Vendido el histórico cine zaragozano Elíseos un año después de su cierre

Una asociación, creada tras conocer la operación, lucha para que se conserve la sala y vuelvan las proyecciones a ella.

El cine Elíseos luce carteles de 'Se vende' que, al parecer, hacen referencia al restaurante.
El cine Elíseos luce carteles de 'se vende' que, al parecer, hacen referencia al restaurante.
José Miguel Marco

El futuro del que hasta hace poco más de un año era el cine con más solera y en activo de Zaragoza, el Elíseos (que se inauguró un 22 de diciembre de 1944 y cerró el 8 de agosto de 2014), es una incógnita. La compañía Zaragoza Urbana, que también gestiona en la capital aragonesa las salas de los Palafox, Cervantes y Aragonia, se limitó este lunes a confirmar su venta, sin facilitar ningún detalle sobre los compradores y las razones que han motivado esta operación.


La Asociación Cinema Elíseos, que se creó hace hoy una semana, ante los rumores que apuntaban que el cine tenía nuevos propietarios, para luchar por su preservación, corroboró también ayer uno de sus principales temores. Una nota simple registral, solicitada por la entidad con el asesoramiento de un abogado, asegura que la venta se cerró el pasado 29 de julio.


Aunque Zaragoza Urbana no ha dado ninguna explicación, a nadie se le escapa que el coste de digitalizar y reformar las instalaciones podrían estar detrás de esta decisión. El Elíseos cerró sus puertas, en principio de forma temporal, y se dijo que era para adaptarse a la nueva era digital.


Sin embargo, ya desde el primer momento sus gestores dejaron claro que había otra dificultad añadida para mantener la actividad, y es que el cine en 2009 fue declarado por la DGA Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés, y la necesidad de conservación arquitectónica encarecía cualquier intervención. Más allá del gasto derivado de la renovación puramente tecnológica, era necesario retranquear la pantalla, lo que obligaba a modificar el actual patio de butacas (se veían afectadas las tres primeras filas) y, entre otros cambios, ubicar los proyectores detrás de ella, en lugar de al fondo de la estancia, como venía siendo habitual mientras encendieron sus luces las máquinas analógicas.Sin «actitud beligerante»

Los impulsores de la Asociación Cinema Elíseos, Agustín Monllor y Aránzazu Mendívil, dos amantes del séptimo arte y asiduos del Elíseos hasta que bajó la persiana, llevan desde que la crearon (abrieron la página de Facebook la madrugada del pasado martes) intentando recabar información sobre su situación legal. Las alarmas saltaron cuando el pasado 11 de octubre, en plenas fiestas del Pilar, aparecieron sendos carteles colgados de ‘Se vende’, que, como después precisó la empresa que publicita la oferta, hacían referencia al antiguo restaurante y no a las dependencias cinematográficas. En estos días que lleva en Facebook, el colectivo cuenta con más de 2.700 seguidores y un grupo de 10 personas que trabajan desinteresadamente recabando apoyos e información.


Tras saber que la venta se cerró hace casi tres meses, Agustín Monllor explicó ayer que esta iniciativa nació y sigue adelante «sin ninguna actitud beligerante» y que respetan «que un empresario rentabilice su patrimonio, lo único que pretendemos, sin ningún ánimo de notoriedad personal, es que se conserve esta joya arquitectónica y cultural».

Su empeño continúa. «Ahora queremos saber las condiciones en que se ha producido la venta», explica Agustín Monllor. «Queremos determinar si al tratarse de un bien catalogado por la DGA, como tenemos entendido, esta tiene un derecho de tanteo, o si existe también el de retracto por parte de cualquier institución pública o sin ánimo de lucro». Para aclarar estos temas, han solicitado una reunión con la Dirección General de Cultura del Ejecutivo autónomico, a la vez que han pedido «un dossier lo más detallado posible» sobre la catalogación e información sobre si se ha realizado algún trámite ante la DGA relacionado con la venta.


Desde sus inicios, el Elíseos es un referente para los cinéfilos. En él tuvo lugar en 1945 la primera sesión del Cineclub Zaragoza. En los años 60 se convirtió en sala de arte y ensayo y entre 1987 y 1992 fue sede de la Filmoteca de Zaragoza. En 1993 fue rehabilitado por José Miguel de Yarza Nordmark, con la finalidad de recuperar su esplendor original.


No es la primera vez que una iniciativa popular batalla por salvar un cine. Ya se intentó, sin éxito, con los Renoir, que funcionaron hasta mayo de 2012. Después, en noviembre de 2013, se apagaron los proyectores de Cinesa en el centro comercial Augusta. 

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