Juanra Bonet: "La esencia del humor es la sorpresa permanente"

Humoristas y amigos, Juanra Bonet y David Fernández presentan hoy y mañana (20.30) en el Teatro de las Esquinas de Zaragoza el espectáculo ‘Dos’, dentro del ciclo Zaragoza Comedy.

¿En qué consiste el ‘show’?

En un momento en el que el monólogo en España está viviendo una edad de oro, con gente excepcional, ‘Dos’ es una comedia que recupera la pareja cómica, al estilo de El Gordo y el Flaco, Tip y Coll o Faemino y Cansado. Es un tipo de humor que David y yo, como espectadores, echábamos de menos.

¿Cuál es la mejor pareja cómica?

Tenemos dos referentes claros, Faemino y Cansado y Martes y Trece. Estar esperando en los 80 y 90 que llegue el fin de año para ver un especial en televisión y luego recordarlo durante meses sin parar de repetir una y otra vez esas frases pegadizas es lo máximo.

En la promoción de ‘Dos’ se dice que éste es ‘el segundo espectáculo más divertido del mundo’. ¿Cuál es el primero?

No lo sabemos. Cada persona tendrá probablemente el suyo, pero lo decimos porque el nuestro nos gusta muchísimo.

Do‘s’ es un mano a mano con David Fernández, donde ambos se encargan del guión y de la representación. ¿Cómo surge la idea de este espectáculo?

Nos conocimos a finales de los 90 en la compañía de teatro La Cubana y allí hicimos muy buenas migas. El trabajo luego nos ha llevado por caminos diferentes hasta que por fin nos animamos a hacer algo a fuego lento, sin fecha predeterminada, pensando ‘sketch’ a ‘sketch’ al coincidir en nuestras visitas entre Barcelona y Madrid.

¿Qué tal está funcionando?

Antes hemos estado en Barcelona un año y medio; Madrid, Mallorca... Funciona muy bien porque es un espectáculo de comedia muy libre, de humor sin prejuicios. Al escribirlo hemos incluido todo aquello que nos ha hecho reír a los dos, al margen de condicionamientos conceptuales, escatológicos… Esto no es una tesis, es una comedia. Cualquier asunto, si nos ha hecho reír y tiene lógica dentro del guión, lo incluimos, sea humor negro, escatológico, conceptual o absurdo.

¿Es un espectáculo sin filtros?

Cuenta con tres condiciones. En primer lugar, la función es 100% teatro, sin tecnología, ni vídeos de apoyo. En segundo lugar, es humor sin prejuicios y, por último, no tiene contenido social ni político, no bebe nada de la actualidad.

Los programas de humor salpican la parrilla de televisión en España. Berto Romero y Andreu Buenafuente, ‘Ilustres ignorantes’… ¿A qué se debe este buen momento que atraviesa la comedia?

Entiendo el humor como analgésico o vía de escape, así que si triunfa demasiado es porque este país necesita más analgésico. Lo bueno es que hay mucho humor y variedad de estilos.

¿También calidad?

Absolutamente. Lo que sobra es el prejuicio. No hay que culparse nunca de reírse de un pedo, por ejemplo. Al fin y al cabo, cuando alguien se tropieza en la calle y no se cae, nos hace mucha gracia. Hoy disfrutamos de mucha calidad, humor más o menos elaborado, pero siempre muy rico. Está riquísima la hamburguesa grasienta cuando te apetece y riquísimo también el jamón cuando te lo puedes permitir.

¿El público acepta bien el humor de hoy?

Sí y además es más exigente que nunca. La comedia necesita la sorpresa y el público está tan acostumbrado y tan resabiado que nos obliga a esforzarnos el triple. Sabe ya dónde vas. Para el humorista el público es su presa y como cazador, debe de sorprenderle siempre.

¿Cuál es la esencia del humor?

¡Buf, eso es filosofía! La esencia del humor es la sorpresa permanente, que el espectador no sepa por dónde vas a salir, aunque hay muchos tipos. El humor es muy subjetivo y por eso es tan bonito, es lo más subjetivo del mundo. Es mucho riesgo. Lo que te hace reír es muy particular. Yo, por ejemplo, que tengo problemas médicos en la familia, tengo una facilidad brutal para disfrutar del humor negro porque estoy acostumbrado a sufrir en determinados momentos, así que supone una vía de escape estupenda.

Antes fue Dani Rovira, ahora Ernesto Sevilla y Joaquín Reyes van a presentar los premios Goya. ¿Y Juanra, cuándo?

Quita, quita… No sabes la cantidad de gente buenísima que todavía no lo ha hecho.

El año pasado nos dejó Chiquito. ¿Qué recuerdo le queda?

Chiquito me petó la cabeza. Descubrí el humor con Martes y Trece de niño, después con Faemino y Cansado y los Monty Python y Chiquito fue lo siguiente. Fue un humorista muy particular, tanto, que incluso llegó a crear su propio idioma.

¿Qué recuerdos le quedan de su época como reportero de ‘Caiga quien caiga’?

Fue como una beca. El director tuvo una vista brutal para la selección porque de aquel equipo todos o casi todos –presentadores, reporteros, guionistas...– hemos hecho carrera en el mundo del espectáculo. Fue una escuela en la que aprendimos todos muchísimo.

Luego llegó ‘Lo sabe no lo sabe’ en Cuatro.

Trabajar en este programa fue como tener una banda de rock y estar de forma permanente de gira. Éramos nueve personas a las que nos encantaba hacer tele, que echábamos horas y kilómetros sin parar hasta conseguir la secuencia más divertida. Hoteles, furgoneta… La productora nos daba libertad total, solo nos pedía horas de televisión.

Y ahora presenta ‘Boom’ los viernes en Antena 3.

Es un registro diferente. Aquello era rock and roll, y esto es música de cámara, un espacio mucho más estructurado, con calefacción en invierno y aire acondicionado en verano, todo lo contrario. Pero también con dificultad. En la calle hay más cosas donde agarrarte, estás más fresco para la risa que en un contexto más cerrado.

¿Hacia donde camina profesionalmente hoy?

No había estado nunca así, ahora soy un privilegiado con un programa diario, pero hacer de cómico con un amigo y ver cómo la gente se troncha con nuestras tonterías es muy divertido.