Aniversario

'Xiloca' cumple 25 años

El Centro del Estudios del Jiloca conmemora su primer cuarto de siglo con un nuevo número de la revista y un acto en Calamocha.

'Xiloca' cumple 25 años
'Xiloca' cumple 25 años

El tres de octubre de 1987 se reunieron 38 personas y pusieron en marcha el Centro de Estudios del Jiloca (CEJ), cuyo objetivo era difundir “la cultura y la ciencia” de la comarca. Desde entonces no han parado. Crearon de inmediato la revista ‘Xiloca’, que ya lleva 41 números, sus ‘Cuadernos etnológicos’, y bajo el liderazgo de José María de Jaime, Tomás Guitarte, Ángel Artal y el desaparecido Ángel Alcañiz (“le debemos mucho y lo añoramos”, dijo José María Carreras, actual presidente del CEJ, en recuerdo de quien fue secretario que “iba haciendo socios de casa en casa”), a lo largo de este cuarto de siglo, el Centro ha publicado 130 libros de papel, ha realizado más de 200 exposiciones y un número semejante de conferencias. Posee en su sede una colección de 8.000 fotos antiguas y más de 70.000 recientes, y cuenta con una biblioteca de más de 3.000 libros, que incluye filmoteca y fototeca. Y dispone de una web de la que “nos sentimos muy orgullosos”.


Además, el CEJ ha realizado ocho guías y ha elaborado más de un centenar de publicaciones digitales. Esta ingente actividad de un cuarto de siglo se presentaba el pasado sábado en el Teatro Auditorio de Calamocha, ante la Consejera de Educación, Cultura y Deporte y el diputado y expresidente de Aragón Santiago Lanzuela, y numeroso público. La periodista Montse Alcañiz, directora del programa ‘Por amor al arte’ de Aragón Televisión, condujo la efemérides y Plácido Díez, responsable de contenidos de Radio Zaragoza-Cadena Ser, hizo un elogio de la cultura local, “que está en riesgo”, destacó la labor de ejemplar de tantos maestros e investigadores, dijo que ‘Xiloca’ era una exaltación del empeño cultural de hombres generosos y recordó que en lo pequeño está la esencia de la democracia. Al final, a modo de cierre, tras recordar que esperaba ‘Xiloca’ con la ilusión de un niño y que el CEJ era una demostración de que los del sur “sabemos trabajar en equipo”, aludió a la portada y contraportada de Jorge Gay, que encarnan la libertad y los sueños y que son “el espíritu del Centro de Estudios del Jiloca”. La Comarca del Jiloca abarca 40 pueblos, 58 poblaciones y 14.000 habitantes.


Tras las palabras del presidente José María Carreras, se proyectó un vídeo donde hablaron la mayor parte de los miembros del CEJ y hubo otras aportaciones de especialistas de la historia de Aragón como Eloy Fernández Clemente, José Manuel Latorre, José Antonio Adell o Celedonio García. Y ahí se vio claramente en cuantos frentes ha trabajado el Centro: la historia, la literatura, el arte, la ecología y el patrimonio histórico y monumental. Desde hace años, se recordó que el CEJ mantiene un concurso de relatos ‘Miguel Artigas’ y un certamen de artes plásticas, ‘José Lapayese Bruna’: algunas de las obras ganadoras adornaban el escenario.


Joaquín Campo, coordinador de la revista, glosó los contenidos de la última publicación, centrada en diversos asuntos: los ‘Despoblados y pardinas medievales en la Comarca del Jilolca’ (Mercedes Rubio), ‘La represión franquista en Villarquemado (1936-1942)’ (Serafín Aldecoa), ‘La casa solariega de los Angulo de Calamocha’ (Emilio Benedicto); en el capítulo de nombres propios se habla del arquitecto Fernando García Mercadal (Alberto Sánchez Sánchez), de Gisbert en su paso por el Jiloca (Fabián Mañas y Francisco Martín), y de Juan Antonio Hernández (José María de Jaime). Entre otros temas, en literatura, Fermín Ezpeleta aborda la ‘Literatura satírica en el magisterio turolense’ y Ángel Artal Burriel glosa ‘Una guía práctica del azafrán de Gregorio Anechina’. A la vez el CEJ acaba de publicar un libro delicioso, lleno de datos: ‘Calamocha en la prensa nacional (1794-1955). Noticias, sucesos y guerras’ de José María de Jaime Lorén, donde destaca, entre otros muchos temas, el descarrilamiento del tren en Luco con la pérdida de veinte vidas.


La consejera Dolores Serrat clausuró el acto: dijo que no había preparado ningún discurso oficial para una “tarde de recuerdos, reflexiones y sentimientos”, y centró su intervención en tres sustantivos: agradecimiento, por haber sido invitada; felicitación, por el “trabajo continuado durante un cuarto de siglo”, y ánimos para seguir. Eso sí, recordó que “las ilusiones de las demandas” chocan con “los recursos limitados” de la Administración.