XIII CONCURSO DE RELATO BREVE DE HERALDO

Una vida gris a tu lado

Un pintor.
Imagen de un pintor.
Pixabay

Él pensó que sería bonito pintarla. Era tan esbelta, alta y recta... Y eso fue todo: él la pintaba y ella le miraba pintarla. Era tan hermoso, y sin embargo la pintaba a ella. Se sentía, cuadro tras cuadro, la mujer más afortunada del mundo. Y se enamoró irremediablemente, como cuando se mezclan negro y blanco. Soñaba con una vida gris juntos, con una línea infinita; pero eran dos efímeras paralelas. Él le besaba la piel sobre sus huesos puntiagudos y ella creía que era amor, que él la veía, pero solo la miraba. Y entonces se quedó embarazada. Al mirarla, él vio a los niños del patio del colegio que le llamaban gordo, se vio redondo ante el espejo, ante el váter, expulsando cada gramo hasta convertirse en un pintor huesudo que abandonó las curvas y pintaba a una chica recta. Pero su chica iba a convertirse en una esfera redonda que le aplastaría. No dejaría a las curvas volver. Cogió un cuchillo, rajó su vientre todavía plano, y con las manos manchadas la pintó, esta vez de color gris.

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