Uge Fuertes deslumbra con sus fotos de paisaje

«Estoy contento. El libro ‘Imaginando mundos. Creatividad y fotografía de la naturaleza’ es un resumen de lo que sé, lo que soy, lo que tengo y lo que he visto. Está hecho con fotos soñadas y sueños cumplidos», dice el fotógrafo, naturalista y agente medioambiental Uge Fuertes Sanz (Monreal del Campo, Teruel, 1973), que ha publicado mediante ‘crowfunding’ (micromecenazgo) su primer libro: todo un espectáculo del paisaje, de la flora y la fauna, y muy especialmente de la luz y el color.

Uge pertenece a una familia muy particular: su hermana Ana es poeta y escritora de cuentos infantiles; su hermana Mari Carmen es la bibliotecaria de Monreal del Campo y su hermano Ángel es cuentacuentos. Empezó en la fotografía casi por azar hace algo más de una década. «Antonio Torrijo, naturalista de las tierras del Jiloca y especialista en la laguna de Gallocanta, toda una institución, me preguntó un día: “¿Y tú aún no te has hecho fotógrafo?”. Creo que no había pensado en ello y él parecía planteármelo como una cosa imprescindible en mi oficio de agente forestal».

Un hecho familiar precipitó el destino: hace una década Uge hizo un viaje a Senegal y su mujer no podía acompañarlo su mujer. «Soy un gran apasionado de los viajes. Siempre encuentro cosas. Mi mujer me dijo que tendría que mandarle fotos para que se hiciera una idea. Lo hice todo al revés: ya estaba consolidada la foto digital, pero yo decidí comprar una cámara analógica porque pensaba que lo digital era un engaño y tenía los días contados», revela.

Allí empezó y desde entonces no ha pasado. Ha hecho cientos y miles de fotos con un virtuosismo deslumbrante. Sus fotos tienen belleza, sorpresa, fascinación. «Curiosamente, yo no creo que tenga una gran técnica ni que sea un fotógrafo virtuoso. Hay gente que es más experta que yo, que sabe mucho más. He aprendido en contacto con la naturaleza, con la experiencia. He aprendido que lo importante es la mirada y la paciencia. El fotógrafo, en el fondo, cuando sale al campo, cuando va a lo alto de la colina, cuando busca un poniente o se interna en el corazón del bosque, ya ha hecho esa foto antes, mentalmente, y ahora debe esperar que la luz se ajuste a lo que había pensado. Es más fácil saber lo que no quieres que saber lo que quieres», dice Uge, y explica que su libro es una antología de su obra, claro, una confesión de cómo ha trabajado y también una especie de manual bastante práctico. «Eso sí: a mí me gustan la poesía y la pintura, he soñado mucho, e intento que los pies de fotos de cada obra también tengan esa impronta: que hablen de sensaciones, de latidos, de lo que me ha conmovido». Dice que es un hombre inquieto al que le interesa todo –la literatura y la pintura y la música– y que intenta que todo esté ahí, en sus fotos.

Curiosidad, color y matices

«Para mí la clave es la curiosidad, la búsqueda de color, la posición, la ausencia de pereza. Intento no repetirme nunca para no aburrirme. Me siento cómodo en todos los subgéneros. A veces te obsesionas con el paisaje, otras veces con las fotos macro, otras con la fauna, otras con las abstracciones, que también son una debilidad para mí –señala–. A mí me gusta forzar la posición, arriesgar la toma, descubrir luces increíbles y matices», explica.

Dice que no utiliza nunca el photoshop ni manipula la imagen. Que a veces hace metáforas de luz, crea ambientes o, sencillamente, dialoga con las obras de los pintores. A menudo en sus fotos es fácil reconocer la atmósfera de Klimt, de Goya, de Munch (hay una alusión a ‘El grito’) o de Van Gogh. «La naturaleza me anima a mí y yo animo la naturaleza. Para mí la fotografía es sinónimo de emoción. Me influye mucho el estado anímico», concluye.

LA FICHA

‘Imaginando mundos. Creatividad y fotograf??????ía de la naturaleza’. Uge Fuertes Sanz. Edición: Marián Sáenz-Díaz Molina. Edición de autor por micromecenazgo, 2018. 223 páginas. (Ha hecho una tirada de 1.500 ejemplares).

POÉTICA

Uge Fuertes tiene “un sistema receptor de estímulos básicamente auditivo. (…) Uso la música para energizarme, para relajarme, para romper a llorar: es el verdado vehículo, el conductor de mis emociones. (…) También conviene hacer caso al mundo de los sueños y a todas las pistas que el subconsciente nos manda”.