Una nueva vida para las 'Canciones de la resistencia' de Chicho Sánchez Ferlosio

Madmua Records recupera esta grabación mítica 54 años después de ser publicada en Suecia.

Portada del disco.
Portada del disco.

Cincuenta y cuatro años después de que se publicara en Suecia y, de inmediato, se convirtiera en disco de referencia para toda la izquierda europea, ‘Canciones de la resistencia’ aparece, por fin, en España. La mítica grabación del cantautor Chicho Sánchez Ferlosio (Madrid, 1940-2003) cobra así una nueva vida de la mano del sello zaragozano Madmua Records, que lo saca a la venta en edición de coleccionista, numerada, de 500 ejemplares (info@madmuarecords.com).

La historia de este mítico disco es tan apasionante que sorprende que, hasta ahora, nadie la haya llevado al cine. La ha investigado Emilio Quintana, profesor del Instituto Cervantes de Estocolmo.

Dos jóvenes estudiantes suecos de la asociación procomunista Clarté, Skold Peter Matthis y Sven Goran Dahl, viajaron a España en agosto de 1963 en una furgoneta con un magnetófono Tandberg 748 Stereo. Desembarcaron en Madrid, en la calle Guadalquivir, buscaron el domicilio de Chicho Sánchez Ferlosio y le grabaron varias canciones a toda prisa.

Chicho era un cantautor conocido, ya había sido detenido aunque la policía franquista aún no le vigilaba constantemente. "Nunca tuvimos una idea precisa de cómo se fraguó todo –recuerda ahora Ana Guardione, con la que Chicho se había casado tres años antes–. Sabíamos que iban a venir, pero no cuándo ni cómo ni por qué. Un día se presentaron con el magnetófono, se metieron a grabar en el baño, porque era la habitación de la casa más a salvo del oído de los vecinos, y se fueron a toda prisa. Ni siquiera se tomaron un café". Los jóvenes ocultaron la cinta en los bajos de la furgoneta y abandonaron el país. Ya en Suecia editaron el disco ‘Canciones de la resistencia española’, seis temas con una emblemática portada que realizó el pintor Pepe Ortega en un viaje a Estocolmo. En toda la operación tuvieron un papel vital Paco Uriz, exiliado zaragozano, hoy Premio Nacional de Traducción, y su esposa Marina Torres.

Símbolo reivindicativo

El disco, sobre todo las canciones ‘Los gallos’ y la dedicada a Julián Grimau, se convirtió automáticamente en un símbolo reivindicativo en toda Escandinavia. Fueron versionadas por cantantes finlandeses, suecos, daneses... Incluso se usaron como sintonía de una campaña electoral de la socialdemocracia sueca en 1965. Las copias que enviaron a España tenían una portada falsa (fingía ser una grabación de folclore) para evitar problemas con la policía. Ni siquiera los suecos supieron de quién eran aquellas canciones (no iban firmadas en el original) hasta que en 1977 Paco Uriz hizo un documental para la televisión pública de aquel país.

"El disco tuvo mucho éxito, y eso que se grabó de un tirón –recuerda Guardione–. No creo que los estudiantes estuvieran en casa más de tres cuartos de hora. Tenían miedo, creían que les estaban siguiendo. Eran tiempos muy duros en los que todo estaba prohibido. Nos sorprendió mucho que, tras la muerte de Franco, cuando vinieron a hacer el documental, trajeran los derechos de autor".

Las canciones grabadas habían surgido en la universidad. Ana Guardione, que recuerda a Chicho Sánchez Ferlosio como una persona "original e irrepetible", lo evoca en permanente creación. "Fue un hombre que estuvo escribiendo canciones hasta el día de su muerte. No le costaban esfuerzo. Saltaba una noticia, como la detención de un compañero, Luis Gómez Llorente, por ejemplo, se sentaba un momento, escribía una letra y salía a cantarla al exterior de la Facultad. Y allí acudían todos a escucharle. Le salía tan natural, que un día, mientras hacía esto, viendo lo que se le acercaba, improvisó: ‘Un aviso a los cantores / déjenlo para otro día / que parece que allí vienen / dos coches de policía’. Fue la primera vez que lo detuvieron".

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