Roberto Goñi, guionista: "Si hiciéramos lo que el público de las series pide, los personajes siempre serían felices"

Dentro de las charlas organizadas por los Premios Feroz, cuya gala se celebrará en el capital aragonesa el próximo 29 de enero, ha visitado Zaragoza para explicar su trabajo como coordinador de las tramas de la serie 'Servir y proteger', que ofrece cada tarde TVE. 

Roberto Goñi, coordinador de guiones de la serie 'Servir y proteger'.
Roberto Goñi, coordinador de guiones de la serie 'Servir y proteger'.
Guillermo Mestre

De formación periodista, Roberto Goñi lleva dedicándose al mundo del guion desde mucho antes de lo que se ha venido en llamar el 'bum' de las series. Actualmente trabaja en la productora Plano a Plano, donde es coordinador de guiones de la serie diaria 'Servir y proteger', que ofrece cada tarde TVE. Dentro de las charlas organizadas por los Premios Feroz, cuya gala se celebrará en la capital aragonesa el próximo 29 de enero, esta semana ha visitado Zaragoza para explicar un trabajo que exige despachar cada semana del orden de 5 o 6 capítulos de 50 minutos. Esto equivale a otros tantos guiones de 50 páginas cada uno en los que se invierte dos semanas de trabajo.

¿Cuáles son los retos de una serie diaria?

El gran reto es el ritmo de trabajo, porque tenemos que hacer un capítulo para cada día laborable. Nos enfrentamos a más páginas que escribir en menos tiempo y más limitaciones técnicas y de medios que una serie que no es diaria: se puede rodar menos en exteriores, no pueden hacerse secuencias más largas, tiene que haber mucho diálogo... En 'prime time' puedes tener una escena de 10 segundos, pero en una diaria la escena tiene que ser de tres páginas.

Habla en páginas...

Sí, tenemos que hacer tres secuencias por episodio, que son 50 páginas... Todo va muy medido porque la exigencia, como, digo es diaria. Hay una velocidad de rodaje que impone estas condiciones, aunque ahora tengo que decir que se hacen cosas muy virgueras. En Plano a Plano nos preciamos de ello. Actualmente no es solamente plano contra plano, se cuida la factura. Pero carecemos de ciertos recursos cinematográficos que los da el mero hecho de disponer de tiempo. En una serie diaria hay que producir mucho. Por ejemplo, en 'La casa de papel' igual ruedan dos o tres escenas al día. Nosotros bastantes más.

Elena Ballesteros en una escena de 'Servir y proteger', a la que se acaba de incorporar.
Elena Ballesteros en una escena de 'Servir y proteger', a la que se acaba de incorporar.
RTVE

Un tema recurrente con respecto a las series españolas es la exigencia de que los capítulos sean muy largos. La suya es de 50 minutos...

Esa duración es normal. Lo que pasaba era que en algunas series los episodios duraban más, hasta 70 minutos, como una película corta, sobre todo en 'prime time'. Pero eso se está ya corrigiendo. Muchas series de las plataformas están en una hora. Lo que no se han acortado son las diarias, que en otros países como Reino Unido son mucho más breves: las 'soap opera' (seriales) están en media hora.

Hablando de 'soaps opera': ¿qué diferencia a las series españolas de ese tipo de producciones o de las que llegan de Sudamérica, los famosos culebrones?

Aquí hay una mezcla y ha habido muchas fases. En los 80 y 90 triunfaban las telenovelas venezolanas, 'Cristal' y otras. Pero antes estaban las estadounidenses como 'Santa Bárbara'. En Inglaterra hay series que llevan muchísimos años, es el caso de 'Eastenders'. En España es con 'Amar en tiempos revueltos', que a su vez venía de experiencias en Cataluña como 'El cor de la ciutat', cuando empezaron a hacerse seriales. Para mí, las series anglosajonas están hechas para durar siempre. Y las latinas tienen principio y final. En España parten de un arranque y unos protagonistas muy potentes, con una historia bien definida que, si la serie tiene éxito, va pasando a un segundo plano, se va difuminando. 

"Una cosa es lo que la gente pide y otra lo que el personaje necesita"

​"Los actores de una serie son como un equipo de fútbol: necesitas sangre nueva para contar nuevas historias"

​"Lo que interesa de las series diarias es la fidelidad que generan"

​"Las tramas se abordan de manera cada vez más moderna: no hay que esperar hasta el final para que los personajes se acuesten"

¿En las series diarias se cuenta con la complicidad del espectador más que con otras? Por ejemplo, suspendiendo su credulidad cuando de repente desaparece un personaje...

Nuestros espectadores están muy vigilantes. Pero también entran en nuestro universo, les llevamos a nuestro terreno. En muchas series de este tipo la acción, da igual cuál, se desarrolla en tres o cuatro escenarios: el bar, el instituto, la plaza del barrio... Lo que hacemos es crear un universo a escala, de manera que, en nuestro caso, a la gente no le parece raro que un terrorista venga al barrio. 

¿Les influye la reacción de los espectadores en un guion que está siempre abierto?

Es que si hiciéramos caso a lo que la gente comenta a los personajes no les pasaría nada, estarían siempre felices (risas). Una cosa es lo que la gente pide y otra lo que el personaje necesita, si bien ahora el público cada vez es más sofisticado, la gente pide caña, hasta que muera gente, aunque luego les dé pena. Las redes nos sirven para ver las reacciones de la gente, pero siempre vamos temporalmente por delante. Lo tenemos en cuenta para ver lo que funciona, si un personaje gusta... Aunque esto a veces da igual porque el actor se tiene que ir.

O lo matan... 

O los mandamos a otra comisaría (risas). Con los actores en una serie diaria estás abierto a mil circunstancias. Unas veces la ausencia de un actor es sobrevenida, pero otras el personaje no da más de sí. Es como un equipo de fútbol: necesitas sangre nueva para contar nuevas historias y no puedes tener un banquillo de 40 actores, por mucho que te gusten. Tienes que sacarle el rendimiento al grupo que tienes.

¿Las plataformas, que en gran parte viven del atracón de capítulos, acabarán matando el serial?

En algunas plataformas como en Netflix hay telenovelas latinas. También hay posibilidad ahora de ver 'Servir y proteger' en la web de RTVE, hay gente que lo hace y se mete buenas panzadas. Lo que pasa es que actualmente el público está más disperso, está en muchos sitios. Ahora las audiencias en las televisiones generalistas han mermado, pero para todo tipo de productos. Lo que interesa de estas series diarias es la fidelidad que generan, eso es las cadenas lo valoran, sobre todo en la franja de la tarde. En nuestro caso, además, 'Servir y proteger' aporta valores extra porque hablamos de temas que son de servicio público, como la violencia de género o la inclusión, de la que ahora mismo tenemos una trama en curso.

Las series españolas mezclan muchos géneros.

Sí, en 'Amor y proteger' hay 'thriller', romance, temas sociales... Y se abordan de manera cada vez más moderna: no hay que esperar hasta el final para que los personajes se acuesten (risas), antes tenías que esperar 200 capítulos para que se dieran un beso.

¿Y qué opina de las series turcas? ¿Por qué ese éxito?

Pues por esto que hablamos. Yo creo que se debe a que mezclan tramas muy relacionadas con el corazón, amorosas, pero con una factura moderna y con medios, rodajes en exteriores... Tienen un toque exótico y a la vez familiar.

Usted lleva años como guionista. ¿Qué ha supuesto el 'bum de las series' con respecto a su trabajo?

En el sindicato Alma de guionistas se lucha mucho por que se mencione nuestro trabajo. Por ejemplo en la prensa. No porque queramos ser famosos, a la mayoría esto nos da exactamente igual, pero sí que contribuye a mejorar las condiciones laborales, a que te sitúen para otros trabajos, a luchar por tus derechos y que se sepa que las series no se hacen solas.

Entonces, ha habido mejoría...

Pero aun así siempre hay que andar recordando.

Para acabar, no me resisto a pedirle que me recomiende alguna serie.

Voy con mucho retraso, pero 'Mare of Eastown' e 'It's a sin'. También 'Sucession'.

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