De paso por Aragón: anuncios y vanguardia

La maquilladora Ana Bruned recuerda bien la primera y única vez que coincidió con Chiquito de la Calzada: "Fue como un destello". Se encontraron en 2007, en el rodaje en de un anuncio para una firma de muebles aragonesa. Y ella, que hasta el momento se había mantenido al margen del fenómeno televisivo, cayó rendida. Hasta el punto de que sostiene que es su favorito de los muchos rostros conocidos que han pasado por sus manos. "Entró en el plató a las siete de la mañana y ya no dejamos de reír", recuerda. "El pobre no había dormido, porque contó que había pasado la noche en un “hotel inteligente” y que cada vez que apagaba una luz, se encendía otra", relata Ana y añade: "Dijo que el hotel era más inteligente que él". Continúa: "Era muy gracioso y muy buena gente, se veía a la legua. Aunque en el rodaje no conocía a nadie entró sin defensas; era tal cual. Lo que no quiere decir que fuera sumiso; era profesional y sabía en todo momento lo que quería hacer y lo que no. Era un somarda andaluz". "Me hice megafan", concluye Bruned.

El fotógrafo Pedro Anguila le retrató en 2009 en el Festival Periferias de Huesca, donde el cómico participó en medio de propuestas de vanguardia. Hasta allí llegó en coche del tirón desde Málaga, porque le daban miedo los aviones y tampoco le gustaba el tren. "Yo viajo en coche como los toreros", decía. Anguila rememora divertido que le llevó una hucha con la figura del propio Chiquito que sus amigos le habían regalado en su 20 cumpleaños. La idea era retratarle con ella. Cosa que logró. Pero el cómico acabó quedándosela. "Ahora que se ha muerto, se lo perdono", bromea.

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