Joaquín Berges: "Hay literatura en todas partes. Solo hay que molestarse en buscarla"

El escritor, nacido en Zaragoza en 1965, publica la novela ‘Los desertores’ (Tusquets) y la presenta mañana, a las 20.00, en el Centro Cívico Universidad en diálogo con Ramón Acín.

Joaquín Berges narra la historia de dos soldados que pelean en la batalla del Somme, 1916.
Joaquín Berges narra la historia de dos soldados que pelean en la batalla del Somme, 1916.
Raquel Labodía

¿Por qué le ha interesado la batalla del Somme, de 1916?

Hace cien años los jóvenes ingleses, franceses y alemanes se congregaron en el norte de Francia para defender sus posiciones, dos líneas de trincheras separadas por unos cientos de metros. En ese espacio, llamado Tierra de Nadie, murieron unos 600.000 de ellos y más del doble de esa cifra resultaron heridos. Fue el enfrentamiento más sangriento de la Primera Guerra Mundial, el que dicen que inspiró a Tolkien para escribir la batalla final de ‘El Señor de los Anillos’.

¿Quería escribir una novela sobre la guerra, sobre la I Guerra Mundial en concreto, o se impuso el asunto un poco por azar?

Quería escribir sobre los desertores de la guerra, jóvenes que no pudieron soportar la pesadumbre de las trincheras y decidieron escapar. La mayoría de ellos fueron capturados y fusilados. La historia militar los considera traidores y cobardes. Me parece justo lo contrario, una vez entendido que tuvieron el valor necesario para imponer su condición de individuos al sinsentido colectivo.

Parece que a esta guerra se le dedicaron muchos poemas, quizá más que a ninguna otra…

Los soldados solo tenían dos vías de escapatoria en las trincheras: las cartas que se cruzaban con sus seres queridos y los poemas que escribían sus compañeros o ellos mismos. En definitiva: escribían y leían. La poesía siempre es una liberación. En aquellos momentos terribles fue la gran liberación, además de un testimonio de lo vivido descarnado y humano. Hubo una generación de poetas que participaron en la Gran Guerra. Los más conocidos son Sigfried Sassoon y Wilfred Owen. No solo escribieron poemas, también contagiaron a otros muchos soldados, que nunca antes habían escrito poesía.

La novela tiene dos curiosos protagonistas: Albert y Alfred… ¿Encarnan a las víctimas jóvenes de la sinrazón, a la inocencia ultrajada, a la pura desolación?

Albert y Alfred fueron dos soldados ingleses que desertaron de la batalla del Somme. Tenían 24 y 21 años respectivamente. Son personajes reales, no inventados por mí. Se habían alistado en los «batallones de camaradas» con la promesa de combatir juntos en el campo de batalla. Ya lo habían hecho durante cinco meses y milagrosamente habían logrado sobrevivir. Cuando en octubre de 1916 les comunicaron que iban a volver al frente, decidieron marcharse hacia el canal de la Mancha. A las pocas semanas fueron capturados y fusilados. Están enterrados en un pequeño pueblo del norte de Francia.

Hay otros protagonistas contemporáneos, como Jota, que se obsesiona con la historia de Albert y Alfred.

La novela es una peregrinación de Jota a las tumbas de Albert y Alfred. En la tumba del primero hay unas enigmáticas palabras que el padre de Albert ordenó grabar en memoria de su hijo. Esas palabras conmueven profundamente a Jota porque le traen recuerdos de su propia historia familiar. Podría decirse que la novela es una peregrinación hacia el pasado.

¿Es este un libro sobre la memoria y la amistad?

Es un libro sobre la verdad y sobre cómo la memoria es capaz de convertir lo verdadero en falso. Y viceversa. Jota va recordando su historia familiar mientras viaja hacia el pasado de la Primera Guerra Mundial. Recuerda cómo su padre los abandonó en los años 70. La extraña enfermedad que padeció su madre. Recuerda cómo se casó con Magda, su esposa, con el único objetivo de estar cerca de su hermana menor, que era de quien verdaderamente estaba enamorado. Y cómo se pasó media vida buscando a su padre.

Jota trabaja en una empresa de importación de fruta, en Mercamadrid, y viaja en un camión refrigerado que lleva melocotones. ¿Por qué esa elección?

Tengo una vida no literaria que se desarrolla en el departamento de márquetin de Frutaria, una gran empresa productora y comercializadora de fruta fresca. Como esta es una novela sobre la verdad, quise que mi protagonista se dedicase a un negocio que tengo la suerte de conocer bien. Hay literatura en todas partes. Solo hay que molestarse en buscarla.

¿Es esa verdad de la que habla la razón que le llevó a viajar al norte de Francia con tu familia?

No habría sido capaz de escribir la novela si no hubiera viajado a los lugares donde tuvo lugar la batalla del Somme. No se puede viajar en el tiempo, pero sí en el espacio, de modo que tenía la obligación moral de ir hasta allí. Fue en el verano de 2017, en compañía de mi esposa y mis dos hijos. Visitamos los monumentos bélicos, los restos del campo de batalla y llegamos hasta las tumbas de Albert y Alfred. Fue un momento muy emotivo que he tratado de plasmar en la novela.

De nuevo, son claves los secretos, el embrujo de las palabras…

La palabra es la unidad mínima de la literatura, de modo que siempre me he dejado seducir por el embrujo que esconden algunas palabras, quizá todas si se ordenan adecuadamente unas junto a otras.

FICHA DEL LIBRO

'Los desertores'. Joaquín Berges. Tusquets. Colección 'Andanzas'. Barcelona, 2018. 384 páginas. [Presentación: miércoles , 7 de noviembre, a las 20.00. Centro Cívico Universidad, en conversación con el profesor y escritor Ramón Acín Fanlo.]

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