Adrián Jarabo: "La ciencia ya acorrala a la ciencia ficción"

Adrián Jarabo Torrijos (Zaragoza, 1986) es doctor en Informática por la Universidad de Zaragoza. Premio europeo de Gráficos por Computador.

Adrián Jarabo, en Madrid, en la orilla del Manzanares.
Adrián Jarabo: "La ciencia ya acorrala a la ciencia ficción"
Enrique Cidoncha

Adrián Jarabo, científico informático del grupo ‘Graphics and Imaging Lad’ de la Universidad de Zaragoza, está trabajando para el departamento de Defensa de Estados Unidos. ¿Qué tiene usted para atraer la atención de Trump?

Yo no he atraído la atención de Trump. Trump paga, al menos por ahora; pero la idea del proyecto es anterior. Se inició durante la etapa de Obama.

¿Cómo se llega hasta el Pentágono?

¿Le cuento mi vida?

Vamos ahí.

Yo estudié Informática porque me encanta. Es algo que nació desde que era niño, cuando jugaba en el ordenador, cuando iba al colegio Basilio Paraíso y después al instituto Miguel Servet. Afortunadamente, en la Universidad de Zaragoza encontré el lugar adecuado para crecer y desarrollarme. Y eso que no era un alumno brillante.

¿En serio no era un alumno brillante...? No lo puedo creer...

Eso sí, reconozco también que me apasionaba lo que estudiaba. Además, tuve la suerte de dar con Diego Gutiérrez como director de la tesis en la carrera.

Buen hallazgo, Diego Gutiérrez...

Desde luego. La tesis iba sobre informática gráfica, sobre la simulación del transporte de luz.

¿Qué le parece que un científico tentado por la NASA, como Diego Gutiérrez, continúe en la Universidad de Zaragoza?

Es un lujo, una evidencia de la capacidad de nuestra universidad.

¡Cuánto talento cobija ese pasillo del edificio Ada Byron!

Yo estoy orgulloso de haberme formado allí. Gracias a esa etapa, pude alcanzar este mismo año el premio de la Asociación Europea de Gráficos por Computador. Lo recibí en abril, en Lyon, en el congreso de Eurographics. Fue la mejor tesis de informática gráfica de este año en Europa.

Qué mérito, doctor Jarabo.

Tratamos de modelar el comportamiento de la luz a escalas temporales pequeñas. Ya hay vídeos que pueden capturar un billón de fotogramas por segundo.

¿Ha dicho billón con be?

Sí, con be. Con esa información tratamos de ver lo que nuestro ojo no puede percibir.

¿Hasta dónde puede llegar la informática?

Es infinita, como el universo.

Recuerdo el ordenador Commodore 64 que tenía de niño. La evolución ha sido extraordinaria.

Un Commodore de los 80 tendría un megahercio de velocidad. Mi primer ordenador, un Pentium de 1996, ya tenia 150. Ahora, para hacer una película en Disney, tienen 55.000 procesadores más potentes.

La ciencia cada vez se aproxima más a lo que soñábamos en la ciencia ficción.

Es bonita la incertidumbre de la ciencia ficción. Con el progreso, la ciencia no solo la supera, incluso ya acorrala a la ciencia ficción.

Sundar Pichai, CEO (‘chief executive officer’) de Google, defiende que la inteligencia artificial tendrá más impacto en el hombre que la electricidad o el fuego.

La influencia de la informática en nuestras vidas es irrebatible.

¿El hombre acabará delegando sus decisiones a la tecnología?

Hay decisiones automatizables, pero la ética sigue siendo esencial en el ser humano.

La informática ha llegado también a los niños. Los niños consultan y consultan en Google. ¿Llegará a sustituir a los padres?

No. Hay que verlo desde el lado positivo: internet es una herramienta educativa, aporta una cantidad extraordinaria de información. Ocurre como con las ‘fake news’: hay que saber filtrar.

Para acabar, me intriga el proyecto que están realizando para el Pentágono...

Intentamos ver lo que se esconde detrás de las esquinas.

¿Ver detrás de una esquina?

Incluso a través de dos esquinas.

¡Genial!

Imagine un pasillo con forma de u. Hemos logrado ver el interior de una esquina. Ahora ya tenemos los primeros datos para reconstruir la segunda esquina. Queremos convencer a la NASA para su uso en las cuevas lunares.

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