¿Cómo era el Aragón de hace 100 años? ¿Y los aragoneses? Una buena manera de investigarlo es acudir a la literatura de la época, como la que recopila el libro '¡Chufla, chufla...!', presentado ayer en Zaragoza y que recoge cuentos tradicionales que eran populares entre mediados del siglo XIX y principios del XX.

Juan Domínguez Lasierra, autor de la antología, amplía así el libro que publicó en 1979 'Cuentos, recontamientos y conceptillos aragoneses', con una reedición en la que incluye autores que no tuvieron cabida en el libro anterior, como Mariano de Cavia o López Allué. Además, se añade una introducción más extensa que trata los pormenores del cuento aragonés, así como una amplia bibliografía sobre el tema.

La labor de recopilar estos cuentos no fue tarea de cuatro días precisamente. "Llevo más de 30 años buscando en librerías de viejo, en bibliotecas y hemerotecas. La prensa de aquellos años tenía la sana costumbre de publicar cuentos y muchos de ellos han sido recogidos en páginas de periódicos como HERALDO DE ARAGÓN o 'Diario de Avisos', y revistas como 'La ilustración española y americana", dice Domínguez.

Señala que la Comunidad ha evolucionado mucho en los últimos cien años: "Aragón era eminentemente agrícola y las diferencias sociales eran enormes. Hoy estamos en una sociedad absolutamente industrial y tecnificada". Sin embargo, el autor apuesta en la publicación por "una reivindicación del personaje baturro" y rechaza que la famosa expresión de '¡Chufla, chufla!' represente la cabezonería aragonesa. "El chiste que hace el personaje cuando le dice al tren que se aparte es un alegato a favor del humanismo, significa que la persona está por encima de la máquina".

Son decenas las historias recogidas en el libro. Aunque a Domínguez le cuesta elegir solo uno de los cuentos, se queda con 'El herrero de Sanfelices', de López Allué: "Se trata de un pacto entre un baturro y el diablo en el que el aragonés termina burlando al ángel caído con su ingenio y su sabiduría".