‘4’, un cortometraje de danza y música entre el futurismo y la distopía

La aragonesa Mariana Palacios estrena hoy este filme experimental interpretado por dos músicos y dos bailarines

Videoclip del cortometraje '4' de la aragonesa Mariana Palacios

Mucho más que un cortometraje de videodanza. Una experiencia. Así puede presentarse ‘4’, audiovisual de 12 minutos de duración que ha producido y dirigido Mariana Palacios (Jaca, 1982), músico acompañante en la Swedish National Ballet School. ‘4’ iba a estrenarse el 5 de abril en La Harinera, pero las circunstancias actuales lo han impedido y el estreno será virtual: hoy (20.00) en su canal de Youtube.

¿Y qué es ‘4’? La segunda entrega de una trilogía de cortometrajes en la que explora la interacción entre dos de las artes clásicas. «Yo lo defino como ‘corto experimental de música y danza’ o le aplico una etiqueta que me gusta mucho y que he creado, ‘visual music art’ –señala–. Un cortometraje permite que tu trabajo lo vea muchísima gente en todas las partes del mundo, y esto es algo que no pasa en las artes escénicas. Siempre he tenido interés por entender el lenguaje cinematográfico, así que decidí meterme por mi cuenta a investigar, experimentar y tratar de conseguir lo que visualmente me atrae. Cuando veo un concierto o una actuación de danza en la fila 10 o 20 siento que me pierdo algo. En un cortometraje veo la piel, las miradas, la tensión... todas las reacciones fisiológicas de los bailarines y de los músicos».

Unir música, danza y cine es lo que más le inspira. «Mi mente puede volar por terrenos en los que puedo desarrollar mi propia ‘voz’. Además me encanta el reto de sacar el piano de cola de su contexto habitual de la sala de conciertos y que quede coherente y expresivo. En ‘Seres’ (su primer filme) conseguí meter un piano de finales del siglo XIX en un bosque y subirnos encima de él, y en ‘4’ lo he metido en un hangar enorme y vacío de expresividad».

Mariana Palacios estudió danza y música en Zaragoza y es una de las pocas creadoras que tienen esa doble visión artística. «La verdad es que siento que aporto mi entendimiento de cómo ambas viven en simbiosis, sin jerarquías. Quizás en mis cortos se añade el hecho de que la música influye muchísimo en el resultado final, lo cual es inevitable, y creo que, por otro lado, es lo que puedo aportar desde mi experiencia. Pero música y danza crecen desde la interacción entre ellas. Ambas disciplinas crecen exponencialmente cuando están bien combinadas. Intento crear piezas donde ambas no se pueden desvincular, y las creo con la música, la imagen y la estética como fuente de inspiración».

Por eso es autora también de la música del cortometraje, que ha compuesto junto a otro aragonés, Juan J. Ochoa. Precisamente ayer Ochoa publicaba su nuevo álbum como compositor (en su Spotify y su iTunes), y en él ha incluido la música escrita para ‘4’. Ambos estudiaron juntos en el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza y posteriormente en el Musikene vasco.

«Siempre nos ha unido una gran pasión por la danza y por los proyectos que involucran al resto de las artes en relación a la música, especialmente el cine y las artes visuales –relata Ochoa– Teníamos ganas de trabajar en un proyecto juntos y por fin surgió la posibilidad de hacer esta película, en la que Mariana tenía muy claro que quería una atmósfera distópica y futurista, con una música que sonara a industrial y metálica, basada en los sonidos del piano preparado, y que tuviera un componente casi físico que incitara a bailar, casi como si fuera música electrónica. Yo estaba en ese momento trabajando en esa línea, así que juntos comenzamos a componer la banda sonora, desarrollando más en profundidad estas ideas y utilizando materiales como ‘blue tack’, mazas de tambor, tornillos o cinta de carrocero, entre otros muchos, para cambiar el sonido del piano y convertirlo en una especie de sintetizador acústico que nos diera ese sonido y esa estética que estábamos buscando».

Mariana Palacios y Juan J. Ochoa, en un momento del cortometraje
Mariana Palacios y Juan J. Ochoa, en un momento del cortometraje
Shaman's Photo

La música se grabó en una de las salas de la Ópera de Gotemburgo, y al cabo de unos meses comenzaron los ensayos con los bailarines y Adrián del Arroyo, coreógrafo jerezano afincado en Londres. Este ha codirigido el filme, además de diseñar la coreografía y el vestuario («aportó buenísimas ideas para que el proyecto tomara una nueva trayectoria, sin él este proyecto no hubiera salido adelante», señala Palacios). «Se buscó que la coreografía tuviera esa esencia, casi quirúrgica, de relación entre música y movimiento», añade Ochoa. El resto del equipo lo han formado artistas suecos e ingleses. 

Posteriormente vino el rodaje, que se desarrolló en una especie de antiguo refugio militar de los años de la Segunda Guerra Mundial, en Gotemburgo, y en condiciones casi bajo cero, con una ropa muy fina. Sabine Groenendijk y Benjamin Behrend fueron los bailarines. Los dos músicos aparecen también en ‘4’ interpretando su composición.

Y el resultado ahí está, a disposición de todos a partir de las 20.00 de hoy, aunque no se descarta que en el futuro pueda haber presentación en Zaragoza. «Queríamos hacer un gran estreno tanto en Zaragoza como en Suecia pero tenemos que adaptarnos a la situación actual –concluye Ochoa–. Sólo espero que la gente desde sus casas lo puedan ver y disfrutar, y que de alguna manera les inspire en estos momentos difíciles de tantas dudas e incertidumbres».

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