El recorrido anual por los escenarios de Los Sitios de Zaragoza recuerda a las heroínas "que empuñaron las armas"

La heroína de Los Sitios Casta Álvarez fue reivindicada ayer como uno de los símbolos de la lucha femenina en Zaragoza. Ante un imponente cuadro que resalta su figura y que se expone en una sala de la Diputación de Zaragoza, más de 300 asistentes escucharon ayer su historia, que enlaza con la de otras heroínas como Agustina de Aragón, Manuela Sancho, la condesa de Bureta, la duquesa de Villahermosa o Josefa Amar y Borbón. La Asociación Cultural Los Sitios de Zaragoza realizó ayer su tradicional recorrido por diferentes puntos donde se desarrollaron los hechos históricos de 1808 y 1809, antes de realizar su tradicional ofrenda floral en la tumba del general Palafox, en la cripta del basílica del Pilar. Media docena de miembros se vistieron con ropa de la época para recrear pasajes de la historia, y los asistentes pudieron charlar con las heroínas, que contaban todo tipo de historias, «de enormísima valentía, y de gran valor, porque sin ellas la ciudad no podría haber resistido», como resumió la condesa de Bureta.

Entre el público los había que habían viajado de propio a Zaragoza, como dos familias procedentes de La Almunia y Alfamén, «encantados con las explicaciones y de haber visto la Diputación por dentro. Ni te imaginas la belleza que se esconde allí», destacaba Jesús Acón. A su lado, las pequeñas Jara y Elba, de 6 y 10 años, tenían claro cuál era su pasaje favorito de Los Sitios: el disparo del cañón de Agustina.

En la cripta del Pilar

El día 1 de noviembre la cripta del Pilar está abierta al público y la asociación cultural aprovecha para realizar su recorrido y hacer una ofrenda a la tumba del general Palafox. «Se trata de una tradición que empezó ya hace 30 años y que está dedicada no solo a los nombres propios que recordamos de Los Sitios, también a todos los defensores anónimos», destacó ayer el presidente de la asociación, Gonzalo Aguado.

Por primera vez, se pudo visitar en este recorrido la Diputación de Zaragoza, «donde se levantaba durante la guerra el convento de San Francisco, lugar de refugio para los zaragozanos y que fue volado por una mina subterránea. Un hecho trágico en el que murieron cientos de personas», recordó Aguado.

Tras la visita, se pasó por Puerta Cinegia, escenario sangriento en Los Sitios, y la plaza de Sas, donde se recreó un diálogo inventado con el párroco de la iglesia de San Pablo. Ya en la cripta del Pilar, el vicario general de la basílica, Manuel Almor Moliner, recordó el «derramamiento de sangre» que supuso la batalla y dedicó una oración a todos los que perdieron allí su vida, antes de entonar el ‘Bendita y alabada’. Una corona de laurel en la tumba de Palafox cerró el acto.