La actriz Cristina de Inza recibió este miércoles uno de los ‘cariñicos’ que tanto se merece de su tierra natal (el premio Aragoneses por el Mundo en la XI Gala del Teatro) y se hizo dueña de la velada. Cuando tomó el micrófono tuvo las clásicas palabras de agradecimiento (a su madre, especialmente) pero, un tanto atropellada por las prisas, soltó también varios misiles. "¡Qué lejos suena el Centro Dramático de Aragón! –lamentó–. Desgraciadamente se nos escapó de las manos, pero Aragón necesita un centro de creación e investigación". Y, sin apenas respiro, siguió: "Me formé en la Escuela de Teatro de Zaragoza. Para un actor, ¡qué importante es tener una buena formación! Por eso sigo con indignación, preocupación y tristeza lo que está ocurriendo con la Escuela Municipal de Teatro. Esta ciudad debe tener una escuela oficial".

La Asociación de Empresas de Artes Escénicas de Aragón (ARES) celebró este miércoles en el Teatro Principal de Zaragoza la XI Gala del Teatro y Premios de las Artes Escénicas, coincidiendo, como viene siendo tradicional, con el Día Mundial del Teatro. La gala, dirigida por Carlos Martín con guion de Alfonso Plou, duró dos horas y media y en ella hubo de todo. Hubo humor, que corrió a cargo de los actores/presentadores Javier Segarra, Minerva Arbués, Irene Alquézar, Francisco Fraguas y Yolanda Blanco. Hubo reconocimientos para las largas trayectorias, y hubo estrenos, como el de Miguel Ángel Berna, que interpretó una breve y nueva coreografía inspirada por Goya. El contrapunto que encogió el ánimo del público que abarrotó el teatro lo puso Paco Paricio, de Los Titiriteros de Binéfar, que interpretó una pieza que escribió en 1915 María de la O Lejárraga.

Mejoría en el último año

Pero lo que más hubo fue reivindicación, de las artes escénicas de calidad y de un apoyo sincero y constante a los creadores por parte de las instituciones. Cristina de Inza leyó el mensaje del Día Internacional del Teatro, que ha escrito este año el cubano Carlos Celdrán: "El teatro es un país en sí mismo, un gran territorio que abarca el mundo entero". Y María López Insausti, presidenta de ARES, aunque también reclamó apoyos, se congratuló de que, gracias al apoyo de Gobierno de Aragón y Ayuntamiento de Zaragoza, la situación haya mejorado un poco en los últimos tiempos. "En 2018 las empresas de ARES hemos crecido un 31% –dijo–; y en puestos de trabajo hemos crecido un 45%. Hemos participado en 114 festivales nacionales y 54 internacionales".

Pero la gala, además de servir para constatar la creatividad y el buen momento de las artes escénicas aragonesas, es, básicamente, una entrega de premios.

Aparte del galardón Aragoneses por el mundo, el Premio Iniciativa Artística recayó en ‘La casa del circo’, de la compañía César Talavera, ‘Chéchare’; el de Escenotecnia fue para Tomás Ruata; y el Premio Revelación distinguió a una propuesta arriesgada, la de la compañía El Mar del Norte con su espectáculo ‘En el vientre de la ballena’. El galardón que distingue a la mejor propuesta en el apartado de Artes Escénicas y Pedagogía fue para la Escuela del Teatro de las Esquinas.

Los tres premios al trabajo se han concedido este año a Teatro Arbolé, por sus 40 años sobre los escenarios; a la compañía Teatro del Temple, que ha cumplido 25; y a Civi Civiac, mago que celebraba hace poco sus 20. El galardón a la trayectoria ha sido este año para Miguel Ángel Berna y el Honorífico para Germán Redondo de la compañía de payasos Los Oppelli.

Amenizó la gala la mejor charanga de Aragón, Los Artistas del Gremio, y ellos protagonizaron una de las sorpresas de la noche. Abrieron la velada acompañando en un tema a Viki Lafuente, la aragonesa que ha llegado a la final de ‘La voz’. Si los de Ejea son ya de por sí torrenciales frente al público, Viki Lafuente los elevó a una nueva dimensión.