DIRECTORA DE ORQUESTA

Laura Pérez Soria: «Nunca había pensado ser directora, quise probar hasta dónde llegan mis límites»

La zaragozana ofrece hoy un concierto en la Sala Mozart al frente de la Orquesta de Cámara Femenina de Viena.

Laura Pérez Soria.
Laura Pérez Soria: «Nunca había pensado ser directora, quise probar hasta dónde llegan mis límites»
HERALDO

Estudió piano en su ciudad natal? ¿Cómo acabó en Viena?

Visitando a un amigo conocí al que hoy es mi marido y me quedé. A los cuatro meses hice la prueba de acceso para estudiar en el departamento de Piano del Conservatorio de Viena y me aceptaron. Así pude continuar mi formación musical. Desde entonces llevo 15 años viviendo en Viena.

¿Qué la impulsó hacia la dirección de orquesta?

En el Conservatorio de Viena tuve que cursar una asignatura complementaria: Dirección de Conjunto Instrumental. En el examen final de dicha asignatura estaba el catedrático del departamento de Dirección Orquestal, el maestro Reinhard Schwarz (que fue asistente de Karajan). Me vio y me recomendó que hiciera la carrera de Dirección, no tuve ni que hacer la prueba de acceso. Entré directamente. Nunca se me había pasado por la cabeza ser directora, pero pensé: «Voy a probar. A ver hasta dónde llegan mis límites». Al segundo año de carrera, ya tenía claro que lo que quería era dirigir.

Viene a Zaragoza con la Orquesta de Cámara Femenina de Viena, ¿lo de 'femenina' encierra algún tipo de reivindicación?

La orquesta se fundó en Viena en los años 80 como reacción al machismo imperante en Austria en el ámbito musical. La Filarmónica de Viena siempre estuvo integrada exclusivamente por hombres, y solo en los últimos años ha empezado a abrirse admitiendo a tres o cuatro violinistas, una arpista y creo que una chelista, todas ellas mujeres. Hoy en día , el adjetivo 'femenina' de la orquesta ha perdido esa carga reivindicativa y ha pasado a ser un mero calificativo descriptivo.

¿Por qué eligieron un pianista y no una pianista para esta gira?

Porque el pianista es mi marido, Christian Badian.

El programa incluye obras de Villalobos, Shostakovich, Wolf y Schönberg, ¿qué criterios sigue a la hora de escoger las obras?

Por un lado, quise que la segunda parte constara de obras austriacas, ya que la orquesta procede de allí. Por otro lado, quería que mi marido fuera el solista y, de todos los conciertos para piano y orquesta de cuerda que existen, el de Shostakovich es con diferencia el más interesante, y el más virtuoso para el pianista.

¿Intimida actuar en Zaragoza poco después que Zubin Mehta?

No, en absoluto.

¿A qué directores admira más?

A Abbado, por su musicalidad; a Mariss Jansons, por su claridad y su fuerza; a Myung-Whun Chung, por su eficacia y su elegancia, y, por supuesto, adoro a Bernstein. No ha habido otro director con semejante magnetismo.

¿Tiene alguna costumbre particular para prepararse antes de los conciertos?

No sigo ningún ritual. Lo único que hago es repasar mentalmente todas las obras, de arriba abajo.

Cuando era estudiante de piano en Zaragoza tocó en el desaparecido Bodegoya. ¿Cómo recuerda aquellos años?

¡El Bodegoya! Eso fue hace un millón de años... Recuerdo que en aquella ocasión toqué en dúo con un saxofonista. Fue muy divertido, aunque para el público creo que no tanto, porque hicimos la 'Sonata' de Hindemith y se quedaron de piedra. Fue una época que recuerdo con mucho cariño.

¿Ha actuado alguna vez en el Auditorio de Zaragoza?

No, nunca. Es una de las salas de mayor categoría en estos momentos en España, tanto en lo referente a instalaciones como a acústica y organización. Kristian Zimerman dijo una vez que la sala posee una de las mejores acústicas que ha conocido. Y hace poco la Orquesta Nacional Rusa vino de propio a grabar aquí. Los zaragozanos podemos estar muy orgullosos de ella. Además, la labor que ha hecho Miguel Ángel Tapia es digna de quitarse el sombrero.

¿Es Zaragoza una ciudad difícil para abrirse camino en la música?

Aquí es posible recibir una primera formación musical, pero iniciar una trayectoria profesional en Zaragoza no es posible. Hay que salir, ver lo que hay por ahí, situarte en relación con los demás, aprender todo lo que puedas e intentar dar los primeros pasos profesionales antes de volver aquí.

Su prima Isabel Soria se inspiró en usted para el cortometraje 'La orquesta de las mariposas'...

Lo he visto y es de una gran imaginación. Yo no colaboré directamente para el corto. Mi prima Isabel, a la que quiero muchísimo, vino un día a mi casa y, al entrar en mi habitación, vio que una de las paredes estaba llena de papelitos pegados. Con gran curiosidad me preguntó que qué era eso y al decirle que era mi orquesta (a la que doy las entradas cuando estudio), sencillamente le fascinó la idea y a partir de ahí concibió 'La orquesta de las mariposas'.

¿Cómo mantiene el contacto con Aragón? ¿Le interesa lo que se está haciendo musicalmente por estas tierras?

El contacto profesional lo tengo bastante descuidado. Lo que valoro enormemente es la labor que se está haciendo en el Conservatorio, al haber fundado -¡por fin!- la Orquesta del Conservatorio Superior de Música de Aragón, que poco a poco va creciendo y adquiriendo cada vez más categoría. Me parece que es una pena y una gran laguna que, a estas alturas, una región como la nuestra no posea una orquesta profesional.