El misterio de las especias

La vuelta al cole, a la vuelta de la esquina.
La vuelta al cole, a la vuelta de la esquina.
Heraldo.es

Hoy les voy a contar una historia llena de aromas y exotismo. Para ello hay que viajar en el tiempo, hasta el 1721 a. C, y llegar a una aldea situada en el desierto de la actual Siria.

Allí, en la orilla del Éufrates, un equipo de arqueólogos comenzó a desenterrar una casa. Los trabajos permitieron descubrir que la vivienda había pertenecido a un hombre llamado Puzurum y que había sido arrasada por un incendio. Las llamas no lograron destruirlo todo. Siglos después, seguían allí varias tablillas de barro que permitieron fechar la vivienda, y lo que es más sorprendente: un recipiente que contenía un puñado de clavo.

¿Qué tiene de emocionante ese pequeña y aromática especia? Nada, en principio, si no fuera porque en aquel tiempo el clavo solo crecía en cinco minúsculas islas al este de Indonesia: las Molucas.

Cómo llegaron esas especias hasta la orilla del Éufrates muchos siglos antes de que los humanos lograran cruzar en barco los océanos, y quién las llevó hasta allí es un misterio que nadie –de momento– ha logrado averiguar.

La historia aparece en el delicioso ensayo ‘Las especias: historia de una tentación’, del historiador australiano Jack Turner, que en España ha publicado la editorial Acantilado. El libro cuenta muchas cosas y explica la fascinación que desde siempre han causado en los humanos la canela, el clavo, la pimienta o el jengibre. Por ellos comenzaron guerras y con ellos se enriquecieron grandes imperios. Porque más allá de su valor económico, las especias representaban la sensualidad de lo exótico, una ventana al paraíso del que fueron expulsados Adán y Eva.

Todo el ensayo es una maravilla, pero yo he escogido la historia del clavo de Puzurum. Porque ahora que acaba de comenzar septiembre y a todos se nos hace cuesta arriba el regreso de las vacaciones, me gusta recordar las cosas increíbles que hemos sido capaces de hacer los seres humanos. Si logramos llegar a las Molucas en el 1700 a. C., podremos con la vuelta al cole. Ánimo a todos y feliz ‘rentrée’ .

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