imponer al deseo disciplina,
al impulso un cercado, a la conciencia
una conformidad que hiciera llevadero
este lento camino hacia ninguna parte,
un ritmo más pausado hacia el desguace.
Si el dolor como un ave con su pico eficiente
ha anidado ya en mí para siempre jamás.
Quizás a cierta edad uno debiera
morir de la vergüenza de seguir aún vivo
o acaso renacer de la costilla
impar y resentida de una mala postura
en el mundo, la factura onerosa
de vivir tantos años sin saber
que el arte no era largo, corto ni perezoso
y que invariablemente,
a su cruel manera,
la vida iba de coña.
EUGENIO MATEO
En mi opinión, la poesía es un nexo espiritual entre culturas, y entiendo que con el día Mundial de la Poesía se aliente a compartir emociones o sentimientos entre poetas, lectores y oyentes de todo el orbe. Dar protagonismo al verso sería un perfecto elemento para conseguir un mundo mejor; ejercitar la expresión de lo íntimo como intercambio intangible para la conversación entre razas. La poesía como arquetipo ideal. Ahora, que todo parece haberse desquiciado, se ha de reivindicar la cordura infinita, no lo duden, esa que habita las estrofas con atisbos de locura generosa.
La Corriente del Golfo
Gatea la vida a ras de suelo
apenas levantando el vuelo
en instantes de gloria.
Acaso confunda el señuelo
y venga a convertir en trivial
al propio desaliento,
destilada esencia imbebible
posándose en los labios
con un regusto amargo.
En los días de furia reptan arrebatos
y el aire se enrarece a ras de suelo.
Unos palmos más arriba
dicen que viajan cenizas de un volcán.
La Corriente del Golfo
se enrisca por las pieles,
y un cielo muy azul,
más arriba todavía,
parece inalcanzable.
AITANA MONZÓN
No hay respuesta sencilla a por qué uno es poeta. Tampoco el pájaro conoce las razones de su trino, ni el árbol las de su fruto. No puede explicarse la poesía, y es de entender que sólo aquellos que la hayan padecido a tientas conciban el milagro lírico. El poeta intuye la gestación del verso, aunque no sepa nombrarla. De ahí que su escritura deba ser lenta, deba buscar su luz y su silencio. Pero hay un trabajo que le precede: no existe la inspiración divina, aunque, ciertamente, la labor poética posee algo de inspiración y algo de divinidad. Todo esto es fruto de la constancia, del trabajo y la lectura.
Afronto el trabajo poético sabiendo desde dónde escribo, cuál es mi canon (qué mujeres pudieron escribir antes de mí), cuál es mi posición y qué puedo dar, con qué fin estoy en el mundo. Si no puedo aportar, callo. No basta la vacuidad, el compromiso o el encargo. El poema no es una entrega, no un desahogo exasperado en las notas del móvil, no una frase motivacional. El poeta no es una mula pues, como alguien dejó tallado, la poesía quiere la utilidad de lo servicial, no de lo servil.
NeoALASTOR en Viareggio
['Favour my solemn song',
Percy B. Shelley]
un cuerpo se desviste –
a tientas despereza de sí
las brasas que le entrego –
se abisma de su ombligo
y todo cuanto teme está en la orilla
A qué canto me llegas
[ ]
qué voz de mí a ti es necesaria
un cuerpo nada solo:
/océano sin él/
fosa de palabras sembró en el metaverso
sus manos desleídas no la sed
(tan próximo el naufragio/?)
A qué borde te llegas,
[ ]
¿qué rosa te sucumbe?
ÁNGEL PETISME
Es hermoso y algo triste que sea el día de la poesía, los bosques y las marionetas. Necesitamos los bosques más que para el papel donde publican los poetas y los titiriteros construyen sus marionetas, para seguir respirando. Pero la poesía también oxigena nuestra salud emocional y nos permite volar sobre la realidad convulsa y aciaga. Ella es el refugio contra los virus, las bombas y las mentiras que nos caen a diario. Este año lo viviré recitando en Salamanca en un instituto de secundaria y dos días después en Madrid cantando en la Residencia de Estudiantes la poesía de Luis Buñuel que es maravillosa. La poesía siempre ha sido luz y energía sin precio. Quizás su secreto es que intenta comunicarnos que la salvación del ser humano sólo es posible desde el amor y en el amor.
Belleza del colapso
Ojalá pudiera darte mejores noticias
pero creo que sabes la verdad.
Construye tu Arca, tu nave espacial,
tu ciudad en el sol, tu Utopía,
para salir de este planeta cuanto antes.
Aprende a vivir con esa pena.
Los océanos espejean, recuperan
la vida sustraída en décadas,
los cielos relampaguean y se lavan
las nubes en los acantilados.
Los bosques levantan su silencio
de ramas abrazando la claridad,
los animales se pasean
a sus anchas por las avenidas.
Éramos el virus, los culpables
de toda la belleza robada
y sus crímenes.
El año cuando nos encerramos,
el mundo sin nosotros, respiró.
Cuando todo pase deberíamos salir muy callados, muy despacio, muy tranquilos, de puntillas, para diluirnos entre los animales sin que nos huyan. Danitz Eve.]
(Del libro inédito 'El lenguaje de los anzuelos').
ESTELA PUYUELO
Me enseñaron a festejar el equinoccio vernal antes, incluso, de tener uso de razón. Mi abuela Pilar, juglaresa de las plazas de mi infancia, nació un 21 de marzo y mis dos hermanos, sin ser gemelos, un 20 de dicho mes. Por ello no es de extrañar que se me fuera desarrollando, a lo largo del tiempo, una feliz inclinación a celebrar la vida, la Naturaleza y la palabra poética, porque la poesía, como el árbol, es capaz de renacerlo todo y verdea en las ramas desnudas sus brillantes voces hasta que se convierten en flores de todos los colores y frutos que son brújula, camino y prodigio.
Bostezo
Se abre el bostezo
como una caja de muertos.
Tan breve y rotundo.
Me tumbo a la sombra
de sus fauces sin fiera,
en su lecho sedoso
acolchado de olvido,
en matriz esponjosa
de bocanada fresca,
un tiempo que vale
una vida.
Y no me acuerdo de nada
en esos entonces fugaces
donde ya no soy.
CARMEN RUIZ FLETA
Lo cierto es que no vivo de una manera especial este día, aunque me parece una excusa fabulosa para que las redes sociales se inunden de poemas y los medios de comunicación le dediquen espacio al género. Para mí la poesía es el empeño en la búsqueda de la esencia, una suerte de anclaje a tierra cuando soplan vendavales. Por eso la poesía es- debe ser- útil, como decía Ángel Guinda. Leo poesía a sorbos y la escribo a largos tragos, lo que explica que haya tardado cinco años en publicar desde mi último libro (en unas semanas Prensas Universitarias de Zaragoza edita Los secretos de los demás). Reconozco que, a veces, los poemas más certeros o los más bellos los escriben con su propia vida aquellos que no se saben poetas.
Huésped
He abierto las puertas de mi casa
las puertas de mi tiempo
las puertas de mi nada
a un huésped con rodillas de arena
que me trae el desayuno a la cama
y me hace el amor con las palabras ahuyentadas
de todos los deshielos pretéritos.
No es nada serio,
es un clic de la memoria
que se pasará pronto,
una aventura adolescente
que no precisará cuarentena.
Un silbido de regreso
y retornaré alegre,
porque alegres son los reencuentros
y hasta las melancolías.
El huésped huele al tabaco negro
de los meses de posguerra
-me espesa la sangre, provoca trombos-
perfila sombras a mi trasluz.
Huele a lúpulo y a despertar de agosto,
afina la cintura de mis tardes
y me incita a besar los labios del tiempo.
Ese huésped mío se parece tanto a la ausencia
-carta franqueada en la ciudad que un poeta se inventó-
que la certeza me vacía.
Mi casa.
Mi tiempo.
Mi nada.
(inédito, incluido en el próximo libro 'Los secretos de los demás').
JESÚS SORIA CARO
Este día conmemorativo me permite realizar actividades para que mis alumnos entiendan la poesía como la búsqueda de otra forma de pensar desde lo inefable, intraducible a la razón, libre en la imaginación. También, revindicar los otros caminos que la historia no recorrió. El poeta debe ser cantor de aquello que no sucedió y debería haber sucedido: otras sociedades más libres, amantes de la paz, la belleza y el pensamiento. La poesía significa lo imperceptible, el hilo de luz que ilumina lo invisible que se oculta tras lo real, la voz del silencio que conoce los secretos de lo indecible, la llave del misterio y de los abismos del Ser.
Poema
Alguien me deletrea,
es la voz del silencio
que sobre el tiempo imagina mi sueño.
Alguien me escribe,
es el poema que borra abismos,
rima infinitos en nuestro encuentro.
Alguien nos recita,
es el verso de tu cuerpo,
metáfora del todo.
Alguien nos borrará,
seremos reescritura del destino,
dos notas perdidas
que en lo eterno se fundirán.
ROSENDO TELLO
El paraíso soñado
Tuve al fin los cielos primaverales
y puedo revelar momentos vividos
en la adolescencia, pues los había
vivido en mi pueblo, que es semejante
al paraíso. En aquellas mañanas,
encendidas al revelar las fiestas
musicales, por la esencia clara
de luz de la sangre en edad juvenil.
¡Oh, qué memorial lejano del tiempo!
Asocio el paraíso memorando sones
de música filtrada de orquestas
con saxofones de oro; dulce tormenta
rozando el oído con su lengüeta
de amor y melancolía. Alegría
en la vida, alegoría y pasión
de sonidos, aquel comunal fervor
entre caños brillantes. Esplendor
de un tiempo, que abre el singular futuro.
Se oye al silencio, el cerco más hondo
hablará por siempre y resplandecerá
el azul paraíso. Fue en Letux,
mi pueblo, donde ensayé el lenguaje
en versos poéticos con forma interior,
o exterior porque hallarán su norma.
Poesía en luz transformacional,
con su libertad al fin.
ALMUDENA VIDORRETA
Poesía, forma de vida
Todos los días son el día de la poesía para mí. Entiendo la poesía como una forma de vida, una manera de ser y estar, de mirar el mundo y observar la realidad, la ficción, la imaginación, el recuerdo y el deseo. He hecho de ella, además, parte esencial de mi trabajo. La palabra y su música significan plenitud para esta lectora consentida. Hasta el momento me parecía una cosa muy seria. Pero últimamente la cosa ha perdido gravedad y se ha convertido en otro tipo de divertimento, con canciones improvisadas en casa, inventando poemas como juegos, cuentos como versos. Poesía es felicidad.
Hápax
[“Palabra documentada una sola vez”
María Moliner, 'Diccionario de uso del español'.]
No supe del miedo hasta que tú naciste,
miedo inusual, mortal dolencia,
cuanto más miedo, más miedo,
cuanto más miedo, más fuerte
la pérdida de sal en este cuerpo.
Dicen que jamás habrá mas hijos,
que contigo se acabó
la posibilidad infinita,
el amor pleno;
que no hay merecedor mayor de vida
salida de mi carne, de este antro
de humor defectuoso y flema enferma.
Por eso te amo más, si es que es posible,
de lo que se ama al vocablo único,
como quien atesora en lugar predilecto
a la especie en extinción extraordinaria,
al más perfecto animal
de toda la creación,
a la más milagrosa criatura
de todas cuantas fueron concebidas,
al hápax,
al portento.
Te conviertes en palabra
repetida por increíble
a fuerza de empeñarme en tu existencia.
Tú, que traes la vida y muerte de tu mano,
que muerdes el pezón con entereza
e insistes en beber de esta mi fuente
que dijeron seca sin remedio,
obras el milagro y te alimentas
y en vez de vaciarme,
así lo han dicho los médicos,
me llenas, me desbordas,
me ayudas de nuevo a nacer.
Yo ya no soy más que una madre suspensa,
una hablante frágil que te mira,
que te nombra y que se calla.
Al final, por el momento,
las dos nos hemos salvado.
Nos hemos dado la vida
mutuamente.
Qué más.