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Río Grande en el río Cinca

Simulacros basados en el género del Spaghetti Western en Huesca.

El fotógrafo  Sergio Belinchón en la muestra 'Western'. Al lado una de sus series más logradas y un jinete en tierras del Cinca.
Río Grande en el río Cinca
J. BLASCO

En los tiempos en se lleva o se exige en la plástica una justificación argumental, un discurso, no cabe duda que la exposición llamada ‘Western’ de Sergio Belinchón (Valencia, 1971) se ajusta sin lugar a dudas al cometido. El artista saca partido de los paisajes desérticos. De hecho sus primeras exposiciones estuvieron centradas en el desierto de Atacama y casi una década después se centra en los parajes de escasa vegetación pero como escenario de las películas del oeste, en concreto de las recreaciones europeas que del género se llevaron a cabo en Europa hace 50 años.


La muestra consiste en la proyección de unos videos que se basan en el tema mítico de la búsqueda de una tierra prometida que había sido objeto de películas, resonancias del Oeste americano. ‘Once Upon a Time...’ de 2007 se recrea en las calles desoladas de Yeniseisk, un pequeño pueblo de la Siberia central donde los rusos buscaron oro en el siglo XIX. Ahora Belinchón filma y fotografía las brumas que cubren al pueblo, los caballos y los perros vagabundeando por aquel escenario. En ‘Western’ de 2007, Belinchón sigue los pasos de Sergio Leone por los escenarios de Almería donde filmó, entre otras, las películas ‘Por un puñado de dólares’ y ‘La muerte tenía un precio’ y se interesa por los espacios artificiales que representan un típico poblado de las películas del Oeste americano, filmando incluso las representaciones de escenas para los turistas que acuden al parque temático, además de las calles vacías y el desierto circundante. ‘The Sauerkraut Incident’ de 2008 se centra en los parajes de las películas del Oeste que se rodaron en Alemania en los años 60 y 70, donde resulta difícil discernir si se trata de una filmografía realizada hace 50 años o si se trata de imagenes de la actualidad con actuaciones turísticas en los parques temáticos alemanes.


En 2010 se hizo el «remake» del film de Sergio Leone ‘El bueno, el feo y el malo’ en donde se vuelven a filmar los planos de la película pero sin personaje alguno, ausencias que ya se manifiestan en el título, cuando aparecen tachados los sustantivos calificativos en inglés. Así, pues, los paisajes y los decorados que habitualmente constituyen el fondo sobre el que transcurre la historia, pasan a un primer plano como protagonistas. En ‘Adios amigo’ de 2011 se hace referencia a la treintena de «spaghetti western» que se filmaron en los 60 y 70 en lugares de la geografía oscense como Fraga y su despoblado de Cardiel, Candasnos, Alcolea de Cinca, Los Monegros y el río Cinca. Un cowboy deja atrás un despoblado, atraviesa con su caballo parajes que simulan Texas, el río Cinca y culmina en el momento actual donde todo se transforma con la estela de aviones y su paso cabalgar por la autopista, como si se tratara de recrear el tema sempiterno de la búsqueda de la tierra prometida. Se reconocen escenarios que lo fueron de las películas de aquellos años.


Para terminar la descripción citaremos a otro video de 2011, ‘El yankee’. Se desarrolla en clave documental. A través de entrevistas a gentes que colaboraron en el film de 1960 ‘Yankee’ de Tino Brass, así como a jóvenes que no conocía el asunto, se tiende un puente entre el recuerdo y el olvido, entre el pasado y el presente.


La descripción ha sido necesaria para comprender la filosofía que subyace o aflora a través del discurso que se muestra a través de los videos y de fotografías, también como metáfora del movimiento y la permanencia. El comisario de la muestra, Pedro Vicente, apunta en el catálogo que Platón distinguía entre dos tipos de mimesis, la imitación perfecta, la copia, réplica exacta del modelo y, por otro lado, los simulacros, imitaciones imperfectas del original. En este segundo posicionamiento está Belinchón, en el del simulacro. El simulacro no copia sino que se proyecta en el mundo. El simulacro existe. Por eso el trabajo de Belinchón ni es copia, ni es «remake» de los «spaghetti western»; va más allá de crear un reconstrucción. En realidad los paisajes, los decorados, los elementos que conforman las películas se descontextualizan y pasan a tener vida propia, son auténticos. Solo tienen una aparente semejanza con el western. Han adquirido la condición de tener vida propia, de existir.


Esta exposición, surgida en el contexto del Festival de Cine de Huesca, muestra la fuerza de la plasmación de ideas que se basan en otras y otras, como casi todo en el vida, para alcanzar la ilusión de las realidades ficticias y soñadas. En definitiva, del arte.