entrevista

Ander Tellería: "El acordeón es un instrumento que parece inacabado"

El músico y profesor del Conservatorio Superior de Música de Aragón publica ‘Heros’, el segundo disco interpretado con el instrumento que ha ideado

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Ander Tellería, con el acordeón de su invención, que ha utilizado para el disco ‘Horos’.
Noah Shaye

Ander Tellería (San Sebastián, 1988), profesor del Conservatorio Superior de Aragón, acaba de publicar un disco con el sello Cezanne, ‘Horos’, pensado para el instrumento que ha creado, el acordeón mesotónico. Tellería iba a presentar la grabación en Zaragoza, Madrid, Barcelona, San Sebastián y Valladolid, entre otras ciudades, pero la pandemia ha obligado a suspenderlo todo.

¿Qué es el acordeón mesotónico? Un proyecto en el que ha trabajado en los últimos años con su lutier de confianza, Javier Alberdi. Es un acordeón con doble afinación. Si en el sistema de afinación común hoy la relación entre una nota y la siguiente es siempre la misma, en el mesotónico varía y hace que el acordeón emita un mayor número de contrastes, vibraciones y armónicos. Una revolución, que da al instrumento enormes posibilidades.

¿Cómo nace el disco, ‘Horos’?

Gracias a la beca César Sonido de Etopia. Ha sido un proceso complejo, ya que el disco está íntegramente grabado allí, con el técnico de sonido Mariano García, pero en distintos sitios. Y es que he buscado la sonoridad más adecuada para cada obra. Empecé a trabajar en el disco en abril pasado: he probado cada una de las obras en distintos lugares del edificio, así que el estudio de grabación, propiamente dicho, es Etopia en sí misma. Hay piezas grabadas en un pasillo, en la residencia, en el Auditorio, en la zona colindante al párquin...

¿Tanto cambia el sonido de un sitio a otro?

Lo hace. En el sonido final influye incluso el tipo de micrófonos que se utilizan o la distancia entre ellos. Los intérpretes buscamos siempre el mayor nivel de perfección posible, aunque la perfección absoluta sabemos que no existe.

¿Qué suerte ha corrido el acordeón mesotónico desde que lo ideó en 2017?

Creo que bastante buena. En estos momentos hay otros dos instrumentos en manos de grandes especialistas, uno en Alemania y otro en Italia. Y poco a poco se va escuchando en las salas de conciertos. Yo lo he tocado ya en Grecia, Francia e Italia, y lo estoy usando tanto para dar a conocer el repertorio musical del Renacimiento como para interpretar música contemporánea.

Ese es precisamente el contenido del disco, que arranca con piezas de Gaspar Sanz y Antonio de Cabezón e incluye obras contemporáneas, de Johannes X. Schachtner o Juan José Eslava. La inmensa mayoría no se había grabado en acordeón.

Todas son obras que he tocado antes en concierto, aunque en el disco adquieren otra personalidad. Lo que me mueve es una voluntad de encontrar nuevos sonidos. Los músicos siempre nos buscamos a nosotros mismos en todo lo que hacemos.

Es un disco con voluntad didáctica, en el sentido de que usted no solo lo explica en el libreto, sino que está haciendo vídeos en Youtube en los que comenta el instrumento y cada obra.

Detrás del disco hay un trabajo tan enorme que he querido explicarlo. Hay investigación, sí, pero también meses y meses de grabaciones en distintos espacios, cambiándome de sitio para ver dónde suena mejor cada una de las obras. En el auditorio de Etopia, que parecería en principio el lugar más indicado para trabajar, apenas he grabado una obra.

¿No es un pequeño sacrilegio interpretar a Frescobaldi en el acordeón?

En absoluto. También sería entonces interpretarlo al piano.

En el disco participan Anna Margules (flauta de pico), la soprano Elena Ruiz, y el Tetraphilla Ensemble, en el que además de Elena Ruiz, cantan Vanesa García, César Polo y Jorge Apodaca. ¿Qué tal se lleva el acordeón con ellos?

Encaja muy bien con cualquier instrumento de viento. Con la voz, el único problema que hay es que exige más a los cantantes, a los cuales no resulta fácil cambiar de afinación. Ellos, cuando interpretan, habitualmente se guían por la sonoridad global.

Lo que usted toca ahora es la segunda versión del acordeón mesotónico. ¿Hay muchas diferencias respecto a la primera?

Ofrece más posibilidades a nivel expresivo y además permite combinar el temperamento mesotónico con el actual. Puedo tener un sistema en la mano derecha y otro en la izquierda.

¿Ya está completamente terminado el instrumento, o permite alguna ampliación más?

Es curioso, pero el acordeón es un instrumento que, desde que nació, parece que no ha sido terminado nunca. Si miras lo que hay en el mundo ves que existen numerosos instrumentos con el mismo fundamento, que los hay con más registros y con menos, y encuentras sensibles diferencias entre los acordeones de Irlanda, Alemania o Rusia, por ejemplo. Pero gran parte del atractivo que posee el instrumento es precisamente ese, que no está unificado y, al final, cada intérprete tiene una relación íntima y personal con el suyo. Creo que hay grandes acordeonistas que no podrían tocar el mesotónico, o al menos no sabrían sacarle todo su partido. En cuanto a las posibilidades de desarrollo del acordeón mesotónico actual, creo que aún queda una vía por explorar, y sería la de un instrumento que ofreciera las dos afinaciones del actual y, además, la pitagórica, que se empleaba en la Edad Media. Esta posibilidad no se ha explorado aún, y sé que tengo que enfrentarme a ella, aunque la verdad es que no sé si el resultado será muy práctico o será una ‘marcianada’.

¿Cuándo se escuchará otra vez su acordeón en un escenario?

No lo sé. Tenía previsto dar conciertos en el festival Clásicos en la Frontera, de la Ribagorza, en la Quincena Musical de San Sebastián, y otros en el horizonte en Polonia e Italia... Pero está todo en el aire. Tengo otro para la Filarmónica en 2021.

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