ARTE

Treinta obras pictóricas relatan la lucha por la libertad en España

La exposición 'Historias de España en la colección De Pictura' se puede visitar en la sala de la Diputación de Huesca hasta el próximo 30 de mayo.

'Mi querido general', de Arroyo, en la sala de la DPH.
Treinta obras pictóricas relatan la lucha por la libertad en España
JAVIER BLASCO

Son las historias de España ocurridas en la segunda mitad del siglo XX, y no la historia de España, las que se cuentan en las treinta obras que dan forma al conjunto expositivo que se exhibe en la sala de la Diputación de Huesca y que han sido seleccionadas de la colección De Pictura, que dirige Javier Lacruz, conforme a un relato del historiador Julián Casanova.

Cada cuadro relata un episodio, un momento histórico desde la visión de su autor, pero todos hablan de la lucha por las libertades en España durante la dictadura franquista.

Comisariada por Chus Tudelilla, la muestra se abre con el epígrafe 'Pintura contra la historia inmutable', presentando una obra de Eduardo Arroyo titulada 'Napoleón desciende a los infiernos' que lleva directamente al relato de las historias por la libertad a través de seis apartados: 'República', 'Guerra', 'Posguerra', 'Resistencias, 'Exilio' y 'Paisaje urbano'.

Obras de Carlos Alcolea, Equipo Realidad, Eduardo Arroyo y Equipo Crónica aluden a episodios de la República, la Guerra Civil y la Posguerra. Mientras que la 'Resistencia' se plasma en cuadros de Fermín Aguayo, Santiago Lagunas, Antonio Saura, Manuel Millares, Rafael Canogar, Antoni Tàpies, Equipo Realidad, Juan Genovés, Equipo Crónica, y Manuel Viola, representando por su obra 'La Saeta', una de las más emblemáticas de este autor y que le incluyó en el grupo El Paso. El Exilio se refleja en las obras de José Guerrero, Artur Heras y Víctor Mira. El recorrido se cierra con obras de Gordillo, Canogar y los equipos Crónica y Realidad en las que hablan del 'Paisaje urbano' de una España en plena Transición.

Además, cada obra tiene su propia historia personal, como es el caso, por ejemplo, de la titulada 'Mi querido general', en la que Arroyo pintó en 1962 a Franco abatido de un disparo y que le costó el exilio.

El catálogo que acompaña la muestra lleva la correspondiente ficha técnica de cada pintura, un comentario sobre el momento en que fue realizada y el relato de su viaje desde el taller del artista hasta la colección De Pictura. Ademas, cada obra ha sido objeto de reflexión por parte de reconocidos escritores, filósofos, historiadores, artistas, críticos del arte o sociólogos, con objeto de "recuperar el tiempo de las imágenes, hacerlas presentes y proyectarlas al futuro", según Chus Tudelilla.