El último compás de Tempo da Música

Luis Lasheras comenzó a trabajar en la tienda de su tío a los 16 años, Musical Serrano, el popular establecimiento  que en los 60 abrió en Zaragoza César Serrano López, y el próximo 30 de junio echará el cierre a Tempo de Música, el local en el que desde 2012 ha seguido trabajando y con el que se jubila tras 48 años de profesión. También estuvo durante 23 años al frente, junto a su prima Ana Serrano, de Musical Ta-Ha, en la calle de Cánovas. Lasheras lleva toda una vida entre instrumentos y durante décadas ha atendido a buena parte de los músicos de la capital aragonesa que han pasado por Musical Serrano, Ta-Ha o Tempo da Música, desde artistas y conjuntos de los 60 como Rocky Kan o Los Ibéricos a grupos surgidos en los 80 y los 90, entre ellos Más Birras, Héroes del Silencio, Alta Sociedad, Distrito 14 o Amaral, solo por citar algunos, y también ha surtido de todo tipo de material instrumental a orquestas y bandas de música.

En la tienda de su tío se vendieron varias de las primeras guitarras eléctricas que llegaron en la década de los 60 a Zaragoza, de marcas como Jomadi, acrónimo de José María Diéguez, que construía en Bilbao este fabricante y vendedor de instrumentos; Egmond (que venían de Países Bajos) Welson o Klira. Luego llegarían marcas como Fender, Gretsch o Gibson. Algunos de aquellos primeros modelos costaban entre 30.000 y 40.000 pesetas, todo un dineral para la época.

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“Al principio la tienda estuvo en la calle de Salamanca, 6, aunque César Serrano empezó realmente en Salamanca, 1, en un piso. Allí destinó una habitación para los pocos instrumentos que tenían en aquel momento y después el negocio continuó en el local de esa misma vía, que es donde estuvo hasta que pasamos a la calle de Escoriaza y Fabro”, recuerda Lasheras.

“Las primeras guitarras eléctricas que llegaron por aquí las trajo mi tío de Barcelona. Fue el primero que se adelantó en la venta de material electrónico. Por aquel entonces en Zaragoza estaba Viu, que también ha sido muy representativo en el comercio musical de Zaragoza, Serrallonga y Sala Rono (pianos) y Guallar, que se dedicaba sobre todo a instrumentos para la Semana Santa -rememora-. Luego ya se abrieron más casas: Rubenca, Guíu, y después Bosco o Ta-Ha”

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Con el cierre de Tempo da Música, y todavía con dudas de su propietario de si el negocio continuará mediante traspaso, la ciudad pierde otro comercio con solera dedicado a la venta de instrumentos tras la desaparición hace uno años de Rubenca.

En casi medio siglo de profesión “el negocio ha cambiado mucho -señala Lasheras-. “Cuando yo comencé en Musical Serrano teníamos clientes en Zaragoza, Pamplona y Santander, porque en estas dos últimas ciudades no existían tiendas especializadas como la nuestra. Luego fueron surgiendo más establecimientos. Competencia ha habido siempre: en primer lugar, entre las tiendas de aquí, y en segundo lugar, en los años de Serrano y los primeros de Ta-Ha mucha gente viajaba a Andorra para comprar allí instrumentos”.

En los últimos tiempos, la mayor amenaza ha sido el comercio electrónico. “Lo malo, en mi opinión, es que en líneas generales en España no lo vimos venir. Cuando quisimos darnos cuenta ya se había comido una parte muy importante de lo que era el negocio entonces”, cuenta.

Sin embargo, Lasheras subraya que todavía hay clientes que aprecian las recomendaciones y quieren acercarse a las tiendas y probar los instrumentos. “Muchos siguen viniendo para que les aconsejes o les demuestres por qué un instrumento le conviene más que otro, o si deben gastarse más o menos dinero, lo que ha sido nuestra labor de venta de siempre. Y eso lo lo agradecen”.

Además, Lasheras, que regenta Tempo da Música junto a su mujer Mary desde 2012, siempre ha contado entre el personal de sus tiendas con músicos en activo. Por allí han pasado nombres como Ignacio Palomo (guitarrista y ‘backliner’ -técnico de escenario- de Amaral y Alejandro Sanz), Satur Rodríguez, Marcelino Marco, Carlos Hernández, Miguel Pasamar y José Antonio Higueras, entre muchos otros. Todos ellos han compartido su pasión por la música y la han transmitido a los clientes, muchos de ellos también instrumentistas que han formado y forman parte de la historia de la música en Aragón.