Conversando el violín y el piano

Pablo Rodríguez y Humberto Ríos ofrecieron el lunes, día 18, una interesante propuesta que vincula la música clásica de raíz impresionista con el jazz más melódico. Pablo utiliza el violín, convertido a veces en mandolina, mientras Humberto, volcado en el piano, rastrea ritmos y efectos cromáticos en el interior de su estructura cordal, más allá del teclado. La fusión de géneros y estilos es constante, dotando al espectáculo de una personalidad definida.

Se trataba de la presentación de su nuevo álbum, donde han plasmado su creatividad. ‘Conversaciones’ recorre paisajes sonoros desde una óptica distinta, como ocurre en ‘La primavera’, segunda de las composiciones que ofrecieron en el concierto, que fue siendo comentado por ambos artistas.

Piano y violín compitiendo en protagonismo, y hasta duplicando el segundo sus recursos mediante el bajo electrónico antes de embarcarse en una aventura solista que despertó el aparente letargo del piano, para concluir finalmente ambos en la descripción de un paisaje melódica y rítmicamente florido. Vino nuevo en odres viejos, elaborado con gusto y personalidad.

Sonó en tercer lugar el tercer movimiento de una Suite todavía en construcción, que evidentemente no figura en el disco presentado, pero que ya anuncia el avance de la trayectoria rítmica y melódica del dúo.

Inspirada en la modernidad más sangrante, según explicó Pablo, la Suite en tres movimientos que sonó a continuación, narra musicalmente la dramática trayectoria de un emigrante que huye de la guerra. Enorme fuerza expresiva y motivacional la de estos compases que conciencian de algo tan cotidiano que acaba por pasarnos desapercibido. Los instrumentos funcionaron casi como armas amenazadoras de alto voltaje.

Para compensar, llegó la ‘Canción de cuna’, incluida en el CD, una composición armoniosa y amable de refinada factura.