Louisa Holecz: "Mis obras son personales y a la vez hablan de temas universales"

La pintora inglesa, afincada en Zaragoza, acaba de inaugurar una exposición en La Casa Amarilla, ‘Out of Body’, de pintura, escultura y bordado.

Louisa Holecz expone 'Out of Body' en La Casa Amarilla. Pintura, escultura y bordado.
Louisa Holecz expone 'Out of Body' en La Casa Amarilla. Pintura, escultura y bordado.
Aránzazu Navarro

¿Cuál es la idea central de ‘Out of Body’?

La idea central de la exposición surge de la necesidad de enfrentar la realidad de la inevitabilidad de la muerte mediante imágenes de cuerpos que escapan y la representación de escenarios de tránsito, intervalos que oscilan entre la presencia y ausencia de un cuerpo. El título ‘Out of Body’ tiene un sentido muy amplio, ‘Out of’ en inglés quiere decir, "quedar sin", "expulsar de", "a distancia de", e incluso una eliminación o exclusión del cuerpo. El título encapsula obras que, a primera vista, pueden parecer diferentes pero que, en realidad, hablan de lo mismo: estar y no estar, ver y no ver.

¿Que quería expulsar o alejar del cuerpo?

Toda la obra, sobre todo los lienzos de gran formato, ha sido expulsada de mi cuerpo. Me parece curioso que apenas se hable de la energía física necesaria para poder pintar obras en gran formato, en las que el gesto guarda estrecha relación con el cuerpo del artista, el trazo de la brocha hace evidente el movimiento de su cuerpo, casi como un baile atrapado en la pintura, que queda suspendida en el tiempo y espacio. También, conceptualmente, las obras han sido expulsadas de mi mente, la creación de las obras surge de una necesidad de sacar experiencias traumáticas vividas (temas universales), que me cuesta comprender, como el duelo y la pérdida.

Ese es un tema constante que invita a pensar que el arte también es una forma de terapia, de curación o de llanto. ¿Sería así?

Utilizo el proceso creativo como una herramienta de autoconocimiento, ya que me permite plasmar pensamientos y emociones, analizarlos objetivamente mediante un proceso de sublimación. Las obras son intensamente personales pero, a la vez, hablan de temas universales como nuestra fragilidad y la fugacidad de la vida.

¿Que tiene que ver esta exposición con la muerte?

Todas mis obras son una especie de ‘memento mori’ o naturaleza muerta. Soy consciente de que mis obras me sobrevivirán, contemplo siempre mi propia mortalidad para poder estar en el presente. Freud nombró los dos instintos básicos que actúan en los seres humanos, son los instintos de la vida y la muerte, eros y thanatos. Comienzan a operar o estar presentes desde el momento en que nacemos. Son instintos conflictivos pero uno no puede existir sin el otro, están intrínsecamente conectados. Si no somos conscientes de la fugacidad de la vida no somos capaces de saber estar en el presente, la pintura es una actividad que requiere la inmersión total del artista en el presente. Las obras están creadas en un proceso creativo–destructivo, ya que pinto imagen sobre imagen y para llegar al cuadro final hay que destruir cada una de las imágenes pintadas anteriormente, el cuadro nace mediante procesos de destrucción del pasado.

Podría dar la sensación de que, en su obra, siempre hay una sugerencia narrativa, un relato…

Cada espectador proyecta sus propias experiencias ante una obra de arte, las que cada espectador encuentra son exclusivamente suyas. Mi obra no es narrativa. Para mí cada obra es un momento fugaz capturado en el tiempo que ni da ni pide explicaciones, la historia o el pasado del cuadro solo me pertenece hasta que lo brindo al espectador.

¿Como lleva trabajar en pintura, en escultura y en bordado?

La escultura me permite trabajar con el espacio que ocupa mi cuerpo. El bordado y el trabajo con alfileres me hacen ser consciente del tiempo. La pintura incorpora la experiencia de la escultura y el bordado: espacio y tiempo. Y la música siempre me acompaña durante el proceso de creación.

¿Hay algo de elegía en esta muestra?

Claro. Especialmente la obra ‘Intervalo’ dedicada a a la violonchelista Jacqueline du Pré, cuya interpretación del concierto de Elgar fue sublime. Precisamente esa fue la música que me acompañó durante el proceso de creación de esta exposición.

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