XIII CONCURSO DE RELATO BREVE DE HERALDO
Sobre el fin de los dioses
En un bosque del Peloponeso Dafne corre, cae, se incorpora y mira detrás suyo. Apolo y una jauría de lobos borrachos la persigue.
Luego de cruzar un torrente y una explanada llena de amapolas se enfrenta a un precipicio. Está agotada, cae al suelo, llora y pide a Artemisa que la libre de sus perseguidores.
Artemisa descansa como una diosa en su templo de Delfos. Los gritos de su ninfa la despiertan y acede a ayudarla ¿Para qué, sino, están los dioses?
—¡Levántate! —ordena— Te transformaré en un hermoso arbusto de laurel.
Dafne la escucha atónita.
—¿Estás tonta? —grita—. Ellos son los malos, yo la víctima. Deja que siga siendo mujer y transforma a esas bestias en troncos muertos
Artemisa se siente confusa y es incapaz de pensar que es lo más justo y reaccionar
En su templo se oye un estruendo de estatuas rotas.
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