POESÍA ESPAÑOLA. 'ARTES & LETRAS'

Alejandro Céspedes: algo nuevo bajo el sol de su poesía

'El aliento del klai', escrito entre 2002 y 2005, contiene el germen del cambio radical en la forma y en la estética que puso en solfa el poeta

Alejandro Céspedes publica 'El aliento de Klai'.
El escritor Alejando Céspedes.
Atlántica XXII

Con la aparición en 2012 de 'Topología de una página en blanco' la poesía escrita en castellano se vio sacudida por un tsunami estético-formal que arrasaba con las morfologías convencionales (pues los poemas novelados autosacralizantes del neorrealismo eran y siguen siendo una engañifa). Alejandro Céspedes insistió en su propuesta estética renovadora con 'Voces en off' (2016) a la manera larresca («Si todo es viejo aquí, abajo todo…»). Yo creo que todavía estamos algo confusos, como si no entendiéramos muy bien qué ha pasado después de semejante sacudida cespediana. Hasta estos dos momentos, podíamos aún seguir creyendo en Terencio y en el Eclesiastés para tranquilizarnos y saber que, por mucho que el tiempo avanzara, no cambiaba nada, que tampoco lo hacía la forma. 

Pero lo hizo; lo hizo incluso antes de aquella 'Topología…' en cuya redacción nunca fue tan cierto que la escritura es espacio en el tiempo, en la que el lector se convierte en autor recreándose en el espejo de la palabra y en el espacio que ocupa el horror vacui de la página, en su finitud y en su infinitud, para lo cual el ego scriptor debe desaparecer completamente y diluirse en pensamiento puro, como el 'Monsieur (Edmund) Teste' de Valéry. Lo hizo en aquellas 'Voces…' donde el lector era el público, era los personajes; donde el espacio y el tiempo habían quedado suspendidos en el límite de un pliegue en el cual la historia, la ficción y la realidad eran fenómenos yuxtapuestos y un «relator-larva» (un deus ex machina) movía a capricho todos los hilos.

Lo hizo antes, en efecto, pero lo sabemos ahora, con 'El aliento del klai' en la mano, que fue escrito entre 2002 y 2005 y contiene el germen de aquel cambio radical en la forma y en la concepción estética que puso en solfa Alejandro Céspedes. En este duro reto emocional el lector olvidará que se convierte en el cronista y testigo de cargo de un relato que hunde en una charca hedionda el corazón de un modelo socioeconómico inhumano; que quien enciende los cielos de ira no es sólo el petirrojo enjaulado de William Blake, sino Tanya, Segorian, Yury, Pyotr…, niños (cuya esperanza de vida se sitúa entre los 15-16 años) que echan de menos a sus madres y a la vez están convencidos de ser libres. 'El aliento del klai' nubla la realidad misma hasta parecer ficción, tal es la incredulidad que causa. Sin embargo, el cronista sigue ahí: él encarna la certeza, pues una crónica periodística se define por servir a la verdad. 

Asiste con dolor a lo que ve y escribe sobre esos niños-«nadies» que el sistema arroja a las vías del metro, a los estercoleros, al pegamento que los fija a los raíles del tren donde perecerán. Es de nuevo un libro distinto, un libro —si cabe decirlo así— trágicamente hermoso, naturalista, que nos hace ver cómo en el siglo XXI las consecuencias de la usura del modelo capitalista-burgués siguen vigentes desde la revolución industrial (Oliver Twist, Los miserables). 

La reconversión de la URSS al capitalismo siguió los mismos pasos en una etapa histórica que se creería moral y jurídicamente más avanzada. El aliento del klai es un modelo de auténtica poesía social que refuta la nomenclatura de esa corriente principalmente circunscrita a la «Generación del 50» y que habría que definir mejor como «poesía ideológica» o «poesía política». Es, en cierta manera, regresar a la Rusia prerrevolucionaria, cuando al siervo de la gleba se le exigía ponerse a cuatro patas y ladrar para obtener un trozo de pan duro. 

'El aliento del klai' encierra, por fin, una crítica política en toda regla que pone en evidencia cómo los Estados capitalistas siguen escondiendo el polvo debajo de la alfombra

'El aliento del klai' evidencia que nada parece haber cambiado en la Rusia de Putin a este respecto. Más de 2.200 años han pasado desde que Plauto nos advirtió que homo homini lupus. 'El aliento del klai' encierra, por fin, una crítica política en toda regla que pone en evidencia cómo los Estados capitalistas siguen escondiendo el polvo debajo de la alfombra y mantienen la tesis primitiva de que el nacimiento otorga la clase dentro de un mecanismo determinista hoy inadmisible por muchas razones.

LA FICHA

‘El aliento del klai’. Alejandro Céspedes. Madrid, Huerga y Fierro, 2020, 100 páginas.

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