Berna lleva al Teatro Olímpico de Roma la magia de Buñuel y los tambores de Albalate

La compañía del bailarín aragonés ofrece este fin de semana tres funciones en la capital italiana.

El bailarín aragonés Miguel Ángel Berna –en el centro–, en un momento del estreno de 'Buñuel del deseo'.
Berna lleva al Teatro Olímpico de Roma la magia de Buñuel y los tambores de Albalate
Raquel Labodía

El Teatro Olímpico de Roma, uno de los escenarios más importantes de la capital italiana, vibrará este fin de semana al ritmo de los tambores de Albalate del Arzobispo, la figura de Buñuel y los pasos de baile del aragonés Miguel Ángel Berna. La compañía del bailarín actúa viernes, sábado y domingo en Roma con un programa doble, que incluye su parte del reciente montaje ‘Buñuel del deseo’, a la que ha titulado en esta ocasión ‘Tierra’; junto a una selección de sus coreografías más espectaculares, que ha bautizado como ‘Alma’. ‘Tierra y alma’, pues, permitirá disfrutar de lo mejor y más reciente del bailarín zaragozano.

"El Teatro Olímpico es prácticamente ya mi segunda casa –señalaba ayer el bailarín zaragozano mientras terminaba de hacer las maletas del viaje–. Ya es el sexto espectáculo que presento allí, y ahora voy, de la mano del Gobierno de Aragón, con el que colaboro estrechamente, para que el público italiano aprecie mejor nuestra cultura y tradiciones. Lo que más se conoce en Italia de la danza española es el flamenco, como ocurre en el resto del mundo; pero nuestro objetivo, desde hace tiempo, es mostrar la cultura española, y aragonesa, en toda su amplitud. Al público italiano le gusta mucho que les cuenten historias, y ahí es donde la figura de Buñuel es la mejor tarjeta de visita".

Bailar lo intangible

‘Buñuel del deseo’, espectáculo amparado por el Gobierno de Aragón y en el que la compañía de Berna y La Mov trabajaron durante más de 10 meses, se presentó a finales del año pasado. Ahora se va a ver parcialmente en Italia, aunque el bailarín aragonés matiza: "Como ocurre con este tipo de montajes, el recorrido nacional e internacional suele diseñarse para varios meses después del estreno. Lo empezaremos a ‘mover’ a finales de este año y principios de 2019. Lo interpretaremos, como corresponde, La Mov y nosotros. Pero las dos compañías tenemos circuitos distintos, el de la danza española y el de la danza contemporánea, y ello permite que también podamos presentar cada uno nuestras partes por separado. Nosotros, además, teníamos apalabrado el teatro italiano antes. Por eso vamos a representar nuestra parte ahora, pero ‘Buñuel del deseo’, tal como fue concebida la obra, va a tener mucha vida en los próximos meses".

Para Berna, bailar inspirado en la figura del cineasta calandino fue, y es, todo un reto. "Me inspiré sobre todo en sus tres primeras películas. Es muy difícil llevar la figura de Buñuel al lenguaje de la danza, y más a la jota, porque además hay que darle un ‘toque’ contemporáneo. Los personajes de la envergadura de Buñuel tienen una característica que los distingue de los demás, y es que por sus obras no pasa el tiempo porque cuentan cosas imperecederas. Yo me quise basar en ellas para mi parte del espectáculo. El cineasta aragonés, como creador, es incomparable, pero yo en cierta medida lo relaciono con Pasolini. Ambos fueron criticados, censurados, convulsos... Rodaron películas reivindicativas que reflejaban los vicios de la sociedad de su tiempo. Pasolini está muy anclado en la cultura italiana, por eso creo que es muy fácil que el público italiano se sienta cercano al universo de Buñuel".

A Roma viajan una veintena de artistas aragoneses. Bailarán Berna, Manuela Adamo, Pablo Pérez, Estíbaliz Barroso, Kenji Matsuyama y Elia Lozano. La escenografía es de Lina Monaco, y los audiovisuales (raros en los espectáculos de Berna) han sido realizados por Ernesto Sarasa. Casi la mitad del elenco lo integra la percusión. "Actúan dos bombos y ocho tambores de Albalate del Arzobispo, creo que a los italianos les va a impactar su sonido", añade.

La segunda parte del espectáculo es "terrenal" y se basa "en la búsqueda de lo no tangible", de elementos que se han anclado en la cultura aragonesa y española sin que, en muchas ocasiones, seamos conscientes de ello. "Hemos hecho una selección de números de algunos de mis espectáculos más aplaudidos. Hay, por ejemplo, un número de la película ‘Jota’, de Carlos Saura, que se estrenó también en Italia. Pero también otro de ‘Mudéjar’, que es un espectáculo del 2000. Han pasado ya 18 años, mis ojos son distintos y tengo el deber de cambiar mis coreografías. La danza, en realidad, es un guiso que se cocina a fuego lento. Vivo mi mejor momento: no soy el mismo que hace 25 años, pero no pierdo ni la esencia ni la energía".

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