Yann Tiersen, el músico de 'Amelie', en el Principal

El instrumentista y compositor francés ofrece un concierto solo con su violín y su piano.

Yann Tiersen ha explorado distintas estéticas. En Zaragoza tocará en solitario el piano y el violín
Yann Tiersen ha explorado distintas estéticas. En Zaragoza tocará en solitario el piano y el violín
Christopher Espinosa Fernández

Yann Tiersen (Brest, Francia, 1970), que da la sensación de que ha estado en todas partes, actúa esta noche en el Teatro Principal. Es un músico de conservatorio, le interesó el rock y el punk y la ‘chanson’ (se acercó a ella en su disco ‘L’Absente’, 2001), experimentó con sintetizadores, ha trabajado con músicos muy distintos (entre ellos Dominique A., Lisa Germano, Jane Birkin, Shannon Wright y Claire Pitchet, pongamos por caso), frecuentó el minimalismo y la música callejera, y a la vez tiene algo de mago de los sonidos: es multiinstrumentista, pianista, violinista, puede tocar la guitarra eléctrica y el acordeón, y entiende que la música no tiene un mensaje: genera sensaciones, despierta emociones, agita los latidos del alma.

Del despertar de ‘Amelie’

La música para él es evocación, algo abstracto que provoca sentimientos: amor, furia, añoranza, sensación de plenitud, viaje a la belleza, fogonazos de memoria. Aunque tenía una carrera de fondo, que como mínimo se había iniciado en 1995, con su primer álbum ‘La valse des monstres’, Yann Tiersen dio el salto a la fama con la película ‘Amelie’ (2001) de Jean-Pierre Jeunet: varios temas de sus primeros discos fueron utilizados en esa película que tanto dio que hablar, suscitó amores oceánicos y rechazos furibundos, y reveló a una estupenda actriz como Audrey Tautou. Él dijo que el director había utilizado la música en un sentido completamente distinto a como él la había concedido, como si se produjese un formidable malentendido, pero impactó en sus seguidores y se convirtió en la melodía de un cierto París. Quizá en el fondo no le importase en exceso porque alguna vez sugirió que su obra avanza mediante un reciclaje constante de sonidos.

Ahí pareció empezar su despegue. Al año siguiente, en 2002, con orquesta y un grupo de músicos amigos, publicó ‘C’etait ici’, que recoge sus mejores temas en un disco doble, grabado en directo. Siguió haciendo sus álbumes personalísimos, en colaboración o en solitario, realizó la banda de ‘Good bye, Lenin!’ de su amigo Wolfgang Becker, casi como un homenaje a su madre enferma.

Creativo y sorprendente

Sus obras han servido de acompañamiento de otras películas francesas: ‘Alice et Martin’ (1998) de André Techiné o ‘La vida soñada de los ángeles’ (1998) de Erick Zonka, pero él siempre niega que sea un compositor de bandas sonoras. Participó en giras por medio mundo, con bandas o en solitario, y a solas, llega hoy a Zaragoza, a las 20.30 al Teatro Principal, con el espectáculo, ‘An Evening with Yann Tiersen Solo in Concert’, con todas las entradas vendidas. Tocará al piano y violín algunos de sus temas más famosos como ‘Sur le fil’, entre otros.

Este concierto ya lo ofreció en los jardines de Pedralbes en Barcelona y dejó magníficos recuerdos. Sin ánimo de comparar –y "todo es comparable", como decía Óscar Tusquets-, Yann Tiersen pertenece a una esfera de la música muy creativa, sorprendente, donde también podrían tener acogida artistas como Andreas Vollenweider, Wim Mertens, el citado Dominique A., Angelo Badalamenti y Ludovico Einaudi, por citar ejemplos de afinidad.

Yann Tiersen ha realizado una docena de álbumes, varios en directo, y podrían destacarse dos de los últimos: ‘Infinity’ (2014), que se inspira en un viaje a Islandia, donde lo produjo, y ‘Eusa’ (2016), que es como se dice Ouessant en bretón.

Tiersen dice que en cada disco surge una idea o un disparo que le da la idea para el siguiente. En ‘Infinity’, que se grabó en islandés, bretón y feroés, sacó la idea para ‘Eusa’, diez piezas para piano editadas como si fuera un libro de partituras, que están inspiradas en otros tantos lugares de la isla, Ouessant, donde vive, de poco más de 30 kilómetros cuadrados, mil personas, una iglesia y un faro, tema que siempre le ha atraído; en 1997 publicó ‘Le phare’ y en 2011 ‘The Lighthouse’.

Yann Tiersen dijo poco después de la aparición de ‘Eusa’: "Quiero compartir el ecosistema de donde vivo, hablar de ser local. Quiero compartir mi casa con mi público, porque es la única cosa real que puedo compartir". Asegura que habla de su isla porque es lo más que conoce, le encanta estar en casa, cada vez más, y se declara un firme defensor del medio ambiente. En ‘Eusa’, antes de componer, registró algunos sonidos de los lugares elegidos y a partir de ahí empezó a crear.

La poética de las atmósferas

Su capacidad de concebir sonidos y melodías es indiscutible. Es un virtuoso muy versátil e imaginativo, con mucha energía, capaz de crear climas y atmósferas todo el tiempo. Sus temas suelen tener un componente de melancolía o de vaguedades más o menos líricas, y a la vez contundentes.

En el periódico ‘Clarín’ dijo: "Amo los sonidos, pero no estoy enamorado de los instrumentos. Quiero jugar con los instrumentos, no tocarlos". Es defensor de la Comunidad Económica Europea, cree que Bretaña en muchos aspectos es más abierta y tolerante que Francia, y está en contra del capitalismo más feroz. Le gusta experimentar todo el tiempo y en los últimos años parece haberse recluido más en sí mismo y en sus obsesiones. Querría, ante el mar de Bretaña que se abre hacia el Canal de la Mancha, capturar "la esencia sonora de la naturaleza más pura".

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