Tecnología suena últimamente a piratería en el mundo de la cultura, pero también la hay, y con mayúsculas, para innovar y crear. Desde el principio de los tiempos los artistas han echado mano de las nuevas herramientas, pero hoy su uso es salvaje y las posibilidades que ofrecen no tienen precedentes. ¿Hay, por tanto, que hablar de la figura del artista-ingeniero o el ingeniero-artista?

El planteamiento puede parecer exagerado y levantar más de una suspicacia, pero ayer le sirvió de espita al director de Ciencia y Tecnología del Ayuntamiento de Zaragoza, Ricardo Cavero, para arrancar las Jornadas sobre tecnología aplicada a procesos creativos que desde ayer y hasta el sábado se celebran en la capital aragonesa para dar a conocer el futuro Centro de Arte y Tecnología (CAT), englobado en el proyecto Milla Digital. Cinco días de conferencias y talleres que pretenden ser un lugar para intercambiar ideas, contactos y divulgar, con casos prácticos, aplicaciones al ámbito artístico de avances como el software libre, la creación en 3D y diseño generativo y la realidad aumentada.

¿Un artista tiene que ser un tecnólogo, o al contrario? Para el fotógrafo y profesor de diseño por ordenador y fotografía digital de la Escuela de Arte de Zaragoza, Mario Ayguavives (que ayer participó en la mesa redonda que se celebró en la antigua azucarera del Rabal), existe una "brecha" entre estas disciplinas y considera que el propio centro de enseñanza tiene que abrirse a "nuevos campos", una carencia que en parte se paliará con los nuevos ciclos especializados que se están planteando sobre aspectos como animación para videojuegos y multimedia.

Mario Ayguavives aboga por una "colaboración" entre los dos perfiles profesionales. Una idea que comparte Carlos Tricas, especialista en sistemas e informático de profesión, a la par que tecnoartista, aunque él le tiene "demasiado respeto" a erigirse como un creador. Una de sus propuestas más exitosas es una instalación con un sistema de visión artificial, en el que, dependiendo de la situación de los objetos que el público puede ir moviendo a su antojo, se generan música y gráficos.

Carlos Tricas valora la puesta en marcha de "equipos interdisciplinares, los tecnólogos pueden carecer de sensibilidad estética o no tener un mensaje que expresar y los artistas no contar con los conocimientos técnicos". A su parecer, otro de los retos es la incompresión por parte del público del "arte tecnológico cuando las vanguardias del siglo XX todavía no están asumidas". Otros artífices que pasarán por estas jornadas son Cristóbal Vila, Rubén Cárdenas y Enrique Radigales.

Hacer rentable la innovación

El director de la Sociedad del Conocimiento del Instituto Tecnológico de Aragón, Francisco Rojas, insiste en la necesidad de que la innovación desde el arte se haga un hueco en el mundo empresarial. "El salto que falta en Aragón es convertir la innovación en algo explotable económicamente, ser capaces de generar una industria creativa alrededor de las tecnologías de la información y la comunicación", asegura.

Hay algunos proyectos de investigación que han dado el salto del mundo universitario al empresarial gracias al programa 'spin off' de la Universidad de Zaragoza. Así, estos días los asistentes (la entrada a todas las actividades es libre) conocerán las experiencias de LS Luz (Laboratorio de Simulación de la Luz) y Arstic Audiovisual Solutions.