DANZA

'Trayectos' vuelve a apostar por la variedad y el gusto en la danza contemporánea

Tres escenarios repletos del centro de Zaragoza albergaron ayer una iniciativa muy aplaudida, con media docena de propuestas.

Imagen de archivo del festival Trayectos
'Trayectos' vuelve a apostar por la variedad y el gusto en la danza contemporánea
pedro etura / a photo agency

Dos grupos de chavales entre los 9 y 12 años del colegio Santo Domingo se agolpaban ayer a media tarde en las escalinatas del recibidor del Teatro Principal. En los altavoces, 'Vivir para contarlo' de Violadores del Verso. Los movimientos, algo dubitativos al principio, van cogiendo forma, y ritmo. Es el resultado de un taller de apenas unas horas en su colegio, impartido por la compañía Tarde o Temprano Danza. Los bailarines hacen una apología de la paz por medio de la psicología inversa: leyendo por turnos y con piruetas mensajes sobre la devastación que acarrea la guerra. La música cambia: 'Karmacoma', un joven clásico de Massive Attack, y una pieza de música andalusí, finiquitada con una percusión en frenesí. El público, que llena el espacio, aplaude con ganas. Lo mismo habían hecho antes como reconocimiento a una joven algo más veterana, la veinteañera valenciana Clara Barbería, con su pieza 'Look no further'. Un dechado de expresividad y garra canalizada por raíles que emparentaban lo contemporáneo con lo clásico: sin filigranas, pero con ese aire de infinita melancolía que caracteriza las composiciones de piano para un solo danzante.

 

Tras la doble actuación en el Principal, la acción se trasladó al Teatro y al Foro Romano. En el primer espacio, al aire libre, se vivió el momento más chispeante de la jornada con '87 grillos', coreografía del alicantino Elías Aguirre y de Álvaro Esteban, interpretada por el propio Aguirre y María Platón. El concepto es tan simple en la idea como complejo en el desarrollo: el encuentro entre hombre e insecto en un entorno fiero, que no es otro que el acontecer diario. Con esta apuesta, se llevaron el premio del público y el del Conservatorio Superior de Danza en el Certamen Coreográfico Madrid 2009.

 

Aguirre se transformó en una especie de mantis religiosa a los ojos del numeroso público, movido al compás de la música electrónica, en choque permanente con su compañera sobre las tablas. Ambos bordaron los movimientos maquinales, en una suerte de fusión triple entre la naturaleza humana, la de insecto y el movimiento robótico de un androide.

 

Tras ellos, en la azotea del Museo del Teatro Romano, llegó la muestra del taller Danza y Arquitectura de Ana Continente, quien estaba muy orgullosa de sus alumnos. "Les pongo mucha presión técnica: estamos metidos en un viaje muy potente y para ser un trabajo de improvisación, el resultado ha sido fantástico. Además, la energía del Teatro Romano nos ha arropado. Eran diecinueve personas jugando con los espacios, trabajando a partir de las simetrías y la propia geometría del lugar. Luego, con expresiones como mimo, pantomima, escenas de rivalidad y otras formas, hemos contado la historia del Teatro Romano".

 

En el Foro, la compañía Danza Tenerías que dirige Paula Gelpi se presentaba con un alto porcentaje de intérpretes llegados de la inmigración, una de las metas expresas del programa 'Trayectos' en su edición de este año. Fátima, Alexandra, Alexandru C., Marina, Daniela, Mihaela, Alexandru P., Fatna, Yolanda y Rocío dejaron a la parroquia boquiabierta con una interpretación. Lo mismo ocurrió con el libanés Guy Nader y la barcelonesa María Campos en el simbiótico cierre del día.