Así es el mirador que Arrudi propone para la 'Torre Eiffel' de Teruel
El artista aragonés reivindica desde hace año y medio que las estructuras de la central térmica de Andorra se reconviertan y no se derriben
El artista aragonés Miguel Ángel Arrudi, que en octubre de 2019 fue una de las primeras voces, si no la primera, en alzarse para reclamar la conservación de las estructuras de la central térmica de Andorra (convirtiéndolas en un parque escultórico generador de energía eólica) propone crear un mirador en la que ya se ha dado en llamar la ‘torre Eiffel’ de Teruel, la chimenea de 343 metros de altura que es la segunda estructura de hormigón más alta de España. La semana pasada, el diputado Tomás Guitarte, de Teruel Existe, defendía la conservación de la chimenea alta alegando que es «patrimonio cultural de ámbito industrial. Es la torre Eiffel de la provincia de Teruel, y nadie se plantearía hoy en día derribar la torre Eiffel».
Para Miguel Ángel Arrudi, la chimenea alta puede ser reaprovechada como "un gran mirador del paisaje circundante, y, a la vez también, como torre de comunicaciones, o solo como torre de comunicaciones que, dadas sus características, podría aportar acceso a gran parte del Bajo Aragón a sistemas 5G. En las caras este, sur y oeste se podrían instalar placas fotovoltaicas que, combinadas con otros elementos, aportarían energía suficiente como para poder transformarse en una gran escultura lumínica, sin menoscabo a las intenciones de Enel/Endesa. Se convertiría en el faro e icono de toda la comarca de las Cuencas Mineras y del Bajo Aragón".
En cuanto a las otras tres chimeneas, de refrigeración, Arrudi tiene diversas propuestas para ellas, desde convertirlas en huertos verticales hidropónicos hasta convertir una de ellas en un centro de interpretación de nuevas tecnologías de la energía. También contempla la instalación de aerogeneradores en su interior, no solo para que se autoabastezcan de electricidad, sino para que la produzcan y se utilicen los excedentes.
"En cuanto a la rentabilidad –sostiene–, creo que sería factible tanto su conservación como su puesta en uso". Para el artista aragonés, la demolición supone un enorme coste económico y medioambiental, por la gran cantidad de residuos que va a generar. Y, por otro lado, con el adecuado tratamiento de sus paredes exteriores, las estructuras podrían convertirse en obras de arte.
La central térmica de Ponferrada se reconvirtió hace unos años en Museo de la Energía. Recibió el Premio Europa Nostra en 2012 y fue designado como mejor museo de Europa en 2015. Es uno de los ejemplos de 'reconversión' cultural de este tipo de centrales, un ejemplo al que se suele acudir, aunque lo cierto es que en Europa ya se han emprendido numerosas iniciativas de este tipo anteriormente.
La parte superior de la chimenea más alta tiene un diámetro de 25 metros y una superficie de 490 metros cuadrados. Allí, lo que propone Arrudi es "la realización de una estructura vertical de celosía para acceder a la parte superior y por la que en su interior circularían al menos dos ascensores, que permitirían visitar la parte superior, en donde se situarían el mirador y una antena de telefonía y comunicaciones". El mirador estaría cubierto por una cúpula de policarbonato, u otro material similar y transparente, que permitiría admirar el paisaje de la comarca a 325 metros de altura.
Pero Miguel Ángel Arrudi no reivindica que se conserve solo la torre más alta, sino que confía en que más partes del conjunto puedan salvarse. Para todas ellas tiene solución ecológica, y a todas ellas da uso que combina lo cultural y lo económico.
