LaMov: un encuentro con inspiración
LaMov, nuestra compañía aragonesa de danza contemporánea, volvió a estrenar. Fue el día 21 de octubre en el Teatro Principal de Zaragoza, con tres piezas creadas por varios coreógrafos bien reconocidos: 'Ciclos', de Gustavo Ramírez Sansano y Eduardo Zúñiga; 'Murmuriu', de Nunzio Impellizzeri y 'La voz eterna', de Víctor Jiménez y que es la que da título al espectáculo.
En 'Ciclos' bailan mucho. Un bailarín, dos, cuatro... todos. El último paso a dos es un adagio especialmente lento y muy bonito. En cambio, tiene un final rápido, casi inesperado, con una exquisita subida de la bailarina. La iluminación es oscura, pero lo cierto es que se trata de un estilo de luminotecnia que está muy de moda. Quizá los collage musicales son complicados de asimilar e impiden que la obra llegue más adentro, al espíritu.
Pasamos a 'Murmuriu', segunda pieza en la que el coreógrafo Impellizzeri consigue unos movimientos de los bailarines excepcionales (sello habitual de este italiano). En esta ocasión, como en otras obras de Impellizzeri, a veces no sabes si sobre la escena hay bichos o mamíferos, chicos o chicas... Es un coreógrafo unisex y da igual porque lo importante es el efecto que consigue. Desde luego, merece la pena conocer sus creaciones.
Y llegamos a 'La voz eterna', en la que Víctor Jiménez muestra una de sus composiciones más difíciles. Es diferente a lo que nos tiene acostumbrados. Engancha con un ritmo que va evolucionando desde el adagio a la vitalidad final. Es una composición atractiva.
Los puntos de encuentro de estas coreografías son que todas están muy estudiadas, son interesantes y muestran movimientos especiales en una búsqueda de la expresividad del cuerpo. Y aunque los montajes musicales no favorecen a ninguna de las creaciones, se trata de un trabajo duro y bien elaborado por una buena compañía.
