Literatura

David Roas y los secretos de familia

El escritor publica en Candaya ‘La estrategia del koala’, un viaje por los faros de la Costa de la Muerte y los fantasmas del franquismo.

'La estrategia del koala'
David Roas y los secretos de familia

David Roas (Barcelona, 1965) es un escritor muy singular: combina lo real y lo fantástico con pasmosa naturalidad, y eso le permite describir un entierro, la noche sosegada del mar o narrar la presencia de ninjas en los bosques y la convivencia con un escarabajo africano, al que encuentra en las cercanías de San Andrés de Teixido y bautiza con el nombre de Fiz.


Es autor de libros relatos (ganó el premio Setenil en 2010 con el libro ‘Distorsiones’ que editó el editor zaragozano Juan Casamayor), novelas, crónicas humorísticas y ensayos; es un especialista en Edgar Allan Poe, entre otros muchos asuntos. Acaba de publicar ‘La estrategia del koala’ (Candaya), una novela que se presenta este viernes por la tarde en la librería Antígona y que arranca en un cementerio y concluye en Ares, ese lugar donde uno sueña con encontrarse con Marcelino Martínez Cao, ex jugador del Real Zaragoza de Los magníficos y héroe del franquismo: el ariete, a centro de Chus Pereda, marcó un gol para la leyenda contra la Rusia que tanto detestaba y temía el franquismo.


David Roas cuenta la historia del escritor Marcos Fontana, al que su editora Silvia, a cambio de 4.000 euros, le encarga la redacción de un libro sobre los faros de la costa gallega. Marcos se entusiasma, más o menos, y realiza un viaje desde Estaca de Bares a Fisterra. Como es un hombre más bien cínico, un tanto insolente y crítico con casi todo, incluso consigo mismo, va de faro en faro: toma notas, habla con la gente, desempolva recuerdos, a buen ritmo, y apura sus buenos orujos o algún que otro plato de percebes.


Roas es hijo de gallega y se educó en muchos veranos de Galicia. Y lo mismo le sucede a Marcos: su travesía por la costa le permite desmitificar lugares comunes, criticar tópicos, cuestionar verdades universales. Eso sí: casi todo el tiempo “orvalla”. Hay páginas dedicadas a la dura vida marina, hay ecos de Herman Melville, se rinde homenaje a Manfred, Man, el alemán de Camelle, y poco a poco el viajero y escritor accede a otros lugares: desemboca, de entrada, en Ares, en Muxía (localidad a la que critica con ferocidad o con el debido realismo: viene a decir que es un pueblo que se vendió por las subvenciones y que traicionó el espíritu solidario de mucha gente) y desemboca en los tenebrosos secretos de familia.


La muerte de una familiar le lleva a Ares. El pueblo de sus veranos. Se hospeda en una casa que se está restaurando y encontrará un auténtico y doloroso tesoro de la memoria, mientras intenta concluir el libro de encargo. Ahí inicia otro viaje, con más perplejidad y dolor que otra cosa, vinculado a su abuelo materno.


‘La estrategia del koala’ contiene otros asuntos: propone una reflexión sobre la escritura y el arte de escribir una novela. Y se desliza en un juego de espejos lleno de claves: por aquí anda Kafka, está ‘El bosque animado’ o la fraga de Cecebre, que describió y engrandeció Wenceslao Fernández Flórez, y hay una apasionante reflexión crítica sobre la Guerra Civil, la memoria histórica, la Transición y la resistencia antifranquista.


Por haber, hay mala baba, ironía, humor, contumacia y un intento de llamarle a las cosas por su nombre. Como si de palimpsesto se tratara, de un libro que se reescribe, David Roas utiliza textos ajenos o películas como ‘Centauros del desierto’ de John Ford que le sirven para contar los años oscuros de la posguerra, de la represión y las contradicciones de una familia, que puede escindirse hacia la República o hacia los modales del general Franco.


‘La estrategia del koala’. David Roas. Candaya. Barcelona, 2013. 234 páginas. [Presentación, viernes, 13, a las 20.00 en la librería Antígona.]